El Presupuesto Nacional del 2014 presentado por el Poder Ejecutivo al Congreso, es el segundo del Presidente Medina deficitario, basado en fuerte endeudamiento interno y externo, y en aumento del gasto corriente y creación de un nuevo innecesario Ministerio de Energía y Minas. El ex presidente Fernández tuvo seis años de Presupuesto deficitarios y con la nueva Constitución del 2010, se crearon tres nuevas Altas Cortes y la figura del Defensor del Pueblo. Toda una burocracia y súper nóminas no indispensables, para un país pobre.

Creo que con ocho años de déficit fiscal, financiado con deuda pública, estamos muy cerca del límite del endeudamiento. El Gobierno y Congreso están jugando con candela. La deuda pública del Gobierno Central asciende a agosto US$ 21,770 millones el 37 % del PIB y la deuda pública consolidada asciende a US$ 35,180 millones o el 47 % del PIB. El 42 % de los ingresos fiscales del Presupuesto se dedican al servicio de capital e intereses, lo que limita severamente las finanzas públicas.

El Presupuesto planteado presume un monto de ingresos corrientes de RD$ 418, 814,757,075, que representa un incremento del 12.2 %, basado en un aumento dudoso de recaudaciones adicionales de impuestos de RD$ 49,064,139,159, equivalente a un aumento del 14 %. Me temo que para llegar a ese monto, vendrá otra reforma o parche tributario. Es decir, más impuestos a la población y a las empresas. El Presupuesto asume  un crecimiento del PIB de 4.5 %, inflación de 4.5 % y tasa de cambio RD$ 44.4.

El total de gastos presupuestados asciende a RD$ 501,584.629,753, con un incremento de 10.3 % respecto al 2013, más las aplicaciones financieras de RD$ 111,552,186,323. Los gastos, pues, superan los ingresos, creando el déficit de RD$ 77,709,023,634, y por segundo año un 2.8 % del PIB. Lo preocupante y nada pro- desarrollo es que aumenta el gasto corriente en 12.2 % y solo 3.3 % en gastos de capital. El total de gastos corrientes será de RD$ 399,776,498,939, que representa el 80 % del Presupuesto, y el de capital RD$101,808,130,814, con lo que habrá menos inversiones públicas en infraestructura y proyectos comunitarios. La partida de Construcciones solo asciende a RD$ 61,916,648,427, el 12 % del total de gastos.

Lo que sorprende y representan compromisos de gastos fijos, es que en tres años se han creado tres Altas Cortes, un Defensor del Pueblo y un Ministerio de Energía y Minas, que juntos costarán RD$ 1,743,608,000. Y la Cámara de Cuentas, el gran fiscalizador y auditor, que debería tener más recursos, le asignaron solo RD$ 516,248,087,000. Al Ministerio de Obras Públicas que tiene un rol fundamental le asignaron RD$ 25,446,612,795, que se desglosa en RD$ 8,033,401,880 para sus gastos corrientes y RD$ 17,413,210,915 para gastos de capital.

Siempre se privilegia el gasto corriente que no impulsa con el mismo impacto la  creación de empleos y el crecimiento, en contra del gasto en obras de infraestructuras, que con su multiplicador, crea más muchos empleos, empuja el crecimiento y reparte dinero entre contratistas y suplidores. La política de estímulos a lo Keynesiano se basa en aumentar las inversiones en obras públicas y proyectos, no en incrementar el gasto corriente con más nóminas. En la teoría, aumentar el consumo es bueno, pero mucho mejor por el multiplicador, el aumento en inversiones de obras públicas. Ésta es la verdadera política de estímulos, lo otro es aumentar el Estado patrimonial y clientelista político.

Respecto al financiamiento global del déficit presupuestario y pagos de deudas (aplicaciones financieras), se necesitarán nuevos préstamos internos y externos por RD$ 189, 261.2 millones o US$ 4,262,639,863, el 6.9 % del PIB. Una cifra alarmante. Se incluye una nueva emisión de bonos soberanos de US$ 1,500 millones, de Petrocaribe US$ 600 millones de bonos domésticos RD$ 33,854 mil millones (US$ 757 MM) y fuentes multilaterales en US$ 540 millones.

Esta dependencia del Presupuesto de financiarse con más deuda pública es un error, pues cada vez el pago de los intereses y el principal absorben más del 40 % del Presupuesto. Es un camino muy peligroso, que puede terminar como Grecia, Portugal España y otros países. Hay un límite al endeudamiento, en el cual se rompe la sostenibilidad.

Después del déficit consolidado de 8 % en el 2012, y proyectado 2.8 % del PIB para 2013 y 2014, se debió seguir desmontando estos déficit, financiados con deudas. Para este Presupuesto del 2014 se debió tener la meta de lograr un 1 % del PIB de déficit fiscal. También se debió bajar gastos corrientes y racionalizarlos, y aumentar las inversiones de capital en obras. La doctrina del Presupuesto está distorsionada.

Detrás de estas cifras hay un tema de filosofía y política económica y social, pues deseamos tener un Estado patrimonial-clientelista, que privilegia el gasto, nóminas y subsidios, con sus consecuencias electorales, o un Estado propulsor agresivo del desarrollo, con aumentos de las inversiones reproductivas. Al final, es un asunto de filosofía sobre el tipo de sociedad que queremos. Un Estado benefactor, o uno facilitador y regulador. Habrá que escoger la política económica, que cree más empleos, aumente la producción y las exportaciones y que apoye mucho más al sector privado, el verdadero creador de riquezas y empleos masivos.