El elector goza del sagrado privilegio
de votar por un candidato que eligieron otros

Ambrose Bierce

Todos los ciudadanos del país, de manera principal aquellos que su accionar profesional o político incide en gran manera en el desarrollo social y económico del pueblo, deben velar porque cada día más se afiance la democracia.

Los partidos políticos son las entidades mediante las cuales se impulsa y se promueve la participación de los ciudadanos en el día a día democrático de los pueblos. Mediante los partidos políticos se integra la representación nacional.

En el entendido de lo anterior, dentro de los partidos deben primar, más que en cualesquiera otras entidades de interés público, los principios del sistema democrático, de manera que predominen al interior de las estructuras partidarias, valores de igualdad, respeto y protección de los derechos fundamentales y la transparencia en los mecanismos electivos internos.

Los ciudadanos gozan del derecho de asociación que les confiere la Constitución de la república y ejercen tal prerrogativa, inscribiéndose en un partido con cuya ideología y postulados se identifican, los cuales pondrán en práctica en caso de alcanzar el poder para lo que lucharán desde el punto de vista político. De igual manera, mediante la democracia intra-partidaria los miembros de todo partido político tendrán, sin ningún tipo de discriminación, el derecho de aspirar a cargos dentro de su parcela política y a ser postulados por la entidad a cargos o curules en el proceso electoral nacional.

De ahí la necesidad de una ley de partidos políticos que regule y diafanice el accionar de tales instituciones, tanto en su interior como en sus relaciones inter-partidarias.

El sistema de primarias por sí solo en los partidos, se inspira en los postulados democráticos porque elimina la intermediación entre los ciudadanos y los representantes para la elección de sus candidatos,  tiene su origen en los Estados Unidos cuando en 1904 el Partido Progresista que lideraba  Robert La Follete, Gobernador de Wisconsin, creó este sistema eleccionario interno en el Partido Republicano de este Estado. A partir de entonces se vienen usando las primarias en ambos partidos norteamericanos para las elecciones internas de candidatos, tanto cerradas como abiertas según los distintos Estados; en menor medida están las modalidades de semi-cerradas y mixtas, en las cerradas sólo votan los miembros del partido que celebra las primarias; en cambio, en las abiertas, puede votar cualquier ciudadano sin importar que pertenezca o no al partido.

Con relación a la ley de partidos políticos y la necesidad de la misma, lo cual es una aspiración y demanda de los sectores más sensatos de la sociedad dominicana, entiendo que tratar de imponer en esta ley el sistema de elecciones primarias abiertas, sean estas simultáneas o no, desconoce la democracia intra-partidaria de la que venimos hablando, por lo que no pueden proyectar tal democracia hacia la sociedad. Me pregunto ¿de que le valdría a cualquier ciudadano inscribirse en un partido y comenzar a hacer vida política alcanzando prestancia y renombre a lo interno de su entidad partidaria, si en unas primarias abiertas, bajan línea desde otro partido, de votar en el suyo por un precandidato que favorezca a aquel?

No veo sanas las primarias abiertas para la democracia y tal modalidad no debe ser impuesta a los partidos políticos. Estos son los que deben determinar la forma de elegir sus candidatos, como ya lo ha expresado el Artículo 37 del Proyecto de Ley de Partidos Políticos introducido reiteradamente a las cámaras legislativas por la Junta Central Electoral. De igual forma ha sido rechazado por la Suprema Corte de Justicia y declarado inconstitucional el método de elecciones primarias abiertas en el año 2005 con motivo del conocimiento de una instancia de inconstitucionalidad de la Ley 286-04 que establecía el Sistema de Elecciones Primarias mediante el voto universal, directo y secreto.

Siendo así, tenemos como corolario que los partidos políticos con las primarias abiertas pierden su esencia al no ser necesario pertenecer a uno de ellos para obtener el poder, es decir, se puede llegar a cualquier posición dentro de los estamentos partidarios o del Estado sin hacer trabajo político en las filas partidarias, y aquel partido o miembro que tenga más poder, sea político o económico, influirá de manera decisiva dentro o fuera de su propio partido y favorecerá incluso, que sea electo en las primarias de otra entidad política el contrincante que prefiera para enfrentarse; esto no es democrático.

Reitero mi ojeriza hacia las primarias abiertas, pues considero también que ellas son caldo de cultivo donde se aúpa la corrupción política mediante el uso de recursos para influir en la elección de tal o cual candidato.