Durante todo el mes de septiembre debo andar por El Bulevar De La Semana, y me explico. Septiembre, desde La Moneda de Santiago de Allende y su sangre digna, es un mes emblemático en nuestra vida y nuestra conciencia política y ciudadana. Luego llegó aquel 11-S del 2001 y nos cambios el mundo… a todos.

Sin embargo, septiembre también ha sido un mes generoso con nuestros sueños y proyectos mediáticos.

Fue en Septiembre de hace ahora ocho años, cuando la Martínez, Yolanda, y este servidor de usted, iniciamos  nuestro diálogo sabatino que es DE LA SEMANA, a las 11:00PM, por Color Visión.

Luego en 2008, en otro septiembre, justo y cuando explotaba con Lehman Brothers la gran crisis financiera mundial que aún no termina, arrancamos en CDN nuestro matutino El Bulevar con Pablo, y ya son tres años, y estamos y seguiremos estando, salvo que el televidente, el único soberano de estas patrias con pretensiones democráticas decida lo contrario. (-Roberto Cassá me acaba de llamar para confirmar que Trujillo fue ajusticiado en mayo de 1961, justo y como me aseguró ayer en Santiago, don Negro Veras).

Y es que en el matutino y en De La Semana tenemos anunciantes que resisten intimaciones. En especial la resistieron esos primeros cuatro inolvidables anunciantes del año 2003 que confiaron en nosotros y  nuestros sueños. Hablo del Grupo León Jimenes, Grupo Popular, Claro, entonces Codetel, y el BHD. O sea, y para entonces, los Dones, José León, Alejandro Grullón, Freddy Domínguez, Luis Molina Achécar.

Estos 19 años de aprendizaje, luchas y crecimiento personal y profesional en la televisión, y especialmente los últimos ocho, me han enseñado a ser menos quejica ante la adversidad, o por lo menos a combinar el lamento con más trabajo.

Gracias a ellos he aprendido, -y mis canas indican que ya era tiempo- que en la vida los grandes males pueden ser grandes remedios y las crisis grandes oportunidades, que cuando una puerta se cierra por intolerancia y abuso desde un nacional palacio blanquecino y uno cierra otra por decoro y dignidad, un mar de oportunidades irá llegando, llegará.

Como en el santo fornicio, -donde perder un amor puede ser la posibilidad de ganar la mujer de tu vida-, de igual modo, el perder un buen trabajo puede servir para crecer como ser humano y para el fortalecimiento y consolidación de una carrera profesional, pues al fin, no hay mayor éxito que el sentirse -gracias a televidentes y lectores- un ser humano socialmente útil. Lo demás, todo lo demás, incluido lo material, algunos besos y ciertos reconocimientos, como la ciruela… pasa, pasarán. Gracias.

Por cierto, mujer, dice Joaquín Umbrales: "Me gusta llamarte "vida" después de morirnos juntos… y llegar al paraíso." Amén.