La conciencia financiera sirve para medir el grado de sensibilidad hacia el patrimonio personal, aprendiendo a invertir, ahorrar y consumir, por tanto, cuando empezamos a tomar conciencia de la necesidad de información financiera, empezamos a lograr mejor conocimiento de los diferentes productos financieros, sus riesgos y beneficios, mediante la información o instrucción, desarrollamos habilidades que nos permitirán tomar las mejores decisiones, que luego se derivaran en un mayor bienestar económico.
Tener conciencia en termino general, es tener la capacidad de saber lo que nos pasa y no saberlo, nos convertimos en seres inconsciente y no darnos cuenta de los riesgos y consecuencias de nuestros actos.
“La conciencia es lo que permite al individuo ser una persona comprometida y responsable del papel que debe cumplir en la sociedad”. (Madre Teresa de Calcuta).
Las personas, con un alto nivel de conciencia financiera, tienen un equilibrio emocional magnífico en su vida, cuando se le presentan algunos contratiempos simplemente se enfocan en la solución y no en el problema, nunca se desconciertan y reflejan un sentimiento que evoca seguridad, pero es muy importante definir con exactitud qué es lo que queremos para que nuestro camino tenga buen rumbo, si no lo tuviéramos no tendríamos meta a donde llegar y lo más seguro es que lleguemos a un momento o situación que no esperábamos.
La conciencia financiera acompaña a aquellas personas que quieren tomar la determinación consciente de ponerse en el camino hacia la construcción de una economía personal sana y sostenible. El 85% de los problemas económicos de la gente no se originan por la falta de dinero, es por tener pensamientos y creencias de escasez, una deficiente administración y una desordenada conducta consumista.
Podemos decir que el nivel de conciencia de una persona no le permite tener libertad financiera, no está donde quiere estar, porque no está consciente de cómo tener esa libertad financiera. Lo que hace falta saber es qué causa no lograr este privilegio y que es debido a la ignorancia.
Para alcanzar una vida financiera saludable, tal como en tantos otros aspectos de la vida, se requieren dos elementos primordiales: orden y disciplina. Esto no quiere decir que hay que tener un control obsesivo sobre todos los gastos y vivir con temor ante el riesgo. Simplemente se trata de conocer el día a día de los ingresos y los gastos, a eso le llamamos tener conciencia financiera.
Nuestro futuro financiero lo podemos conocer a través de lo que estamos haciendo hoy con nuestro dinero. Es momento de que tomen las riendas de su destino y así le permitirá mantenerse en el camino correcto hacia un mejor futuro en el aspecto personal y financiero.