Uno de los tradicionales tendones de Aquiles de los grupos contestatarios del país ha sido su pobre e inconsistente capacidad comunicativa. Agrava más esta debilidad, al parecer, el no haber hecho suficiente conciencia de lo que esto significa políticamente. Hay lamentos, esosí, sobre el nada extraño fenómeno de que los medios, los grandes medios, no estén en nuestras manos. Y hay desde luego conciencia de que, pese a lo anterior, no podemos menos que recurrir a esos medios en la medida de lo posible. Lo demás es la implementación de nuestros propios instrumentos, limitados en forma, contenido, posibilidades y alcance…

Fin del cuento, o mejor diremos de la tragedia. Que no consiste en hacer lo que se hace –más o menos bien, más o menos mal— sino en no haber pasado de ahí.

Sin pretender ensayar aquí ninguna teoría de la comunicación –del tema conozco bien poco—, dejaré caer algunas opiniones muy asociadas a mi artículo anterior en el que manejaba de idea de la necesidad de establecer una relación de CERCANIA (física, social, emocional) con la población. Creo que es de sentido que uno de los factores de la efectividad comunicacional en general es lo que llamaría las condiciones sicosociales de la comunicación. Algo así como que la efectividad de la comunicación no es solo un asunto de emitir claramente mensajes, incluso todas las veces posibles, usar medios los medios adecuados y garantizar que lo que se quiere decir llegue a sus destinatarios: que también y antes que todo hay que procurar que quienes han de recibir el mensaje estén en actitud de recibirlo.

A mi juicio, en ello debería centrarse la revisión de la acción comunicativa de los sectores alternativos del país, si es que pretenden superar la esterilidad y el desperdicio que por décadas le ha caracterizado en estos vitalesmenesteres. La primera y más evidente razón es que no tenemos de otra. Por ejemplo, ni pensar en batirnos en base a disponibilidad de medios y recursos, al menos los materiales. Nuestros adversarios juegan con toda tranquilidad a la saturación publicitaria y propagandística. Ojo: no vaya a creerse, ni remotamente, que es esta su única carta; saben muy bien que comunicar es mucho más que eso, pero he aquí que disponen de una fuerza material aplastantemente superior. ..

La más importante razón por la deberíamos prestar atención principal a lo que he llamado condiciones sicosociales es doble: porque es siempre imprescindible y porque está a nuestro alcance.

Diré incluso que es la que está más naturalmente a nuestro alcance. ¿De quiénes sino de las fuerzas más comprometidas con los valores de solidaridad deberá esperarse mayor vocación por la creación de CERCANÍA CON AQUELLOS SECTORES QUE ESTAMOS INTERESADOS EN QUE NOS ESCUCHEN?Comunicar es decir aquello que INTERESA, de manera quese oiga, se vea claro y se entiende; pero la MÁS IMPORTANTE CONDICIÓN ES QUE LA GENTE ESTÉ AL ALCANCE DE QUIEN COMUNICA. Y podrá estar verdaderamente al alcance si de alguna manera formamos parte de la gente misma que ha de recibir nuestro mensaje, porque  conocemos y vivimos su realidad y participamos de la búsqueda de  las soluciones a sus problemas.

Es la comunicación pequeña, la guerra de guerrillas comunicacional. Que también exige ser de calidad, técnica, estéticamente de la calidad, y tan abundante, diversa y reiterativa como sea necesario. Y que no deberá andar sola, sin el apoyo de los medios masivos, incluidas por supuesta las llamadas redes sociales.

Este y no otro es el principal camino para hacer posible la re-politización de parte importante de la población dominicana, víctimas unos del consabido clientelismo que les sume en la indignidad y la postración, y llevadasotros a un descreimiento quedesmovilizador. Perogente en fin que en muchos casos espera un motivo, una fuerza que les ayude a romper la inercia.