Al enumerar la lista de artistas plásticos/visuales, en los distintos momentos históricos, se nota el esfuerzo individual y colectivo por tratar de que el arte y sus obras  trasciendan el espacio insular. Muchos de ellos convertidos en figuras por el referente de los movimientos a los cuales representaron.

Maestros extranjeros, así como también otros dominicanos que volvieron del exilio, aportaron para que en el país se desarrolle una de las estructuras más sólidas como grupo de profesionales, formándose de ello todo un engranaje donde confluían ideales, aficiones, oficio y lucha social.

El hecho mismo es que el acrecentamiento de estos grupos, de algún modo influyó en una nueva configuración institucional tanto pública como privada, surgiendo junto con ella mecanismos y herramientas para exaltar esos talentos.

Partiendo de la segunda mitad del siglo XX podemos citar: la reanudación de la XII Bienal Nacional de Artes Plásticas en el año 1972, el Concurso de Arte de las Empresas León Jiménes en 1981, así como la celebración de la Primera Bienal Marginal de 1992, junto con la Primera Bienal de Pintura del Caribe y Centroamérica; y para 1993 son realizadas las primeras convocatorias para el Premio María Ugarte, patrocinado por la Embajada de España y el Premio Nacional de Artes Plásticas.

Este último premio que citamos, sin dudas ha reafirmado el trabajo realizado por numerosos artistas de distintas épocas y con ello el sentido multidisciplinario, producto de la transición y evolución de la práctica creadora.  Pero de igual forma se percibe como una cuota histórica a los representantes de las décadas del 70/80 – quienes ciertamente abrieron el camino al arte contemporáneo dominicano – situados en un círculo privilegiado del que tendremos que subrayar su trayectoria bajo ese contexto normativo del reconocimiento.

Aprovechamos para felicitar a la maestra Rosa Tavares por su elección como Premio Nacional de Artes Visuales 2017.