No porque hable mucho, alguien es

Sabio. El que es sereno y está libre de odios

Y de miedos, ése puede ser llamado sabio.

Buda.-

La legión siempre creciente del grupo de corifeos que todo lo enredan, nos tienen cansados. La campaña política subterránea hace tiempo que se abrió y estos exégetas, a los que solo les falta ponerse el solideo para verse más eclesiástico y menos demonio,  mezclan con una habilidad increíble los temas que nos afectan, para que el todo se quede en nada.

Perplejidad, es lo menos que podemos decir que nos produce esta  forma de hacer política, basada en poses y mentiras, muy alejadas del objetivo que nos presentan. Es como si el pueblo mantuviese un juego diabólico entre este grupo de cínicos héroes, cuya heroicidad está fundamenta en un comportamiento totalmente suburbial y que además nos presentan esta lucha como si en verdad fuese un ritual sagrado, al cual estamos condenados.

Es algo así, como, con ellos todo, sin ellos no somos nada y claro, que al pensar de esa manera se muestran tal y como son, ignorantes de la historia política nacional. Nos están avasallando con sus indelicadezas y encima de eso, se burlan de nosotros. Yo me despojo,  pero, no me despojo. Tú no te puedes despojar, porque yo no lo hare ni lo permitiré.

Tendrás que aceptarlo dizque de mala gana y así hacemos el jueguito a estos pendejos que en verdad creen que nos vamos a despojar así por así de nuestros privilegios, después de tanto habernos sacrificado dándole las manos a tantos harapientos y regalar tantas canastillas y salamis, no señor.

Así no va a ser, aun vaya en contra del papel ese que se hace llamar Constitución. Total, que la hacemos nosotros y la modificamos cuando queremos y cuando nos conviene.

Ese parece ser el drama y a eso nos hemos acostumbrados, porque de una u otra manera y después de tanto tiempo escuchándolos y viendo su accionar, de algún modo, como el síndrome que sufre el secuestrado con el secuestrador, somos como su sombra, porque ya hasta en muchas ocasiones, nos sentimos ser como ellos.

Estos políticos, son exégetas que en su mayoría, verborrea sus mitos de puritanos, cual si fuesen los mejores defensores de los intereses de la nación, de  igual manera a como si estuviesen interpretando la biblia.

En ocasiones nos tienta convertirnos al epicureísmo ante el dolor que nos produce este comportamiento abusivo, inmoral, corrupto, suburbial e indolente de esta claque política, pero, nuestra formación nos envía directo a la estoicidad, a la fortaleza, para no sucumbir ante los embates diarios a los cuales somos sometidos por esta inmoral “asociación”.

Ahora, entre otras muchas, tratan de mutilar, modificar o debilitar la Ley de Aduanas, para que este organismo vuelva a ser el basurero moral que era antes de Don Miguel Cocco, donde hasta directivos, recibían su “mordida” en simples cajas de zapatos. Qué pretenden con esto, cuales intereses muy oscuros están detrás de esta “iniciativa”. Hasta podríamos preguntar; ¿en pesos o dólares? Otra vez… ¡No j…s!

Además de esta, un grupo de esos “dignos” representantes se envalentona y requiere que el Procurador General sea investigado por haber o estar haciendo activismo político desde su posición oficial y eso, está bien que mejor, pero, ahora que el mismo está haciendo “¿lo que nunca se había hecho?”, aun a sabiendas de que logre que este caso llegue a los tribunales, sabe muy bien, que este caso, no va a pasar de ahí.

Ya el Procurador no puede recular aun logren despojarlo del puesto, porque de así ser, nunca jamás podrá enseñar su cara en público. Si hizo o está haciendo campaña política está bien que mejor, porque al menos está haciendo su trabajo, pero, de los demás qué, no son funcionarios o tienen licencia de corso.

Ahora es que estos representantes vienen a darse cuenta de que funcionarios, incluyéndolos a ellos mismos, hacen, han hecho y continúan haciendo lo mismo y nada ha pasado. Solo ahora pretenden ser “duros”, profesionales, eficientes supervisores del fiel cumplimiento de las leyes y la Constitución, ¿ahora?; ¿Solo para uno?, ¡No j….s! ¡Si señor!