Parte 2: Causas inmediatas

En la primera parte establecimos los efectos no deseados en el desarrollo de la personalidad de niños, niñas y adolescentes (NNA) debido a la existencia de un clima de religiosidad en las escuelas públicas. En esta parte explicamos las causas inmediatas que lo determinan, aportamos testimonios que lo describen en el aula, y una propuesta para iniciar el proceso de sacar la religión de las escuelas del Estado.

El clima religioso que permea la educación pública es ordenado por la Ley Orgánica de Educación 66-97 y el diseño curricular. Su implementación exige la “integración” de las diferentes ramas de conocimiento científicos con creencias religiosas. Para lograrlo, los Fundamentos del Currículo, tomo II (2001) y las Bases de la revisión y actualización curricular (2014) adoptan áreas temáticas transversales el primero, y competencias transversales el segundo, llevando así la enseñanza religiosa más allá de una hora de clase semanal y de un texto específico. Es esta pedagogía integrista la que trastoca la autonomía de las ciencias, el aprendizaje de valores cívicos, y la formación de actitudes fundamentadas en los principios constitucionales de igualdad, libertad, y respeto a los derechos humanos in constricciones de creencias del más allá.

Educación y religión…contradicción

Pero además, el diseño curricular es violatorio al artículo 45 de la Constitución sobre la libertad de conciencia y de cultos por someter a todos los niños y niñas en el aula a un código de conducta que no toma la Constitución y sus leyes como referentes. Contrariamente, asume prácticas homofóbicas y misóginas referentes a fundamentalismos bíblicos y eclesiásticos. Estos referentes niegan la educación sexual, el derecho a la salud sexual y reproductiva de la mujer, y permiten el bullying de menores por su orientación sexual.

El caso particular de Francisco Leonardo, un padre preocupado por la educación de sus dos hijos, ilustra las consecuencias negativas de la Ley 66-97 y su integración curricular. Francisco nos relata: “La escuela dominicana no está cumpliendo con su rol cabalmente. Mientras en casa oriento a mis hijos hacia la ciencia y los hechos probados, en la escuela, profesores de todas las sectas presionan para adoctrinar a los niños en su particular interpretación sobre la cosmogénesis, geogénesis, biogénesis y evolución cultural de la especie. Todo transversalizado por un enfoque antropocéntrico, patriarcal y misógino. Un verdadero abuso de poder que genera confusión de mentes en proceso de aprendizaje y que sienta las bases para el totalitarismo teocrático y el conflicto entre fundamentalismos religiosos. Mientras tanto, somos los que menos sabemos leer y escribir, pésimos en habilidades matemáticas y con la cultura universal más limitada que uno se pueda imaginar en un ciudadano del siglo XXI”.

“Por ejemplo”—añade Francisco. “Una profesora de Adrian afirma que la tierra fue creada hace seis mil años. Él, que tiene 9 años de edad, le respondió que la tierra tiene 4.500 millones de años y le describió el proceso de evolución geológica como él lo recordaba de los documentales. Otro ejemplo más sensible. La profesora de Ciencias Naturales de Peter- él tiene 15 años-, asevera que los gays y todos los no creyentes van para el infierno. ¿Ustedes se imaginan el impacto psicológico que eso tiene en un adolescente con conflicto de identidad sexual? Y si el infierno es la alternativa en el más allá para los no creyentes-no importan que se hayan esforzado en ser justos- ¿quién se va a atrever a cuestionar los dogmas?”

Esto implica directamente la anulación del pensamiento crítico. Hago el planteamiento desde una preocupación primaria, familiar. Pero el fondo de la cuestión es ¿cuál es la opción para los millones de NNA cuyos padres no pueden pagar un colegio local de primera o estudiar fuera del país? Precisamente, parece que se trata de una conspiración para eliminar el riesgo de pensar, de anular el pensamiento crítico. Se quiere buenos operadores, no ingenieros y arquitectos de la sociedad futura”.

Los ejemplos ilustran la incongruencia que genera la ley 66-97 al intentar conciliar dos paradigmas rivales: el que surgió con la primera revolución moderna de la ciencia en Europa Occidental, y el aristotélico que le precedió. El salto paradigmático se inició cuando el astrónomo y canónico polaco Nicolás Copérnico (1473-1543), publicó en 1543, ya en cama de muerte, (por miedo a la reacción de la Iglesia) su De revolutionibus orbium coelestium en que planteó que el Sol, y no la Tierra, era el centro del universo y a su alrededor giraban, en una trayectoria circular, la Luna, la Tierra, y los demás planetas. De facto, las observaciones de Copérnico y los científicos de esa revolución, cambiaron la forma de ver al mundo y el papel del hombre y la mujer en la sociedad. Al hacerlo derrumbaron el paradigma geocéntrico aristotélico-ptolemaico, que ubicaba al planeta Tierra en el centro de nuestro Sistema Solar. El retroceso de la educación dominicana puede medirse por permitir que una maestra utilice el conteo de las generaciones bíblicas para medir la edad de la Tierra.

