En el teatro, la utilería, la regiduría, el taller como modo de saber comprender el espectáculo, la indumentaria, la iluminación, la musicalización, el maquillaje, la escenografía, el estudio de los diversos dispositivos de acción teatral conducen a organizar el espectáculo en su fundamento dramatúrgico, cultural, técnico, estético, práctico y tecnocientífico.
La condición escenológica del teatro tiene su historia en la teoría-práctica del espectáculo, de tal manera que, en una propuesta teatral se suman las diversas disciplinas técnicas y conocimientos para la realización o puesta en marcha de prácticas del saber y de un saber de las prácticas artísticas y humanísticas.
Conjuntamente con lo anterior contamos con un elemento vital para la interpretación y la comprensión del teatro. Se trata de la dramaturgia del actor que implica los diferentes movimientos de la actuación entendida como disciplina, arte y técnica orientadas hacia el espectador. Numerosos archivos teatrales y talleres de producción han dado cuenta de un punto de conformación asumiendo las posibilidades prácticas del arte del teatro mediante la llamada dramaturgia del director cuya confluencia encontramos en la práctica integradora de los saberes escénicos.
La visión que constituye todo este fenómeno la encontramos en dramaturgos o escritores de obras teatrales; escenógrafos o creadores de espacios escénicos, iluminadores o creadores de ambientes teatrales; figurinistas o vestuaristas creadores de moda o ropa teatral; musicalizadores o sonidistas que dan sentido musical y sonoro a un espectáculo; utileros que proporcionan objetos, mecanismos artificiales especiales, elementos materiales para el desenvolvimiento del espectáculo teatral; regidores de escena o quienes organizan técnicamente el espectáculo que va a ser presentado a un público.
Estos aspectos o dispositivos configuradores del espectáculo teatral constituyen la base de la escenología y la teatrología.
Si la teatrología ligada a otras disciplinas humanísticas, neohumanísticas y posthumanísticas en la contemporaneidad, el trabajo crítico que la misma permite se hace visiblemente práctico desde una perspectiva multidisciplinaria, pues el diálogo intraproductivo e interproductivo del teatro construye un proceso identitario que se explica desde lo dramatúrgico a lo escénico, desde lo espacial y lo temporal a las diversas miradas del receptor, según las expresiones, condiciones y trabajos del oficio o los oficios que surgen del sistema teatro y el modelo teatro.
En efecto, las tradiciones espectaculares de América Latina y el Caribe se han constituido histórica y culturalmente desde el organismo colonial y poscolonial registrado a través del choque cultural entre los “originarios” y los colonizadores. El surgimiento de las instituciones coloniales ha creado históricamente diversas concepciones o prácticas teatrales y representacionales donde el cuerpo de la historia colonial selló su consciencia y resistencia hasta llegar a la respuesta político-simbólica desde el orden y el sujeto espectacular.
Este sujeto es el que explica y se explica cómo el yo, el otro, lo otro y la otredad se expresan en el texto de la mismidad generando ideología y sentido a partir del “yo colonial” dependiente o disidente, tal y como se hace visible en los diversos rescates antropológicos y crónicas coloniales que dan cuenta de un presente histórico de la cultura.
Todo lo cual registra a su vez una dramaturgia de orientación mítica, histórica, política, identitaria y representacional cuyo escenario está poblado de íconos, entidades atmosféricas, figuras de piedra y barro, de hueso y piel, de cera y roca, de piel y frutas, y otros materiales que culminan en un espectáculo de máscaras y cuerpos danzantes.
Esas mismas actitudes de creación producen saberes, hechos teatrales ritualizados en base a códigos vocales, corporales, kinésicoss y textuales que se han conservado en base a distintos niveles de relaciones intraespectaculares y extraespectaculares; interproductivas e intra- productivas, corpo-culturales y orales-culturales.
Estas oposiciones cardinalmente esceno-corporales y corpo-culturales registran en la actualidad una tradición del cuerpo, la voz, el movimiento y los diversos lenguajes asimilados al fundamento expresivo y estético del producto o productividad teatral en su conjunción como prácticas de saber y saber de las prácticas en el Caribe y Latinoamérica.