Esta semana que paso hemos visto tres acciones distintas que retratan el desorden y la corrupción que vive nuestro país fruto del nivel de politiquería barata que nos lega cada día el Partido de la Liberación Dominicana.

La primera de ellas fue el veto presidencial a la aprobación congresional de una Ley que amplia en dos anos la edad de los vehículos usados que se importan en nuestro país. Dicha Ley fue promovida por el Senador y aspirante a la candidatura presidencial morada Reinaldo Pared Pérez, quien al parecer en un intento por congraciarse con los importadores de vehículos usados, que le hicieron el pedido en una de sus actividades proselitistas, promovió y aprobó aceleradamente la pieza legislativa.

Afortunadamente el Ejecutivo veto la Ley, pero lo hizo por que le reduce los ingresos a cobrar, algo impensable para un gobierno fiscalista que necesita de esos recursos para mantener una abultada nomina de parásitos morados. Si el Senador Pared quiere ayudar a que los de menos ingresos puedan montarse que promueva una Ley que baje los impuestos a los vehículos de baja cilindrada, o a los híbridos, eléctricos o de gas natural de fabrica, así también colaboraría con el medio ambiente y un menor consumo de combustible para el país, lo que se traduce en menos dólares para pagar el petróleo importado.

El segundo acto de politiquería barata y dispendio de los impuestos que pagamos todos fue el reparto de 176.9 millones de pesos en electrodomésticos para que los diputados “regalen” a las madres en su día. Lo primero es que muchos de ellos no regalan nada, lo segundo es porque tiene el contribuyente que subsidiar el clientelismo de los diputados, que lo subsidien ellos con los vastos ingresos que tienen y tercero, porque en el listado de empresas que suplieron los electrodomésticos no hay una sola de las grandes tiendas de electrodomésticos del país, sino un grupo de compañías creadas única y exclusivamente para suplir de todo al gobierno. Apuesto a que detrás de esas empresas hay un tinglado de dirigentes morados.

El tercer acto y el mas vergonzoso de todos fue el caos que el gobierno permitió que  los choferes de una de las empresas de transporte publico disfrazada de sindicato creara el pasado lunes en las principales arterias de la Capital. No hubo una imposición del orden y hasta que los choferes no se cansaron del desorden no hubo solución.

Y AMET, bien gracias, ese es un organismo recaudador cuando les falta dinero para cubrir sus gastos, porque de transito su director no sabe nada. Aquí se ha tomado como norma designar un general de policía en la institución que tiene que velar por la organización del transito en lugar de un buen técnico en la materia, otro acto de politiquería para cumplir con los policías políticos.

Y lo grande del caso es que el presidente de la empresa de transporte que violo todas las leyes de transito y de orden publico es nada mas y nada menos que un diputado, cuyas funciones constitucionales son crear leyes y velar por el cumplimiento de estas. Pero un gobierno clientelista, populista y temeroso no fue capaz de aplicar las leyes y someter a la obediencia a los desregulados, porque eso es lo que son los choferes de transporte publico, desregulados, ya que no cumplen con ninguna de las normas de transito, no usan cinturón de seguridad, no respetan señales de transito, no sacan revista no tienen licencia ni seguro, en fin son los dueños del país.

Y todo esto ocurre porque lo tolera el gobierno, por eso es hora de que cambiemos esta vaina.