La Ley 66-97 y el curriculum que la aplica evitan hacer referencia al Concordato y a la iglesia Católica en particular, con el propósito de ocultar el privilegio anticonstitucional y violatorio a la libertad de conciencia y religiosa. Por eso, sustituyen el término “Concordato” por el de “acuerdos internacionales”. Por esta razón, y en respuesta a varios lectores que me han dicho que en las escuelas públicas no se enseña religión (envían sus hijos a escuelas privadas), presento a continuación una cita del obispo de la diócesis de San Juan de la Maguana, José Dolores Grullón Estrella en que este describe el 8vo organismo diocesano, titulado Formación Integral Humana y Religiosa. Cito:

“En lo concerniente a la enseñanza religiosa en las escuelas públicas de nuestra Diócesis de San Juan de la Maguana, respondemos a lo establecido por el CONCORDATO suscrito entre la Santa Sede y el Estado Dominicano y de acuerdo a los programas diseñados de mutuo acuerdo con la Secretaría de Educación. Este programa de enseñanza religiosa se llama Formación Integral Humana y Religiosa, la misma se imparte en todos los grados, en los diferentes niveles (básico y medio); y aunque con un poco de dificultad se ha ido consiguiendo la asignación de maestros específicos para la aplicación de esta asignatura. En la actualidad esta materia cuenta con libros de texto aprobados por la Conferencia Episcopal Dominicana. Contamos también con un técnico del área de formación integral y religiosa en cada distrito escolar y dos técnicos regionales” (Grullón Estrella, J. D. (2013). Visión Pastoral de la Diócesis de San Juan de la Maguana 1991- 2003. Desarrollo humano y espiritual de las provincias de Azua, San Juan y Elías Piña, p. 46).

Los Fundamentos II del currículo del 2001, en el capítulo 8, art. 8 explican los fines integradores que asumen que la naturaleza humana tiene “como base los valores humanos y cristianos que proceden de la doctrina y la persona de Cristo”. De acuerdo a un supuesto plan de Dios para la humanidad, el área de integración humana y religiosa “intenta penetrar e iluminar todas las demás y llenar los espacios que las ciencias pueden pasar por alto en la dimensión espiritual del ser humano. Es un contenido escolar que entra en relación con los de las demás áreas, participando de un diálogo serio entre la fe y la ciencia. Es un lugar de encuentro y síntesis entre fe y cultura”.

Para el año escolar 2013-2014, las anteriores autoridades del MINERD publicaron, en versión preliminar, parte de los nuevos documentos curriculares denominado Bases de la revisión y actualización curricular (2014). El mismo establece la revisión curricular y se apoya en un marco conceptual y normativo conformado por la Ley Orgánica de Educación 66-97, la Estrategia Nacional de Desarrollo 2030; el Plan Decenal de Educación 2008-2018, y la Ordenanza n.° 02/2011. 

En los nuevos fundamentos, las áreas transversales se sustituyen por competencia. La competencia de Desarrollo personal y espiritual define la naturaleza humana como inmortal. En el mundo de lo sagrado y lo profano creado por el hecho religioso, el tiempo y el espacio se distorsionan, extendiéndose al infinito y trascendiendo la muerte. Se imponen creencias y comportamientos que nada tienen que ver con el ejercicio ciudadano, los principios de igualdad y libertad y el cumplimiento del deber ciudadano y respeto a los derechos humanos. 

Por lo contrario, muchos de los dogmas y preceptos que se imponen violan los derechos humanos, como es la discriminación de la mujer y de personas LGBTI debido a su inclinación sexual y la negación de la educación sexual en las escuelas del estado. Estas violaciones restringen el libre desarrollo de la personalidad en una edad muy vulnerable en que el cerebro aún está desarrollándose. Se les inculca a creer en el demonio y a que pueden ser poseídos por estos espíritus infernales, de no seguir el código de reglas de la secta religiosa de la docente. Esta distorsión impone serias violaciones al derecho al libre desarrollo de la personalidad, establecido por el artículo 43 de la constitución: “toda persona tiene derecho al libre desarrollo de su personalidad, sin más limitaciones que las impuestas por el orden jurídico y los derechos de los demás”.

