Desde la desaparición del Dr. Joaquin Balaguer como presidente de la República, el lenguaje ambiental y vocabulario ecológico, estaban desaparecidos en la Oficina sureste del Palacio Nacional. Crea mucho aliento y da esperanza, que aunque de forma limitada y tímida, el presidente Danilo Medina, está tratando de rescatar dicha semántica preservacionista, porque está viendo con sus propios ojos, lo dramático de la deforestación en todo el territorio nacional, muy a pesar de las mentiras, engaños y falsedades repetidas de las anteriores autoridades, que él mantuvo en dicho Ministerio, ignorando lo que ocurría en desmedro del medio ambiente y que ha sido denunciado nacional e internacionalmente.

Desde el mes de julio del presente año, finalizando su primer cuatrienio e iniciando su segundo mandato constitucional, tanto en la Región del Cibao como en su originario sur -verbigracia dos veces en el mismo sitio (Hondo Valle)-, el presidente Medina ha mostrado su preocupación por el grado de deforestación porque no ha podido ver con sus ojos donde se localizan el casi 40% de cobertura boscosa, que tantas veces han repetido sus propias autoridades ambientales, los cuales hasta en foros internacionales han ido a mentir. La reforestación, es como la mujer embarazada: se nota el embarazo y a los 9 meses pare! Entonces, como no se ve, ni está preñada la mujer y mucho menos están reforestadas nuestras cuencas hidrográficas.  

Ya que el presidente Medina, ha declarado el “Cuatrienio del Agua”, es muy justa su preocupación sobre la deforestación. Las montañas deforestadas, no retienen el agua de lluvia, no se llenan los acuíferos, con acuíferos sin agua, ésta no fluye hacia los ríos, arroyos, cañadas y aguadas, se reduce la diversidad y biodiversidad, la erosión de los suelos que luego reducen la vida útil de las presas, las presas y embalses se secan, con los embalses secos, no hay agua para los acueductos, los cultivos no florecen ni producen, las poblaciones desaparecen. El presidente Medina, ha pronosticado lo que pasará en 6 o 10 años y esa expresión en boca del primer mandatario de la nación, resulta tétrico y dramático, pero es la verdad.

Pero Señor presidente, no solo los campesinos que deforestan por ignorancia y por subsistencia, deben ir presos, antes deben ser instruidos para enfrentar el desafío de la reforestación. Además, deberían ir presos los empleados del Ministerio, que venden los permisos para hacer carbón o se hacen de la vista gorda; deberían ir presos los miembros del Comité Central que depredan al Parque Nacional de Bahoruco; deberían ir presos los empresarios afiliados al PLD y que como recompensa, le permiten sacar impunemente los agregados de los ríos, a la vista de todos y denunciados permanentemente.

Sin embargo Señor presidente, meter preso no es la solución, si por eso fuera, ya el problema estuviera resuelto -verbigracia la represión aplicada con Candelier y con Selva Negra-. La solución es cambiar represión por educación. La preservación de los bosques, es un asunto de largo plazo y con una estrategia educativa de largo plazo, debe enfrentarse!