El Episcopado Dominicano debe cumplir con el rol profético de la tradición bíblica: los profetas fueron hombres escogidos por Dios para reclamar las faltas de los todopoderosos de su época. Ellos lo deben hacer con los de nuestra contemporaneidad.

Los dominicanos recordamos aquella Carta Pastoral de 1960 denunciando al régimen trujillista. La Conferencia del Episcopado Dominicano publicó el 18 de febrero próximo pasado su carta pastoral por motivo del 171 aniversario de la fundación de la República en la que invitan a los economistas y los promotores de las políticas macroeconómicas a pensar y promover un dinamismo económico que mejore el bienestar del conjunto de la población.

El Episcopado se lanza a señalar al Estado como responsable del “estado de cosas” de la pobreza en el país, ya que el 40% de la población vive en condiciones de pobreza, muy lejos del promedio latinoamericano de 20%. Es fácil señalar en abstracto estas culpas sociales.

¿Por qué no señalar los pecados específicos del empresariado que hace grandes “limosnas” a la Iglesia mientras le roba al Pueblo por la evasión del pago de los impuestos y por el robo de los beneficios a sus empleados como lo hace el Papa Francisco? ¿Por qué no señalar la angurria de cierto empresariado local cuando se apropia de recursos mediante la complicidad de funcionarios corruptos? ¿Por qué no señalar la corrupción suprema de manipular el aparato de Justicia del País para provocar dificultades a la soberanía nacional?

La cuestión postulada en la pregunta del título de esta entrega queda respondida por el mismo Episcopado Dominicano: son las contradicciones internas, tensiones entre las visiones de la coyuntura y las demandas de la justicia evangélica.

Se prevé una renovación de la composición del Episcopado Dominicano. Esperemos a ver los cambios que le imprima el Papa Bergoglio, mejor conocido como Francisco, con su estilo de buscar “pastores que huelan a ovejas”.

Las declaraciones del Papa la encontramos en Acento: http://acento.com.do/2015/actualidad/8224113-no-haga-donativos-a-la-iglesia-para-soportar-las-injusticias-que-comete-con-sus-empleados/