Una valiente y acuciosa investigación del periódico HOY/Altagracia Ortiz, ha puesto los dedos sobre la llaga sobre la creciente falta de ética y comercialización de la práctica médica a cargo de una parte pequeña, pero muy influyente, de los recursos humanos del sector salud.
La revelación de que en tres años se han realizado 20,507 procedimientos cardíacos a un costo de 1,734.8 millones, ha sido calificada por los especialistas más conscientes, como “una práctica mercurial que cuestiona la ética médica y la calidad de la atención en salud”.
Días después, ADARS informó que, en los últimos cinco años, siete ARS pagaron 2,110.6 millones por unos 14,824 procedimientos. Los pagos por cateterismos pasaron de 58.3 a 93.6 millones, es decir, un 160%, mientras se elevaron de 192.6 a 473.7 millones por las angioplastias, creciendo un 246%, sin contar otros 422.1 millones por copagos ilegales y compulsivos.
Estas estadísticas evidencian abusos y falta de supervisión, por lo que el Dr. Castaños Guzmán pidió actuar con responsabilidad “para evitar que el médico abuse y lleve a cabo un acto no ético, casi siempre por razones pecuniarias particulares. En igual sentido se refirieron otros galenos de reconocida pulcritud.
Ya no se trata de hechos aislados, sino de una mafia que fomenta prácticas lesivas a la salud. Se citan crecientes casos de procedimientos nocturnos de “emergencias”, y durante los fines de semana, cuando las ARS carecen de personal técnico suficiente para detectar cualquier abuso e irregularidad.
¿Cuáles serían los resultados sin la administración del riesgo?
Aunque la Sociedad de Cardiología salió en defensa de la clase, señalando que esas intervenciones son “ridículamente bajas”, puedo dar testimonio de que cada vez minorías se asocian para reducir la salud a una gran piñata, que se reparte a la garata con puño.
Hace tres años me refirieron para hacerme un cateterismo. Antes del procedimiento el médico me preguntó, ¿usted ha tenido dolor de pecho, sudoración, sofocación, o molestias al subir escaleras? No, hago ejercicio cinco días a la semana durante 40 minutos sin ninguna dificultad. No ocultó su extrañeza, los resultados fueron totalmente negativos y no me implantaron el stent.
¿Cuál es la información y la experiencia del 99% de los afiliados para detectar que le están prescribiendo servicios que no necesita? Si esas prácticas mercuriales se multiplican, a pesar de que las ARS “quieren quedarse con todo”, ¿qué pasaría si éstas desaparecieran? Sin reducir esos abusos fraudulentos, ¿cuánto tiempo duraría el equilibrio financiero del Seguro Familiar de Salud (SFS)?
La predisposición contra las ARS llega a tal grado que, a pesar de que son las que pagan el costo de esos excesos y negocios, los gremialistas las culpan y niegan que grupos médicos formen parte activa en la comercialización de la salud. En materia de la medicina mercurial, ni las ARS ni las PSS pueden tirar la primera piedra.
Obviamente, los cardiólogos no son los únicos. En todas las especialidades, un sector pequeño, pero influyente y poderoso, está haciendo negocios millonarios con la salud del pueblo, en las propias narices de las autoridades del Ministerio y del SDSS.
A diferencia de una o dos décadas atrás, la población está tomando consciencia y cada vez cuestiona más libremente el enriquecimiento ilícito, mediante el exceso de prescripción y el cobro sin recibo de copagos ilegales que superan los 54,000 millones al año.