Una postura correcta al realizar un determinado trabajo previene la aparición de fatiga, dolores y lesiones entre las cuales el dolor de la espalda constituye uno de los trastornos ocupacionales más frecuentes a nivel mundial.
Existen otras lesiones como el Síndrome del Túnel Carpiano, dolor cervical o del cuello, tendinitis de la muñeca, etc., que son el resultado de una mala postura.
Si cabeza, tronco y extremidades del cuerpo humano no se encuentran debidamente posicionados tendremos como consecuencia dolores musculares y articulares, lesiones entre las que se encuentran: desviación anormal de a columna vertebral o escoliosis, hernias discales y neuralgias.
Estos trastornos podrían prevenirse con actividades educativas de higiene laboral respecto a la postura para los trabajadores/as de todas las profesiones y ocupaciones.
Hay que educar en la forma correcta de sentarse, estar de pie, empujar, halar, levantar, subir, bajar, alcanzar, etc., de modo que puedan evitarse las denominadas Lesiones Osteo-Mio-Articulares (de hueso, músculos y articulaciones) por sobrecarga debido a malas posturas al realizar ciertas tareas.
Es bueno señalar, que si adoptamos una misma postura, aunque sea la correcta, por un tiempo prolongado a lo largo de una jornada de trabajo, terminamos sufriendo las mismas consecuencias.
Lo mismo sucede cuando realizamos movimientos o giros muy forzados; estiramos los brazos para alcanzar algún objeto; hacemos grandes esfuerzos o movimientos repetitivos.
La Ergonómica, que trata de la adaptación del trabajo al hombre, recomienda que es mejor empujar que halar o arrastrar, para lo cual deben utilizarse las dos manos, y no una sola, para evitar la rotación de los hombros y la cadera cuando se realiza el esfuerzo.
No es recomendable trabajar permanentemente de pies ni permanentemente sentado, sino que deberá procurarse un cambio de posición o relajación por lo menos cada cuatro horas.
Si el trabajo que se realiza requiere estar de pies, se recomienda mantener un pie hacia adelante o ligeramente elevado sobre una banqueta cambiando la posición varias veces durante la jornada de trabajo.
Si el trabajo exige estar sentado, como frente a una computadora, en escritorios y trabajos en líneas de producción, cajeros/as, etc., la postura correcta debe ser:
-Cabeza, cuello y tronco alineados a la línea media del cuerpo.
-Hombros relajados y ligeramente hacia atrás.
-Antebrazos y brazos a 90 grados, relajados a los lados del cuerpo.
-Codos pegados al cuerpo.
-Antebrazos, muñecas y manos en línea recta.
-Muslos y espalda a 90 grado o algo más.
-Holgura entre las rodillas y el borde del asiento.
-Pies apoyados al suelo o sobre un apoyapiés.
-Piernas y muslos a 90 grados o algo más.
Claro está que una buena postura debe ayudarse teniendo un mobiliario adecuado y los materiales, insumos o herramientas que utilizamos en nuestras labores deberán estar colocados a nuestro alcance sin que tengamos que rotar o estirar el tronco y los brazos de manera forzada.
Si la tarea es levantar algo del suelo deberá hacerse con las piernas ligeramente separadas, flexionando las rodillas, los brazos pegados al cuerpo y la espalda recta, procediendo a levantar utilizando los músculos de las extremidades inferiores, no la espalda.
Es evidente que los trastornos derivados de las malas posturas no están estrictamente relacionados con el trabajo, sino que se remontan también a malos hábitos adquiridos desde la niñez, en el hogar, la escuela y actividades cotidianas por lo que se nos hacen difícil de abandonar si no se insiste con la educación continuada en el ambiente de trabajo.
Al realizar algún trabajo hay que distribuir las tareas para evitar estar por mucho tiempo en una misma postura, así como los movimientos repetitivos por largo tiempo en una misma jornada laboral.