La decisión de financiar la crisis con déficit ha conllevado un incremento en la deuda del gobierno.  Esta decisión fue tomada por muchos países de la región, sin embargo RD ha sido la que ha mostrado el mayor incremento.  Para 2012 por ejemplo, RD muestra una relación deuda/ingresos fiscales superior a España en la actualidad y similar a la mostrada por Grecia en 2008.  En el caso de RD la relación deuda/ingresos se incrementó de 159% a 239%, es decir 80%, mientras que este porcentaje fue de 70% para El Salvador, 42% para Guatemala, 31% para Chile, 11% para México.  Países como Colombia, Perú, Ecuador y Nicaragua, mostraron disminuciones del indicador.  Un aspecto importante es que los países que incrementaron la relación mostraron aumentos de su presión tributaria también.

El Presupuesto del 2014 no nos entrega una perspectiva de cambio en esta situación. Para el año 2014 el déficit se mantiene en 2.8% del PIB, sin embargo las necesidades de financiamiento lo hacen en un 30%.  El déficit de 2014 se proyecta en RD$77 mil millones, mientras que las amortizaciones totalizan RD$96,000 millones, un incremento de un 40% respecto a 2013.  Esto provoca que las necesidades de financiamiento (desembolsos nuevos) aumenten en 30%, pasando de RD$146 mil millones a RD$189 mil millones.

Los  avances en término de ingresos que se observan en el presupuesto 2014 están relacionados al nuevo contrato con al Barrick Gold, y con la implementación de medidas no implementadas de la reforma 2012.  La presión tributaria se estima todavía por debajo del 15% (14.7%), un incremento menor al 1% del PIB.   Por el lado de los gastos tampoco existen historias nuevas que contar, cada vez es menor la flexibilidad para gastos de  capital por parte del gobierno sin necesidad de endeudamiento.  El Presupuesto propone para el año 2014 un incremento de 10.3% en los gastos totales, en línea con el incremento en los ingresos.  Este incremento es prácticamente un aumento del gasto corriente, ya que el gasto de capital se incrementa solamente 3.87%.  Si quitamos de los ingresos totales los intereses, transferencias y gastos en salario y seguridad social, solamente queda un 17% del ingreso disponible para pagar servicios básicos, compra de bienes e invertir.  En nuestros países donde la infraestructura es escasa, la inversión pública en servicios de apoyo es crítica para motivar la inversión privada y con ello el empleo y crecimiento.  Claramente en una situación como esta, el Gobierno Dominicano tiene endeudarse para poder construir la infraestructura de apoyo al crecimiento. Lamentablemente el mayor incremento lo vemos en la lado del Gasto Corriente, impactado por el gasto en Educación y por la no disminución de las transferencias.

El gasto de intereses y las transferencias reflejan la necesidad de retomar el rumbo hacia la Estrategia Nacional de Desarrollo.  Los gastos de intereses representan un 17% de los ingresos, y a medida que persistan los déficits sin elevar la capacidad de recaudar este peso será mayor.  Nuevamente los gastos destinados a la capitalización del Banco Central (y reducción del déficit cuasi-fiscal) serán ejecutados parcialmente.   Por su lado, las transferencias al sector eléctrico se incrementan en un 30%, y no se contempla ajustes a tarifas.  Ciertamente en el presupuesto se observan inversiones para la reducción de las pérdidas eléctricas, como cada año, pero no medidas que permitan reducir las transferencias a corto plazo.  Adicionalmente, el monto asignado es inferior al estimado para 2013, y sin medidas de ajuste de tarifas es poco probable a corto plazo que lo asignado sea suficiente.

Finalmente para 2014 se estima que los  ingresos que el fisco deja de percibir al otorgar un tratamiento impositivo preferencial con el objetivo de beneficiar a determinadas zonas o contribuyentes, corresponde al 6.6% del PIB, y no se establecen acciones específicas para la reducción de este gasto en el tiempo.

Las deudas no son dañinas para los Gobiernos, siempre y cuando las mismas se vean acompañadas de incremento en la capacidad recaudatoria, a través de mayor crecimiento económico, mayor empleo y mejor eficiencia.  Es desde esta perspectiva que resulta preocupante el incremento en la deuda pública de la República Dominicana.  La pasividad en las reformas acelera el deterioro de las finanzas públicas, y con ello la incapacidad del Gobierno de apoyar al sector privado en la creación de oportunidades y crecimiento, alimentando así un círculo vicioso que recae finalmente sobre los hombros de los dominicanos, sobre todo de los más pobres.

El FMI identificó áreas claves para mejorar las finanzas públicas y reducir las vulnerabilidades.  Estas descansaban en reducción de los exenciones fiscales, reducción del subsidio eléctrico e implementación de un grupo de reformas que permitieran crecer más y con ellos realizar una reforma Fiscal Integral (es decir que abarcara mucho más que impuestos).

Nuestro país cuenta con una Estrategia Nacional de Desarrollo, que establece las iniciativas claves para el desarrollo del país en los próximos 20 años.  Para el logro de los objetivos plasmados en la END, la voluntad y el rol activo del Estado son fundamentales, y el Presupuesto debe ser el vehículo que nos permita viajar hacia el logro de los objetivos.  El Presupuesto 2014 nos refleja que es necesario desempolvar la Estrategia Nacional de Desarrollo y ejecutar las reformas estructurales que permitan al Gobierno jugar un rol activo en el desarrollo de nuestro país, de lo contrario seguiremos jugando Damas creyendo que jugamos Ajedrez.