El periódico digital dominicanosHOY.com ha elegido a Luis Abinader como Político del año 2017, “por su notable crecimiento como líder opositor y sus muchas posibilidades de repetir como candidato presidencial del Partido Revolucionario Dominicano.
“Abinader Corona ha sido un asiduo crítico de la corrupción administrativa y la impunidad que se vive en el país”, y “presentó un plan nacional para rescatar la institucionalidad, mediante un círculo virtuoso de la Institucionalidad que sustituya el círculo vicioso de deterioro ético prevaleciente, que amenaza la estabilidad política y la gobernabilidad democrática del país”.
Hasta ahí parte de las ponderaciones que hace el importante digital multimedia. Hay otros datos que el periódico online no puede exponer por razones obvias, pero que yo como libre pensador, puedo.
Todas las encuestas que se hacen con seriedad en los últimos meses indican que Luis Abinader recibe el respaldo de la mayoría del electorado. La Gallup-Hoy, aplicada en octubre, reveló que entonces aventajaba por cerca de un 10% (29 a 21%) al político que más se le acercaba, que era el presidente Danilo Medina.
Ese ventajoso posicionamiento de Luis sobre el resto de los presidenciales es especialmente notable porque se produce en momentos en que buena parte del electorado está decepcionado con la clase política, por el reinado de corrupción e impunidad prevalecientes en la gestión pública y el incumplimiento de la Constitución y las leyes, precisamente por parte de las autoridades, responsables del irrespeto y el desorden y la delincuencia desbordada.
Cuando se expresa un gran desapego de parte del electorado hacia los políticos, y se expresa la convicción de que la mayoría de ellos son corruptos, Luis Abinader encarna los valores y la conducta de una familia encabezada por su padre, de una trayectoria de honestidad, servicio social y patriotismo que todos admiramos.
La participación e identificación de Luis y su familia en #MarchaVerde contra la corrupción y la impunidad es precisamente expresión de su compromiso cabalmente ético.
Sus propuestas para sanear la gestión pública, hacerla eficiente y modernizarla lo muestran como el líder en capacidad de iniciar la cancelación de la deuda social y poner en marcha un proceso de desarrollo integral sostenible e incluyente.
Ya adelantó un llamado a la conformación de una amplia alianza electoral por el cambio, para ganar las próximas elecciones y concertar los cambios que necesita y demanda el país.
De cara a las elecciones de 2020, Luis Abinader será la única opción de cambio, que en modo alguno pueden representar dirigentes de un PLD que para entonces habrá gobernado el país de manera casi consecutiva en los últimos 20 años, sin haberle resuelto un solo problema estructural al pueblo.
Abinader es un dirigente concertador y conciliador, que conoce su condición de líder de transición a cambios profundos que el país ha de transitar en un ambiente de consolidación de las instituciones democráticas. Luis no representa amenaza alguna para la sobrevivencia de los liderazgos de otros dirigentes.
Y es Luis la mejor garantía de apertura para un liderazgo emergente que ha visto estrangulado el natural proceso de su paso a los escenarios principales del país diferente que dejará inaugurado Abinader a partir de agosto 2020.