Por esas cosas de la vida las primarias, que eran el patito feo de las leyes electorales, terminaron siendo el rey momo, solo que para celebrar este proceso hay que destacar algunas edificaciones falsas y varias acciones que merecen mayor atención desde el punto de vista de la construcción democrática.
Los estudiosos del Estado y del sistema político dominicano (dije estudiosos, no me refiero a quienes desempeñan un extraño oficio entre las diatribas y los anuncios de colapso) junto a quienes con algún esfuerzo lo tratamos de comprender sin mucho éxito, la semana pasada tuvimos en la reunión de la JCE con las direcciones partidarias una clase magistral acerca de la forma en que se relacionan las instituciones.
Puesto todo en contexto, en cualquier país donde la institucionalidad funcione esa reunión sería en el mejor de los casos considerada un desacierto sino un abierto irrespeto al Poder legislativo que en este momento está discutiendo la ley sobre el tema que provocó la cita. Sumemos al contexto que el Honorable presidente es un antiguo opositor a las primarias, con argumentos distintos a los que expuso ese día memorable y que esta vez evitó externar.
Y si de argumentos se trata, quienes gustamos de la democracia preferimos la prudencia que se sustenta en hechos a los que podamos consultar y verificar. Estoy recordando, por ejemplo, los “cinco mil millones”. ¿Cómo se llega a esa cantidad? Hubo una referencia a las PASO argentinas pero las que parece serán las primarias dominicanas no pueden compararse con ellas, pues aquellas son obligatorias y las de esta media isla serían en la práctica voluntarias. Tampoco se pueden comparar con las uruguayas. En América les queda sólo Chile y Honduras. Por razones obvias, recomiendo consultar las de Honduras –un país con limitaciones democráticas tan escandalosas que no puede hablarse de que tengan una JCE con tecnología, recursos, consenso, tiempo y… vocación democrática. (http://resultadosprimarias2017.tse.hn/ )
Lo que en esa reunión se expuso es definitivamente extravagante. En primer lugar, las muchas cuentas que se sacaron aparentemente parten de que todos los partidos presentarían candidatos a todos los cargos. Pero resulta que eso no ocurre en unas primarias voluntarias en las que ni siquiera participan todos los partidos. Entonces, hablar de los miles de candidatos (20.000 por partido) es definitivamente vulgar. La estupidez debe llevarse con algo de garbo, siquiera. En ningún colegio electoral, incluso si se diera el caso de que participaran en las primarias todos los partidos y llevaran candidatos a todos los cargos, se llegaría a contar una cantidad de votos ni siquiera cercana. En cuanto a los cuartos, para llegar a la cifra de los cinco mil millones seguro que además deben haber considerado que votarían todos los inscritos en el padrón de la Junta, lo que no ocurre ni en las elecciones nacionales y a partir de las experiencias que conocemos de otras primarias voluntarias la participación es bastante reducida pues solo asisten a votar los electores más motivados. Hasta ahora ninguno de esos argumentos resultan decisivos para impedir las primarias. Tendrían que sacar otras cuentas y recurrir a quienes en verdad tengan vocación democrática, lo demás es fácil de conseguir.
Pero todo esto -que llamamos hace unas semanas “streap tease” del sistema y sus actores- ha llegado a niveles francamente dramáticos: los dirigentes de los partidos que nunca se dieron cuenta que estaban en la reunión equivocada, tampoco repararon que ya no les queda ropa que puedan sacarse. Ellos, los dirigentes, los responsables de las instituciones partidarias que hacen que el sistema político funcione, inclinados ante el poder electoral que entrega los recursos y cuenta los votos. El momento culminante de negación democrática e inconciencia institucional fue sin duda la intervención del legislador que alertó a la Junta acerca de que en las reuniones de la comisión de la Cámara de Diputados se escuchaban voces que pretendían afectar al organismo electoral. Como se ve, una fiesta. El legislador debió recordar que en cualquier país con institucionalidad y de considerarse necesario, la Comisión de la Cámara pudo llamar al presidente de la JCE para discutir acerca de las consecuencias de la aprobación de una ley de partidos que incluya primarias.
Llama también la atención la confusión que se mantiene acerca de lo que son “las primarias”. Parece que hasta “googlear” está negado. Oponerse a primarias organizadas por la Junta, es oponerse a primarias, pues las primarias se definen como la modalidad de selección de candidatos de los partidos políticos a cargos de elección popular que organiza el órgano electoral del Estado. Por lo tanto, si no las organiza la Junta no son primarias. Respecto del padrón, el cuento del presidente acerca de que “nunca me inscribí en ese partido, papá me inscribió” no hace más que confirmar lo acertado de que las primarias se realicen con el padrón de la Junta Central Electoral, evitando así dobles militancias, abusos de confianza paternos y fraudes. No olviden que circula la noticia de partidos con padrones de 2 millones o de 520.000 militantes… Comparen por ejemplo esos números con los 660.000 militantes que tenía el PC cubano en 2016 y saquen sus conclusiones.
Otro falso argumento que se debe desmentir en este “streap tease” es que la discusión acerca de las primarias sólo tiene componentes coyunturales. El ex presidente Mejía tiene una opinión favorable a la celebración de primarias abiertas desde un tiempo que supera a la coyuntura y el ex presidente Fernández desde siembre se ha opuesto a las primarias y no es precisamente amigo de la competencia democrática al interior de su partido y más de una vez ha estimado una desconsideración que alguien se atreva a competirle. En honor a la verdad los únicos que han tenido un comportamiento coyuntural hasta la exageración del “pasando un día”, es el PRM que dice buscar acuerdos cuando lo que no tiene son acuerdos internos y tampoco brújula.
Pero lo del PRM es, después de la reunión de la Junta, El suceso. Su voto disidente debieron escribirlo en versos, pues así a lo mejor nadie se daría cuenta de la propuesta de primarias solo para los que se reparten los “fondos de la Junta”. Sin duda un gesto más en su “steap tease” final. El candidato único haciendo lo mismo que hizo con la Convergencia, estafarlos, y ahora recurriendo a crear mecanismos perversos que impidan que una facilidad del Estado (las primarias) sean para caminar hacia un sistema electoral competitivo.
Con todo hay ocurrencias que resulta muy edificante hacer como que no existieron, por ejemplo, aquello de que la ley debe sujetarse a los estatutos de los partidos, un primor. Y hay más del líder opositor (a la democracia electoral) de que solo dos partidos tendrán primarias y que el que la hace la paga como si estuviera invitando a sus compinches a un colmado.
Si de democracia se trata, dominicanos y dominicanas pueden recoger de la discusión de estos meses una vasta experiencia: ya saben por quién no votar.