En los últimos años nuestra sociedad latinoamericana ha venido sufriendo una transformación en la que hemos venido transitando entre dictaduras, guerras civiles, intervenciones, guerrillas, democracias con tendencias autoritarias, populistas y clientelistas y, en el aspecto económico, hemos venido siguiendo las propuestas de los organismos internacionales que han tratado de hacernos recetas de derecha y de izquierda, propias de la pasada guerra fría; sin embargo la reforma agraria, el comunismo, el socialismo, la sustitución de importaciones, el libre comercio, la privatización, la estatización, etc., han fracasado y no por la viabilidad o no de ningunas de ellas, sino por la incapacidad de la implementación de éstas por parte de nuestras autoridades y nuestros políticos.

En República Dominicana, sin ninguna duda, hemos tenido logros en términos de libertades, democracia, institucionalidad, entre otros logros; pero no es menos cierto que en las últimas dos décadas también hemos tenido un gradual deterioro de estos logros y especialmente del sistema de partidos políticos, que hasta ahora había sido la columna vertebral del balance democrático, pues los partidos que han ostentado el poder (todos) han copiado la nueva receta o germen latinoamericano en el que los gobiernos han procurado perpetuarse en el poder y para esto han transformado la Constitución, han implementado políticas clientelistas, subsidiando y comprando a los sindicatos, a los partidos de oposición y a los sectores desposeídos, logrando una verticalidad de los poderes del Estado en el que todos estos Poderes responden únicamente al gobierno de turno, sin ningún contra peso.

Por ejemplo, si observamos todos los reclamos y/o logros de la sociedad se han producido por un empoderamiento de la sociedad civil y una mínima participación de la prensa, que se ha hecho eco de reclamos como el del 4% para la educación, la protección de nuestros recursos naturales que impidieron la explotación de terrenos en los Haitices y en Loma Miranda; sin embargo los principales partidos de oposición no han tenido ninguna participación, e incluso han sido los cómplices perfectos para el logro de odiosos y abusivos contratos como el de la explotación de oro por parte de la Barrik-Gold.

Recientemente, en la Cámara Americana de Comercio de la Republica Dominicana se ofreció una Conferencia / Conversatorio, denominada “Populismo Vs. República”, en la que la politóloga Gloria Alvares hizo una exposición y, posteriormente, los señores Rodrigo Arenas, Presidente del Movimiento Cívico Nacional, Rosario Espinal, Doctora en Sociología y Politóloga y Servio Tulio Castaños, Vicepresidente Ejecutivo de FINJUS, hicieron un análisis de los expuesto por Gloria Alvares y la vigencia de esta tesis en la realidad Dominicana, logrando plantear aspectos que nos llamaron poderosamente la atención y sugirieron una alerta a nuestras elites ciudadanas y empresariales, que trataremos de llevar al ánimo de nuestros lectores.

En principio, todos los expositores estuvieron de acuerdo con que en la Republica Dominicana tenemos una clase política  que no aporta ideas, debates, razones, ni lógicas, y que sólo argumentan falacias, para despertar pasiones basadas en la necesidad del pueblo, anulando la dignidad de las personas, haciéndolo sentir que no son capaces de gobernar sus propias vidas y que necesitan un líder que le maneje su destino. Sin embargo, surgió un debate sobre: si en nuestro país había o no un Régimen Populista o solamente Clientelista, pero al describir las diferencias y las similitudes entre uno y otro, surgió una pregunta del público: 

  • ¿No será que lo que tenemos obedece a las directrices del ideólogo y fundador del partido en el poder, que escribió acerca de la Dictadura con Apoyo Popular?

Pregunta esta que mermó el debate, claro, todos estuvimos de acuerdo con que por definición existen diferencias entre el Clientelismo y el Populismo; no obstante las diferencias no cambian en nada las posibles consecuencias, pues, estamos siendo gobernados por un régimen populista o clientelista, con tendencias totalitarias y, lo observamos al ver que utilizan el clientelismo como un atajo por el cual los políticos juegan con las pasiones, ilusiones e ideales de la gente, para prometer lo que es imposible, aprovechándose de la miseria de la gente, dejando fuera, absolutamente fuera, la razón y la lógica en la toma de decisiones, para imponer su autoritarismo, logrando con esto el desmantelamiento de las instituciones y reescribir constituciones para acomodar a los diferentes líderes corruptos que nos han venido gobernando.

Pero al reflexionar y especialmente al oír una de las propagandas políticas del candidato a la reelección, en el que textualmente dice: “Contra la presión de los más ricos, la fuerza del pueblo”, que nos llamó tanto la atención, por lo que nos preguntamos:

  • ¿Será que en la República Dominicana, la clase política no se ha sentido amenazada por la cúpula empresarial y la clase elite de nuestra sociedad?
  • ¿El clientelismo en República Dominicana, a diferencia de otras naciones latinoamericanas, ha incluido a los sectores empresariales y profesionales?
  • ¿Por qué ahora este eslogan?
  • ¿Nuestros empresarios, profesionales y la sociedad civil se está comenzando a empoderar?
  • ¿El gobierno prevé la oposición de las Iglesias, de los gremios Profesionales, de los Empresarios, de la Sociedad Civil y de la Prensa?

Definitivamente, nuestros gobernantes han marcado la diferencia con respecto a muchos de los gobiernos latinoamericanos, pues han mantenido una complicidad con sectores de la sociedad civil, logrando que estos sectores no lo adversen abiertamente, por lo que no han utilizado estrategias Populistas. Sin embargo, en los últimos tiempos, ante la falta de propuestas, de ideas y de argumentos por parte de toda la clase política, opositora o no, la sociedad civil se ha comenzado a empoderar y comienza a ser una amenaza para el gobierno de turno, por lo que el gobierno ha comenzado a añadir en su discurso frases propias del populismo: “Contra la presión de los más ricos, la fuerza del pueblo”.

Y ante este panorama, les resalto lo dicho por el Santo Padre, en su reciente visita a México, en donde manifestó: “Frente a esta realidad de violencia, feminicidios, narcotráfico, corrupción e impunidad, podría ganarnos una de las armas preferidas del diablo: LA RESIGNACIÓN”.