Al momento de concluir este artículo el expresidente Leonel Fernández no había pronunciado su alocución al país, pero independientemente de lo que él pueda comunicar mi posición ante su lucha sigue siendo la misma que externo a continuación.

Soy un estudioso de la historia y a ella me remito cuando debo asumir posiciones públicas para tratar de ser lo más objetivo posible. En la coyuntura actual que vive el PLD lo que yo veo es una lucha de egos de dos líderes que se disputan la hegemonía de un partido porque tienen vocación caudillista y el caudillismo ha sido el modo imperante desde que se fundó la República.

Lo que ha acontecido es una evidencia de que en la práctica política nos falta mucho por superar, pero no puedo sentirme representado en la lucha de una persona que en nada contribuyó a cambiar eso. No puedo ver a Leonel como una víctima cuando todo lo que él denuncia lo hizo en su momento: compra de votos, usar los fondos públicos, fraude electoral, construirse un estado a su medida con una justicia a su medida.

Lo que estamos viendo es la perversión de un estado que él mismo ayudó a crear. ¿Significa que está bien lo que ha hecho Danilo? ¡No! Significa que quien ahora protesta es exactamente igual o peor que el acusado.

Leonel impidió la reelección de Danilo y el Presidente impidió que fuera candidato. Ninguno nos representa porque forman parte de ese liderazgo rancio que ha convertido este país en un botín en contubernio con el empresariado.

Cada uno tiene sus propios escándalos de corrupción por los que nunca han dado respuesta ante la justicia ya que ellos se han encargado de protegerse. Cada uno tiene sus propios corruptos que nunca han ido ni irán a la cárcel.

Leonel y Danilo son las dos caras de una misma moneda y si bien el que está no es lo mejor el que quiere regresar no es un santo ni un dechado de virtud. Entiendo que de cara a los comicios del 2020 la Junta tiene muchas cosas por mejorar y debe hacerlo, pero no es Leonel Fernández el indicado para decirme eso o encarnar ninguna lucha.

En sus gobiernos también puso a sus cuadros políticos en los principales puestos. Su jefe de campaña fue Procurador General de la República, uno de sus voceros fue Presidente de la Junta Central Electoral por poner solamente dos ejemplos.

Respeto a quienes lo admiran y ahora lo ven como víctima, pero de lo único que él está siendo víctima es del propio sistema y entramado corrupto que creó. En esa lucha no estoy representando porque quien la encarna es el mismo contra quien otros lucharon porque hizo exactamente lo que hoy critica y denuncia.

Pero lo que estamos viendo es peor porque representa un liderazgo que no tiene lealtad, que están con quienes están en el poder de turno incluyendo las altas Cortes porque les aseguro que si hubiese sido lo contrario, o sea que Leonel haya ganado y Gonzalo estuviera protestando el resultado de las decisiones sería exactamente el mismo y eso es tan grave como lo que hoy se denuncia. No estamos ante dos santos, la lucha del pueblo debe ser otra, no la que encarna Leonel o Danilo. Nuestros dardos deben ser dirigidos hacia ellos, no en su favor.