Pasadas las pasiones que despiertan los procesos electorales nacionales y restablecida la normalidad del país, tanto las autoridades como la sociedad en general deberían echar una mirada a todo lo que tenga que ver con la seguridad en el trabajo (SST).
Hay que abocarse a la formulación y puesta en marcha de políticas públicas encaminadas a garantizar la salud de los trabajadores y trabajadoras dominicanos de todas las ocupaciones y profesiones antes, durante y después de desempeñar cualquier actividad productiva.
La seguridad y la salud en el trabajo deben de contemplarse desde que un centro de trabajo o empresa está en la etapa de proyecto, de manera que se escojan la ubicación, los materiales, maquinarias y equipos que no representen ningún riesgo para las personas.
Todos los procesos en los que intervengan hombres y mujeres en determinadas ocupaciones deben cumplir con las leyes, normas y reglamentos que protegen a los trabajadores de los accidentes de trabajo y las enfermedades ocupacionales.
Hay que cumplir con la evaluación médica pre empleo o de ingreso que se le debe practicar a los candidatos a ocupar las posiciones ofertadas por las empresas. Pero la evaluación médica pre empleo debe hacerse no como una simple formalidad, sino que debe corresponder a la evaluación de riesgos del ambiente laboral
Las autoridades competentes deben asegurar que los centros laborales tengan condiciones de trabajo donde se apliquen controles de riesgos adecuados a la actividad económica a las que se dediquen y que los trabajadores y trabajadoras reciban los entrenamientos y las capacitaciones para que puedan desempeñar su trabajo de una forma segura.
Hay que cumplir con la evaluación médica pre empleo o de ingreso que se le debe practicar a los candidatos a ocupar las posiciones ofertadas por las empresas. Pero la evaluación médica pre empleo debe hacerse no como una simple formalidad, sino que debe corresponder a la evaluación de riesgos del ambiente laboral, indicando los estudios y análisis que determinen las condiciones salud de los candidatos para "colocar el hombre adecuado en el trabajo adecuado".
Ya logrado lo anteriormente expuesto los trabajadores y trabajadoras deben ser sometidos a evaluaciones médicas periódicas a los fines de determinar que su salud no se ha visto afectada, ni una condición médica previa agravada producto de la labor que desempeñan. Esta evaluación periódica no debe anualmente para todas las ocupaciones como por lo general se hace, sino que la periodicidad a corto, mediano o largo plazo dependerá a los riesgos presentes en el medioambiente laboral.
Existe una tercera evolución, muy poco practicada por cierto, la cual se le realiza al trabajador cuando finaliza su contrato de trabajo y tiene como finalidad determinar las condiciones de trabajo en el momento de su egreso, sirviendo al mismo tiempo para liberar al empleador de cualquier demanda futura por alegación de alguna enfermedad laboral.
Entre tanto, los trabajadores deben disponer de los servicios médicos asistenciales en su centro de trabajo adecuados para la promoción de la salud y la prevención de enfermedades. Esto está contemplado dependiendo de la cantidad de empleados que tenga la empresa.
Las empresas deben establecer programas de charlas sobre las enfermedades agudas y crónicas más comunes tales como: dengue, chikungunya, zika, hipertensión arterial, diabetes, cáncer cérvico-uterino y de mamas, cuidado de la espalda, manejo seguro de cargas, postura laboral correcta, para los trastornos osteomioarticulares, entre otras.
Deben tomarse en cuenta aspectos nutricionales, la salud de la familia, programas de vacunaciones, cuidado de las embarazadas y el control y tratamiento de las enfermedades crónicas porque está demostrado que un trabajador sano es un trabajador más productivo.