Vivió casi un siglo. Los distintos gobiernos que tuvo el país en su existencia, siempre lo respetaron. Ciudadano íntegro, cabal y honesto. Siempre estuvo del lado de la causa más justa del Pueblo Dominicano.
Nació en la ciudad de Santo Domingo, el 16 de septiembre de 1848. Fueron sus padres Nouel Henríquez (oriundo de Curazao) y de doña Clotilde Carvajal.
Hizo sus estudios primarios y secundarios en el Seminario Conciliar de Santo Domingo, dirigido por Meriño.
Desde temprana edad dio muestra de inclinación a las letras. Se inició en el periodismo en los periódicos: “La Regeneración” y El Patriota.
Así como también como en “El Nacional”, “El Teléfono”, escribiendo en los mismos bajo los seudónimos de: Edgardo, Porfirio, El Espectador, Jorge Aurispa y Un Observador. Fundó la revista “Letras y Ciencias”. Desde la tribuna del periodismo defendió los mejores ideales patrióticos nacionalistas, antillanos y americanistas
También escribió en diferentes periódicos extranjeros.
Fue amigo de José Martí, y de Eugenio María de Hostos. Con éste último participó como Profesor en la Escuela Normal, que Hostos fundara en nuestro país junto con Salomé Ureña de Henríquez.
El 16 de julio de 1902, obtiene el título de Licenciado en Derecho en el Instituto Profesional de Santo Domingo y allí fue Profesor y llegó a ser Director del mismo.
Se destacó en el campo de la literatura. En sus primeros años escribió poesías y cuentos.
Casó con Carmen Amelia García Ricardo (natural de Puerto Plata, nació el 24 de mayo de 1856, hija de Fernando García y Perdomo y de Gregoria Ricardo y murió en 1894) y procrearon los hijos: Ángel Porfirio, María Gregoria, Fernando Abel, Carmela, Federico Noel, Enrique, Luis Adolfo, Salvador Colombino y Carmen Henríquez García. Casó en segundas nupcias con la destacada educadora dominicana, Luisa Pellerano de Castro (1870-1927, hija de Manuel María Pellerano y Teresa de Castro), en el año 1907.
Publicó libros y opúsculos, entre los que cabe destacar: La Hija de Hebreo, Ramón Mella, El Derecho Público Internacional y la Guerra, Discurso pro Duarte, Cuba y Quisqueya, Rosas de la tarde (poesía), El monólogo de Enriquillo, Leyenda poética, Todo por Cuba, Nacionalismo, Del amor y del dolor, Páginas selectas, Ética y Estética, Romances históricos, El Dilema, Mi árbol de sonetos. También escribió el opúsculo intitulado : “Lecciones de Historia de la Enseñanza Nacional, escrito en 1915, publicado en la revista Clío, Número 125, enero-agosto, 1970, páginas 13 hasta 49..
Don Federico Henríquez y Carvajal, fue un sólido y consagrado intelectual, que se destacó en el campo de las letras. Se le respetó. Se distinguió en la oratoria.
Fue uno de los fundadores y primer Presidente de la Academia Dominicana de la Historia. Ocupó los cargos : Oficial Mayor del Despacho de Guerra y Marina y Ministerio de Justicia en 1874; Secretario de la Junta Superior de Estudios y Legislación; Presidente de la Suprema Corte de Justicia (1912-1916) y Secretario de Estado de Interior y Policía, en 1916.
Fue abuelo del reconocido antitrujillista, escritor, historiador Dr. Francisco Alberto Henríquez Vásquez (a) Chito Henríquez.
El Lic. Federico Henríquez y Carvajal, murió en la ciudad de Santo Domingo, el 4 de febrero de 1952