En mi penúltimo artículo en este diario escribí que la posibilidad de hacerle las dos reformas a la Constitución que harían falta para forzar el continuismo del gobierno, es “una ilusión mediática interesada”, o desenfocada, agrego ahora.

Una percepción mediática alentada especialmente por funcionarios y allegados que se sirven de una y mil formas de la res pública, o analistas u opinólogos parcializados o que andan confundidos. 

Luego de aquel artículo fueron expresados varios pronósticos  que me obligan a subrayar los argumentos fundamentales de mi posición y a exponer una idea nueva.  

En orden cronológico esos pronósticos son: a) La predicción astrológica de este año de una vidente probada danilista, de que en 2020 habrá continuismo; b) Mi amigo Persio Maldonado, director de El Nuevo Diario, vaticinando que si el gobierno intenta imponerle al país una reforma continuista “es difícil que no lo logre”, y que “es previsible que la busque”. 

c) El pronóstico de Elpidio Báez, quien dice por enésima vez que de tratar de imponer la mentada contingencia el gobierno tiene asegurados los votos de 12  de 37 diputados que se han retratado varias veces ratificando que son leales a la determinación del expresidente Leonel Fernández.

d) La aprensión del diputado Fidel Santana, quien dice que los reeleccionistas “tientan” a legisladores ofreciéndoles RD$35 millones, apartamentos, vehículos…villas y castillas. 

Frente a esos tres pronósticos de la vidente releccionista, de Persio, del mal pronosticador que es Báez, y ante el recelo de Santana refresco un argumento central, y agrego otro nuevo: 

La contingencia continuista  conllevaría un triple salto mortal, que implica i) imponérsela al PLD sin que se divida; ii) comprar los votos que faltan, cuando de antemano el continuismo ha asqueroseado a los legisladores que eventualmente lo hagan, quedando convertidos en estiércol político y iii) imponerle el plan continuista a las 3 cuartas partes de un pueblo que ha expresado una y otra vez un macizo rechazo a que se vuelva a intentar la compra y venta de votos, que ahora conlleva dos reformas a la Constitución: en su artículo 124 y en la Vigésima Disposición Transitoria.

 En el caso de la vidente, es conocido lo que hay. Persio ha demostrado ser bueno administrando El Nuevo Diario, y dirigendo tenis, pero no se le conocía como politólogo.

De Georges para acá a Elpidio pocos creen que pegue alguna, y al diputado Santana algunos piensan que pudiera estar afectado por alucinaciones de sus amigos leonelistas.  

Mi nuevo argumento sobre una eventual malaventura continuista es el siguiente:

Esa oposición que la propaganda del gobierno dice que no existe, pero que ya obligó al danilismo a recular en la pretensión de imponer las primarias abiertas en todo los partidos, quedaría en oportunidad de potenciar un arsenal de denuncias y demandas que acorralarían al continuismo, objetibilizándolo como el responsable de que ruede por el suelo la precaria gobernabilidad política y social del país. 

En una situación como la presente Danilo bien puede organizar, tranquilo y de manera constitucional su salida del poder, o agitar la coctelera hasta un punto en que nadie sepa en qué pare la cosa, caballeros…