Si en algo coinciden los líderes del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), Danilo Medina y Leonel Fernández, es en la conveniencia de que la Junta Central Electoral les organice las primarias en las que se elegirán los candidatos y las candidatas que serán postulados a los cargos de elección popular en las elecciones del año 2020.
Los presidentes Medina y Fernández están conscientes de que el PLD, como los demás partidos mayoritarios, no cuenta con árbitros propios, confiables e independientes, que puedan organizar las competencias internas sin que los resultados sean cuestionados por los participantes.
Esta es la única razón por la que la élite del hegemónico Partido de la Liberación Dominicana ha decidido aprobar la Ley de Partidos Políticos, dándole concreción, finalmente, al artículo 216 de la Constitución Política, que dispone que los partidos políticos deben funcionar democrática y transparentemente.
Solo así este partido, cuyos directivos, irrespetando la democracia interna, se extendieron sus mandatos desde el año 2007 hasta el 2021, parece ser que renunciará a la práctica de la tesis del círculo de hierro de las oligarquías partidarias que formulara a principios del siglo pasado el sociólogo alemán Robert Michels.
Ahora tenemos el inconveniente de que la esperada Ley de Partidos ha tropezado con un factor que siempre incide decisivamente en la aprobación de una norma: el coyuntural.
Cuando la Comisión Bicameral, que tiene a su cargo el proyecto de ley, visitó al presidente Medina, pudo comprobar su inclinación por la institucionalización de las primarias abiertas y simultáneas, posición que sostuvo posteriormente en la reunión del poderoso Comité Político.
No obstante el hecho de que el primer mandatario no podrá ser candidato para las elecciones del 2020, parece ser que está decidido a incidir determinantemente en esos comicios, para que su archirrival, el doctor Leonel Fernández, no sea el candidato presidencial.
En ese sentido, el tres veces presidente de la República y presidente del PLD desde el 2000 hasta el 2021, se opone resueltamente a las primarias abiertas y simultáneas. Su razón se fundamenta en que tiene su mayor fortaleza a lo interno del partido, contrario al presidente Medina que tiene una vigorosa simpatía externa.
Las modalidades de primarias son tres, a saber: 1) Primarias cerradas, que son aquellas en las que solo pueden participar los afiliados del partido; 2) Primarias semicerradas, en las cuales participan afiliados y no afiliados que no estén afiliados en otro partido; y 3) Primarias abiertas, en las que puede participar cualquier elector, sin necesidad de afiliarse al partido.
En los países latinoamericanos que han incorporada las primarias, entre los que se encuentran Uruguay, Argentina, Honduras y Chile, las mismas son abiertas, simultaneas, obligatorias y a cargo de sus órganos electorales, motivado en el hecho de que: a) al ser abiertas, son más participativas y permiten que se escojan los candidatos que gozan de mayor simpatía entre los ciudadanos; b) la simultaneidad evita que los votantes sufraguen por más de un partido; c) la obligatoriedad hace que los partidos celebren sus primarias; y d) el órgano electoral, al organizar las primarias, opera como un tercero imparcial.
Cabe entonces preguntarse, ¿de aprobarse la Ley de Partidos, cuál posición se impondrá? Yo considero que la del poder.