En búsqueda de soluciones al adoctrinamiento religioso un grupo iniciamos un diálogo por Internet. Con su permiso, expongo sus testimonios. Tahira Vargas opinó: “Creo que el esfuerzo de sacar la religión como materia no va a sacar la religión de las escuelas. Las escuelas públicas tanto en educación básica/primaria como los liceos de educación media están llenas de personal docente, mayoría mujeres, que pertenecen a religiones protestantes y en menor grado católica. La oración está presente en todo momento, en el acto de inicio de clases, en el aula y al terminar las clases. Aunque no den clases de religión, la religión domina nuestro escenario educativo, por el crecimiento de las Iglesias protestantes en barrios y comunidades rurales de nuestro país”. Elizabeth Puig corroboró el uso continuo de la oración en el aula:

“Un grupo de damas francesas madres de niños y niñas del Liceo francés vinieron visitar la Fundación Abriendo Camino y querían visitar también una escuela pública dominicana para conocer el sistema dominicano. Las llevé a una escuela pública con la cual tenemos excelentes relaciones. El director es muy buena gente, no politizado y es ya algo grande. Rechazó la tanda extendida para no sacrificar a la mitad (200) de sus alumnos como está pasando en otra escuela pública del barrio. Me fui con mi tour. Nos abrió la puertas con piropos y alegría: en cada curso que visitamos les pidió a los alumnos de levantarse y de hacer una oración para dar gracias a Dios de tan valiosa visita. A la salida dos señoras francesas me preguntaron con asombro si yo las había llevado a una escuela confesional o una escuela pública. No hay explicaciones y la confusión es total. Le debo mucho a la laicidad de las escuelas públicas francesas y es un principio que debe imponerse”.

Ernesto Rymer orientó sobre la necesidad de actuar: “Estoy de acuerdo con Tahira. Pero, por algo hay que empezar. Si conseguimos sacar la clase de religión, estaremos provocando la discusión y los mismos alumnos empezarían a cuestionar las oraciones. Yo estoy dispuesto y disponible. Manos a la obra”. Otro relato de Elizabeth Puig arroja luz sobre la división que causa en la sociedad el fanatismo religioso: “En un curso de formación para maestras de las escuelas públicas de Villas Agrícolas, dentro del marco de un proyecto del BID, una facilitadora extranjera muy querida por las alumnas, les dice a las maestras que ella es atea y tres maestras dejaron el curso restándole capacidad para enseñar y gran parte de las otras trataron de evangelizarla.”

Elizabeth añade: “Lo de la religión se ha infiltrado en todas partes, oficinas, consultorios médicos, salones de belleza. Es el tema. No compartir te hace sospechoso ya que no creer en Dios está estigmatizado en muchos ambientes como una diabolización”. Verónica Ballester Wú corroboró: “No sólo pasa en las aulas, también en diferentes ambientes laborales, ponen a los empleados a orar para iniciar la reuniones, una franca pasiva agresión a todo persona. Entiendo que no es sacar la clase de religión de las aulas, en que los contenidos hablen de TODAS las religiones existentes en el planeta, enseñar a investigar sobre este tema, enseñar las diferencias y cosas comunes entre las religiones, enseñar incluso la parte negativa de cada religión o la positiva si algo tienen.

Además de los docentes, el episcopado Dominicano y representantes de colegios privados católicos participan en el Consejo Nacional de Educación  junto a contrapartes no-católicas. No tienen recursos para aportar laptops a los estudiantes pero el dinero del 4% para educación se utiliza para financiar el Área de Formación Humana y Religiosa, que incluye una coordinadora Nacional, un asesor, 4 técnicos docentes nacionales, 10 técnicos docentes Regionales, y un número mayor de técnicos distritales y docentes del área en cada escuela, donde se enseña en cada grado. Además el 4% financia el personal docente de colegios católicos privados, llamados semi-oficiales, que ascienden a unos 170,000 estudiantes según datos del Cardenal en el 2013.

Por último, sacar las religiones de las escuelas del Estado significa no enseñar sus doctrinas y sus preceptos como verdades absolutas ni imponerlas a los estudiantes. Se trata de enseñarlas como parte del currículum de Ciencias Sociales, dado que el grado de religiosidad o de laicidad en una sociedad, es un factor influyente en los comportamientos sociales, políticos, jurídicos y culturales. Por eso me pregunto si el texto de 6to grado que ha sido cuestionado incluye la bula del papa Alejandro VI de 1493 que ordenó el despojo de las tierras y de todos los derechos de las poblaciones no-cristianas exploradas por la Corona de España. ¿No es éste el inicio de la discriminación, el racismo y el genocidio en la Isla Quisqueyana?

¿Por dónde empezamos?

1. Incorporándonos a las asociaciones de Padres, Madres, Tutores y Amigos de la escuela (APMTAE). Existe una asociación por cada escuela. Necesitamos documentarlas y activarlas.

2. Formando parte de una red nacional que nos permita compartir documentos, experiencias y planificar estrategias. El/la que quiera participar, debe enviar un correo identificando la APMTAE a que se incorporará e incluir el nombre de la escuela y su localización: Provincia, Ciudad/paraje/barrio. Déjennos saber si tienen hijos/as en la escuela. Envía el correo a rdlaica@gmail.com .