El día 8 de este mes por este mismo prestigioso medio, planteé la necesidad de que los grupos opositores emergentes le propusieran al candidato del PRD, su apoyo en las elecciones del día 20 de mayo, con la única condición de que acordara respetar tres puntos únicos. Cada uno de esos puntos, según mi criterio,constituye un aporte imprescindible para que la nación pueda entrar en un período de democratización real.

Los puntos del acuerdo propuesto, son:

1-  La convocatoria a una Asamblea Constituyente, con la participación de todo el pueblo. Para ello, es necesario un ambiente de libertad plena que permita llevar a cabo la movilización y agitación política de todas los sectores del pueblo dominicano, que sería  el mayor aporte a la democracia política en estos momentos, y lo único que garantizaría una Constituyente con todo el poder real en sus manos y a su disposición.

2-  Llevar a la justicia a todos los corruptos del gobierno del PLD.  Esta acción constituye un acto de valor moral y el primer verdadero golpe a la funesta consigna de borrón y cuenta nueva, que tanta desgracia ha traído a nuestro pueblo después de la muerte de Trujillo, y a los grupos oligárquicos que la han patrocinado.

3-  Recuperar todos los bienes robados al Estado Dominicanoen los últimos cincuenta años. Se trata, en este caso, de un acto legítimo y legal para que al pueblo vuelva lo que del pueblo es.

¿Por qué sólo hago estas tres propuestas? Porque hoy lo que tenemos en República Dominicana es una dictadura constitucional que amenaza con convertirse en la dictadura del continuismo, de ahí que lo que está a la orden del día es el desplazamiento del gobierno y de su Partido del poder del Estado, al mismo tiempo que las fuerzas democráticas impiden que su candidato gane fraudulentamente las elecciones.

El camino más seguro para alcanzar ese objetivo es la unidad de todas las fuerzas susceptibles de ser unidas, para lograr una mayoríaimportante que anule las posibilidades de éxito del fraude que el PLD tiene preparado para permanecer en el poder. Con esa mayoría, las puntos del acuerdo que por este medio he formulado, recibirán en los hechos el respaldo necesario para ser aplicadas sin vacilación.

Si por el momento no se produce el acuerdo propuesto, el valor de estos puntos sigue siendo permanente, y toca a las fuerzas progresistas y democráticas continuar levantándolas como banderas de lucha, y mantenerlas hasta persuadir al pueblo de la necesidad de hacerlas valer con la fuerza de su opinión y de su movilización militante.