El gobierno del presidente Danilo Medina está empeñado en modificar la matriz de generación de electricidad para reducir costos y todos debemos respaldar esa decisión porque quienes pagamos cada día una factura más cara no podemos vivir condenados de por vida a cubrir el consumo de los que se conectan al sistema (los más ricos mucho más que los más pobres) en forma fraudulenta.

En su interés genuino de disponer de mayor generación, el presidente Medina no puede aceptar caer en el desespero –que por lo general son trampas de grupos económicos que han vivido de la crisis del sector y se han chupado los jugosos subsidios- del náufrago que se agarra de una tabla podrida en alta mar para tratar de sobrevivir.

El presidente Medina no está en condición de náufrago con la crisis de los apagones porque desde 1966 hay suficiente documentación de que el país entró en crisis en el sector eléctrico y con el paso de los años no hecho otra cosa que agravarse y generar riquezas a quienes no quieren que se supere.

Pero el gobierno se comportaría como un náufrago si se mete en construir –en pleno siglo XXI- un parque energético a carbón por las implicaciones económicas, ambientales y de salud que tendría para el país.

El mayor contaminante del aire actualmente es la quema de carbón mineral y por eso en Europa están desmontando las generadoras de este combustible. Las muertes por efecto de la contaminación superan las 20,000 en Europa cada año.

China Continental busca desesperadamente cómo convertir sus plantas a carbón en plantas a gas natural sintético porque la contaminación del aire es ya una epidemia en sus grandes ciudades y complejos industriales.

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, anunció en junio pasado que no invertirá más en proyectos de carbón en el extranjero y pidió a los bancos multilaterales que hagan lo mismo, porque consciente de que es el mayor contaminante del aire, no quiere contribuir a acelerar el cambio climático.

Al día siguiente, 27 de junio de 2013, el Banco Mundial informó que tampoco financiaría plantas a carbón –salvo en casos de extrema necesidad en algunas regiones- y en cambio “ayudará a sus clientes a identificar alternativas a la energía a base de carbón a medida que hace cambios hacia la energía sustentable", afirma el documento "Hacia un Futuro de Energías Sustentables para Todos".

Más aun, el Banco Mundial propone directamente que la mejor alternativa para obtener energía de bajo costo y limpia es el uso del gas natural.

"El gas natural, que tiene la mitad de la huella de carbono del carbón en su punto de combustión, puede ser el medio menos costoso de brindar un suministro eléctrico flexible donde la demanda y suministro fluctúan", sostiene el estudio, según un despacho publicado por la agencia Reuters.

Es más que evidente que lo que realmente le conviene a República Dominicana es construir plantas generadoras a gas natural porque los costos ambientales y en víctimas humanas provocadas directamente por los contaminantes del carbón mineral, triplicarían los supuestos ahorros que dejaría la compra de carbón a bajo precio.

Uno se sorprende del afanoso trabajo de funcionarios de la Corporación Dominicana de Empresas Eléctricas Estatales (CDEEE) por presentar las plantas a carbón como inocuas, cuando deben saber que son terriblemente contaminantes y con efectos directos a la salud humana y animal.

El pasado miércoles el presidente Medina conversó con el subsecretario de Estado de Comercio de Estados Unidos para América Latina, Francisco Sánchez, quien le manifestó el interés del gobierno de Obama para que empresas norteamericanas se instalen en el país para producir 1000 megavatios de energía limpia utilizando gas natural.

Pero hace solo un mes la empresa colombiana Promigas ofreció invertir 600 millones de dólares para convertir a gas natural plantas dominicanas de generación de electricidad cuyo combustible es derivado del petróleo.

Mi pregunta es por qué poner en peligro la vida de más de 135,000 habitantes de tres ciudades de la provincia Peravia (Baní, Nizao y Paya) instalando un parque energético a carbón cuando hay tantas ofertas para evitar esa segura contaminación ambiental que llevaría a estas ciudades a la ruina.

¿Por qué el presidente Medina no consulta la opinión de verdaderos expertos en energía del Banco Mundial, de Estados Unidos y otros organismos antes de meterse en la camisa de fuerza de construir plantas a carbón?

¿Hay algún interés en repetir y duplicar las compras a carbón que destapó el profesor José Izquierdo antes de que lo sacaran de Fonper? Solo el doctor Marino Vinicio Castillo, como funcionario del gobierno, ha tenido una actitud honorable en ese escándalo.

Licenciado Danilo Medina: usted es el presidente de todos los dominicanos y no es posible que utilice un tanque de guerra para borrar una casa de hormigas. Eso sería y no otra cosa, construir plantas a carbón a poca distancia de grandes ciudades cuando puede construirlas dentro de ellas con gas natural.