Este fu mi segundo artículo publicado a mediados del año 2004 cuando me inicio como articulista En “Clave Digita” y el mismo casi nueve años después mantiene intacta su vigencia:
Si el hombre es bueno por naturaleza como definen muchos filósofos, religiosos, antropólogos, psicólogos y sociólogos, ¿por qué razón es más fácil unirse y desarrollar trabajo en equipo para violentar las normas establecidas, es decir, es más sencillo organizarse en sinergia para el mal (crimen organizado), cuando se es antisocial, mientras que en desarrollo del bien común, la justicia, la equidad, la solidaridad, valores humanos, es tan difícil unificar criterios?
Siempre reclamamos que las sociedades deben educarse, tecnificarse y se tiene en primer orden el pan de la enseñanza y la especialización para alcanzar el desarrollo humano de los pueblos. Sin embargo en nuestra sociedad por más ignorantes y pocos instruidos que sean los ciudadanos, tienen la capacidad o habilidad de hacer planes excelentes y prácticamente perfectos para enriquecerse ilícitamente, y lo más extraño es que lo pueden lograr.
Pero paradójicamente, no pueden realizar ese mismo plan de manera lícita en beneficio de la colectividad ¿Por qué razón no pueden aplicar esas artimañas o ingenios para desarrollar las instituciones que les toca dirigir en cuanto a funcionarios públicos se refiere y dar mejores resultados siendo eficientes y eficaces?
¿Por qué razón las personas, por más humildes que sean, si no tienen un interés particular, personal y egoísta, no les gusta o no pueden reconocer los valores de otros, especialmente cuando se trata de temas intelectuales, políticos, religiosos o deportivos?
Una de las dificultades que los organismos internacionales encuentran en República Dominicana, para establecer encuestas y estudios sobre diferentes áreas del desarrollo, es la falta de estadísticas o de datos confiables de los que se pueda partir para poder medir de manera científica y diagnosticar problemáticas; ocho años después, la situación no ha cambiado mucho.
Ronald Wright en su libro “Breve Historia del Progreso” nos advierte en el sentido de que el hecho de que la “Historia se repita una y otra vez tiene un precio cada vez más alto y además agrega de que nuestro progreso está formado por las huellas que nos han dejado civilizaciones que fueron muy avanzadas pero que perecieron víctimas de sus propios éxitos.”
Esperemos que esta era de la Sociedad de la Información o del Conocimiento no tropiece con la misma piedra.
Es una situación social de la conducta humana que no entendemos, porque en nuestra historia sobresalen como hitos los momentos en los que hemos estado en desacuerdo más que en los momentos de unión y concordia. La historia es una geografía de disensiones y desencuentros. Marx recomendaba en 1848 “Proletarios del mundo, uníos”, mientras Jesucristo hace veintiún siglos antes gritaba lo mismo aunque en otras palabras y desde otra montaña. La humanidad parece no escucharlos.
¿Por qué razón nuestras universidades y ONGs no han puesto interés en buscar una respuesta científica a través de estudios a fin de solucionar esta paradoja que presentan la sociedad y que cada día dan más oportunidad a la corrupción, los crímenes y la impunidad.