Citamos este reportaje del papa Francisco quien “consideró que el placer culinario o el sexual es "simplemente divino. La Iglesia ha condenado el placer inhumano, brutal, vulgar, pero en cambio siempre ha aceptado el placer humano, sobrio, moral", estimó el papa argentino a preguntas de Carlo Petrini, escritor y gastrónomo italiano. ¿Es algo nuevo en la iglesia, en el cristianismo?

 

El origen de la actual cultura occidental es la sociedad griega a. de C. uno de los mayores bienes culturales son los valores dados a la subjetividad comenzando por la socrática y continuando con la cristiana. Esto se expresa en el daimon de Sócrates  y el daimon de Jesús. Es Jesús, a diferencia de Sócrates, quien introduce el diálogo con su interior a modo de reflexión con su daimon, consigo mismo. El tipo de diálogo socrático con el daimon es análogo al pensamiento filosófico generador de cambios a lo largo de los siglos.

El diamon de Jesús tiene un elemento que los antiguos griegos no tenían: el drama. El cómo decidir las cosas. Cómo deliberar respecto a qué vía continuar ante un cúmulo de dudas. Así es como nace el drama interior. El yo en cuanto un sumario de drama íntimo. Esa es la base de la composición literaria que es una narrativa típicamente moderna.

A diferencia de los griegos, el cristianismo introduce la relación amor-alma. El amor era una atracción sexual en la mitología griega llamado eros, que es un Dios con alas. Pero ya en la penetración del cristianismo dentro en el imperio romano el amor germina como un sentimiento, no era más considerado un Dios ni una representación corpórea. Esto fue complementando los universos de la subjetividad cristiana. Eso se da en el mundo neoplatónico, luego de la crucifixión y muerte de Jesús. La fortaleza del cristianismo es tan fuerte que creó la Era que vivimos, la Era cristiana, y eso se debe al nacimiento de la figura del ser interior.

Uno de los elementos de la subjetividad moderna nace con Eros y psiquis (o alma en la cosmovisión griega), capítulo de El Asno de Oro, escrito por Apuleyo (de Cartago, provincia romana). Por tanto, de origen romano. Ahí ya se da la fusión de eros y alma, de amor y alma. El alma como albergue del amor como sentimiento.

“Dios es amor” clama la frase. Apuleyo explica esa relación de la manera siguiente en un cuento: Psique era la menor y más hermosa de tres hermanas, hijas de un rey de Anatolia. Afrodita, celosa de su belleza, envió a su hijo Eros (Cupido) para que le lanzara una flecha que la haría enamorarse del hombre más horrible y ruin que encontrase. Sin embargo, Eros se enamoró de ella y lanzó la flecha al mar; cuando Psique se durmió, se la llevó volando hasta su palacio.

El significado de la historia es de que Dios une para siempre: Psique y Eros. Dios funde el amor con el alma de tal manera que nadie pueda ver a Eros como un Dios (como lo veía Platón), sino como un Dios que es un sentimiento en el interior del alma. Psique, el alma, es el abrigo de Eros, y este se manifiesta en el interior de Psique de donde nace un hijo que se llama placer. Es así como los dioses griegos son integrados como sentimientos internos del alma.

Eso vino como anillo al dedo para el cristianismo que expresa que el amor está dentro del ser humano, todo tipo de amor, inclusive el amor erótico. Que el amor no es una cosa exterior, no es cupido ni su flecha, el amor es el alimento de la propia alma, el que da placer. Hasta entonces, el placer no era ligado al pecado. -Eran los tiempos anteriores a Agustino-.

El papa Francisco señala que "el placer viene directamente de Dios, no es católico, ni cristiano, ni nada por el estilo, es simplemente divino", destacó el pontífice. El papa se opone categóricamente a una "moralidad beata" que rechace la noción de placer, como ha sucedido en la historia de la iglesia católica, porque "es una mala interpretación del mensaje cristiano". Esta visión "ha causado enormes daños, que aún se notan en algunos casos".

El placer es divino, pero ¿es una divinidad exterior? Es una divinidad que se incrustó en el alma.

La narrativa griega se diferencia de la cristiana porque en esta última hay un drama interior de los personajes. Y esto fue alpiste para la construcción del individuo moderno, el individuo que mira solamente para sí mismo, porque todo lo que necesita está dentro de él. Principalmente, y sobre todo, la mayor de todas las fuerzas: la fuerza del amor.

Pues bien. Entender la subjetividad moderna es imprescindible para entender el liberalismo que es el sustrato ideológico del capitalismo. El liberalismo es una ideología que se asienta en el individualismo.

Bibliografía

-Entrevista Carlo Petrini al papa Francisco, 2020.

– Platón, Apología de Sócrates.

– Nuevo Testamento

– Apuleyo. "Eros y psique". En: El burro dorado

– Arendt, H. La vida del espíritu.