En términos prácticos, en las relaciones entre naciones, se da lo que establece la ley de los vasos comunicantes, pero a la inversa. El flujo migratorio, será en dirección del grupo social que tenga condiciones más deprimentes socioeconómicamente al que dispone de una economía mejor, en términos comparativos. Esta realidad, es una radiografía de lo que ha pasado en el mundo siempre, y la República Dominicana, no es la excepción -verbigracia los dominicanos, caribeños y centroamericanos en Estados Unidos, Los Griegos en países vecinos, Los Africanos hacia Europa, etc.-.
El país, representa una zona de amortiguamiento migratorio para Los Estados Unidos, que reduce la presión de ésta hacia el norte. Sin embargo, la forma en que hemos manejado este problema, es inaceptable desde el punto de vista de los derechos humanos inalienables, de un segmento importante de dominicanos, porque son negros -Don Rafael Herrera decía: que el dominicano, cuando escuchaba una tambora, sino movía el culo, movía la oreja-, sus derechos generacionales, han sido negados retroactivamente a partir del año 1929, con la cuestionada e inhumana Sentencia 168-13. Dicha Sentencia, es la “peor” ayuda que los jueces del Tribunal Constitucional hayan podido hacer a favor del país y del gobierno actual, ya que ninguna ley debe ser retroactiva.
Con las explicaciones que anteceden, si el gobierno de Danilo Medina y el PLD, imponen a Roberto Rosario en la JCE nuevamente, en franco desafío prepotente y avasallante, a los sectores políticos, económicos, sociales a nivel nacional e internacional al tiempo de ignorar el reciente informe de la Organización de Estados Americanos (OEA) y concretamente, de Los Estados Unidos, las presiones pudieran incrementarse, surtiendo efectos demoledores para la Administración de Medina, especialmente, porque no tendrá soporte interno para resistirlas. Estas presiones, no solo se circunscriben a cancelar visas personales y diplomáticas, sino en afectar el comercio de importación y exportación, restringir el envío de remesas al país, aconsejar que los turistas americanos, escojan otros destinos para vacacionar.
En adición, la República Dominicana, ha sido incluida en la lista del informe anual de países productores de drogas o que permiten el tránsito de las mismas con el agravante de que la administración del presidente Medina, ha nombrado personal a nivel de ministerio, que han sido mencionado en recibir apoyo económico del narcotráfico, para sus aspiraciones presidenciales.
Sumado a todo esto, el informe internacional reciente que ubica a la República Dominicana en el penúltimo puesto -solo supera a Haití- en integridad electoral (Abel Guzman:Informe ubica en el penúltimo lugar a la integridad electoral dominicana. Diario Libre, 23/9/16) y como colofón el llamado del Secretario General de la ONU Ban Ki-moon, quien en presencia del presidente Danilo Medina dijo:… “Sin duda son muchos los lugares donde vemos a líderes que cambian constituciones, manipulan las elecciones y toman otras medidas desesperadas para aferrarse al poder”…
Finalmente, pudiera aplicarse las expresión pronunciada por Charles De Gaulles, pero atribuida al Secretario de Estado John Foster Dulles (Wikipedia:February 25, 1888 – May 24, 1959) que dice: “Los Estados Unidos, no tienen amigos sino intereses” . Entonces, como la democracia en poder del PLD, está en peligro por cuyas razones, la migraciones de haitianos y dominicanos, continuará aumentando. Entonces, los intereses de Los Estados Unidos, también peligran. Creemos, que los aprestos reeleccionistas para el 2020, están sufriendo, su primer revés.