Al concluir un año se nos vienen muchas ideas a la mente, hemos tenido la posibilidad de haber contado con 365 días para vivir, emprender caminos, hacer planes, vivir sueños, y lograr metas.
En los últimos días del año 2016 se impone el tiempo y se nos abren nuevos deseos, es decir, aprovechar todo lo que ha sido fructífero y esto es una buena señal. Hacer una revisión para discernir lo que es materia de crecimiento para cada uno en este tiempo. Y esto nos prepara para abrirnos a la novedad de un año que se nos da enterito para ser vivido, aprovechado y servido.
Es un tiempo oportuno para mirar todo el año y agradecer todos los regalos que hemos recibido durante este hermoso tiempo. Mirar las metas conquistadas, los éxitos tenidos, los acuerdos realizados, la vida en acción que hemos vivido.
Mirar cada dimensión de la vida y hacer una valoración de todo aquello que ha sido importante, al mismo tiempo experimentar la posibilidad de cerrar aquellos ciclos que aun han permanecido abiertos, y que muchas veces conllevan a conservar desamores, rencores, rencillas, y al mismo tiempo guardan deudas ancestrales que se quedan en nuestro ser y se pasan de una generación a otra.
Cerrar ciclos:
Todo aquello que se ha mantenido en nosotros y que aún no cuaja o no cumple su cometido, quizás es tiempo de cerrarlo, pues a veces hay muchos ciclos incompletos que dejan grandes huellas en nuestra existencia, impidiéndonos sentir la realización que merecemos, esos ciclos en algunos momentos corresponden a personas, situaciones o cosas y una vez descubierto es saludable cerrarlos.
De este modo, es bueno observar si en la lista de las personas que amamos o de las que deberíamos amar más existe algún recuerdo nefasto, doloroso o sin sentido y ya se ha cumplido el tiempo de soltarlo, cerrarlo, dejarlo ir.
Cerrar ciclos va en la dirección de no dejar nada pendiente al reiniciar un nuevo año, y si es posible, hacer un ejercicio ya sea a través de una carta, una llamada, un escrito, o un simple mensaje, que permita expresar directa o indirectamente a la persona la señal de cierre. Esto ayuda a que ambos nos sintamos en libertad de saber que no nos debemos nada, también es bueno saber que en ocasiones los cierre no solo tienen que ver con deudas de dolor, a veces son deudas de amor, y entonces podemos aprovechar el fin y el inicio de año para decir aquel reconocimiento que hace mucho tiempo debí hacer y no he concretado todavía, y así aprovecho y cierro ese ciclo con un te quiero, eres importante para mí, me has ayudado mucho, en fin… expreso tantas cosas que se quedan sin saber y sin expresar.
En algunos momentos el ciclo hay que cerrarlo con una pareja que no funciona más, con la cual se ha intentado todo y no se ha llegado a ningún lugar pues ya no es posible hacer más esfuerzos, y es muy importante dejar en libertad y también poder hacerle saber “eres libre para que puedas hacer lo que quieras y con quien quiera”, estás en libertad.
Cerrar ciclos implica perdonar deudas de amor o de dolor, que incluye lo poco que me han amado, o lo mucho que me han lastimado, y ahora en este tiempo también se cierra esa etapa, y “te dejo en libertad y me quedo en libertad”.
Este cierre a veces, tiene que ver con vínculos más directos, involucrando a parientes muy cercanos con los que tenemos algún pendiente, y es un buen tiempo para cerrarlo.
Cómo cerrar estos ciclos?
- Suelto. Reconociendo que la persona con la que tengo el pendiente ya le dejo en libertad, es decir, no la llevo más en mi pensamiento o sentimiento, suelto todo aquello que me ataba a esa persona, pues entiendo que ya es momento para que ambos nos liberemos.
- Cierro. Busco las cosas positivas que han formado parte de mi ser en este año, lo que me ha ayudado y todo aquello que me ha restado, o me ha dañado o lastimado y le doy un buen término o final, cerrando la posibilidad de que me siga haciendo sufrir más y reconociendo que tuvo un propósito para mí.
- Revisar. Mirar los recursos ilimitados con los que cuento, con los cuales he tenido todo un año para vivenciarlo, me pregunto cómo he aprovechado el tiempo y sin culpa, reviso los beneficios recibidos y el tiempo desperdiciado o aprovechado y a la vez me hago el propósito de aprovechar más la vida que se me regala como un don o como gracia.
- Dejar ir. Vivir en libertad el resto del año, vivir lo que estaba diseñado para mí, ni más ni menos de ahí. Por ello, aquello que no pudo ser, lo dejo ir, lo suelto, lo cierro, lo entrego, “ya no me apego, ya no te retengo” en libertad te dejo ir.
Dar las gracias por todo lo recibido durante este tiempo que resta del año, al tiempo que me preparo para abrirme a lo nuevo que me depara el nuevo año y lo recibo con gratitud y amor.
En fin…
Cerrar ciclos para empezar un nuevo año con más libertad y mayor apertura. Al hacer cierres también se me da la oportunidad de soltar todo aquello que me impide avanzar con mayor agilidad emocional y energética por la vida.
Soltar me proporciona la posibilidad de tener las manos y todo el ser libre para acoger lo nuevo, sin nada que nos ate o nos impida recibir y ofrecer. Suelto todo aquello que durante el año no me ha permitido hacer los progresos requeridos.
Revisar de forma sencilla y consciente todas las áreas o dimensiones de mi vida para saber dónde es necesario hacer unos reajustes o reenfoques. Y aprovecho este tiempo para hacer esta revisión o limpieza que me disponga a iniciar con positividad el nuevo año.
Dejo ir apegos, resentimientos, sueños erróneos, falsas esperanzas, dejo ir todo aquello que me ha propiciado ilusiones “baratas” que en vez de bienestar me han entristecido la vida. Dejo ir todos los falsos deseos que han pegado la vida a ilusiones falseadas, dejo ir todo lo que me impide ser la gran persona que deseo y merezco ser.
Agradecer es una actitud que denota sabiduría pues abre grandes puertas en la vida permitiendo ensanchar los canales de superación personal y familiar.
Agradezco profundamente las vivencias de este año, los regalos, los milagros, los parabienes, las metas logradas, los éxitos conquistados, las esperanzas integradas. Agradezco la vida que me espera, pues sé que será muy buena.
Doy gracias por todas las personas que han formado parte de mi ser durante este año, las cuales han sido como ángeles en medio del camino.
En fin, al concluir el año hacemos un cierre con dignidad y nos preparamos para recibir todas las bendiciones, las gracias y todo aquello que podamos albergar de la mano creadora manifestado en nuestras familias, espacio de labores, amistades, lugar donde vivo la misión de vida y con todo eso y mucho más abro las puertas de mi corazón, de mi vida y de mi ser a vivir propósitos, sabiendo que no estoy solo ni sola, alguien más grande que yo acompaña el caminar y mi propósito de vida. Me abro a vivir con vitalidad, apertura y amor el nuevo año.