Después de unas semanas convulsas, en la que se puso en escena la obra del Danilismo que denominaron Preprimarias, en la que uno de sus delfines, el de mejor olfato político, se negó a formar parte del elenco; comenzó el proceso de competencia, generando la pronosticada implosión del Danilismo, pues dos de los delfines saltaron de la escena y manifestaron abiertamente su inconformidad, por la completa desigualdad con la que se estaba compitiendo; uno de estos era el que tenía más trayectoria política.
Los delfines que corrieron hasta el final, fueron derrotados por el propio director de la obra, provocando que las figuras del resto fueran ridiculizadas y muy afectadas de cara al futuro de sus carreras políticas, porque fueron derrotados por un compañero con poca trayectoria política. Muy especialmente el delfín que corría delante, que tiene más experiencia, mas estructura política e incluso, tenía todas las características y simpatías para alzarse con el triunfo de la corriente Danilista y ser un rival más digno, en especial si en él se le invertía la cantidad de recursos que han gastado en el delfín de Danilo.
Eligieron al delfín que enfrentaría al Dr. Leonel Fernández, luego, se puso en escena la segunda parte de esta tragicomedia, comenzando con la mas amplia campaña publicitaria que jamás hayamos visto, se colocó promoción en todos los medios de comunicación escritos, radiales, televisivos, en las redes sociales e incluso en el propio internet, páginas y periódicos digitales, al mismo tiempo que se le puso grasa a las Bocinas.
Quedó sólo en escena el delfín elegido, quien tomó las calles y sus hojas, para leer sus pobres discursos en todo el territorio nacional. Los medios y las propias bocinas, se interesaron en entrevistarlo, pero el dejo en evidencia su poco talento y su incapacidad para hablar de temas trascendentales, llegando a decir ante preguntas de periodistas amigos: “No sé, esos son temas de Estado” aunque notamos que ahora entiende las preguntas y no se hace necesario que se la repitan.
Entonces, comienzan a mostrar el significado de la implosión del Danilismo, cuando el delfín muestra el apoyo de los senadores y de algunos miembros del Comité Político, dejando ver que hay una reducción de los que participan, si consideramos la senda rueda de prensa ofrecida cuando aún pretendían pasar la reelección. Esto sucede al mismo tiempo que las bases e incluso algunos familiares de los delfines, se compactan en torno a la figura del Dr. Fernández.
Por lo sucedido y ante la sorpresa del director de la obra, deciden seguir con el derroche, haciendo la campaña publicitaria, pero incluyen a todo ese equipo de generales, a pesar de que algunos, por mandato de la leí, no pueden participar en campaña política, para tratar de hacer la campaña que claramente él no ha podido solventar; además, toman la acertada decisión de dejar al delfín lo más alejado posible, de los medios de comunicación.