En la Grecia a. de C., quienes se destacan en la política eran los sofistas. En cuanto Platón y Sócrates concebían la filosofía política, eran investigadores, estudiosos, pensadores. Las clases sociales estaban conformadas por una tercera que aglutina artesanos y comerciantes, la segunda clase era la de los guerreros, y en la primera estaban los guardianes o gobernantes. La piedra angular era la educación que recae en dos pilares: música y gimnástica. Música por musique, el canto de la musa, no solamente canto, también poesía que era mediante la cual aprendían a escribir y leer, así como aprender los mitos de su cultura. Los cuestionamientos eran siempre de carácter moral: fe, amor, honra,  pero también cuestionaba asuntos de física. De la antología de las cosas.

Platón concebía la política como el ideal de ciudad justa, sin conflictos. En esa ciudad platónica, con la política ideal, se generaban tres grandes dificultades llamadas ondas: la primera onda es la comunión de bienes entre quienes gobiernan la ciudad donde los gobernantes no pueden tener ni propiedad privada ni familia; la segunda onda se refiere a la capacidad de igualdad entre hombres y mujeres en lo que se refiere al gobierno de la ciudad y la guerra donde la mujer pueda gobernar e ir a la guerra; la tercera es cuando Sócrates enuncia la siguiente tesis: “la ciudad no será justa a menos que los reyes fueran filósofos, o los filósofos fueran reyes”. Que el gobernante no recibiría pago, gobernaría por deber, por retribución a la educación que la ciudad le dio. Los gobernantes con calidad para serlo debían educarse en grado sumo en filosofía, porque solamente está es que le capacita para vislumbrar la idea del bien, que es la idea máxima entre todas. Lucrar era un arte que Sócrates no definía. Los debates o diálogos trepidaba sobre asuntos tales como que “por naturaleza no somos justos, accionamos conforme a nuestra propia conveniencia o utilidad. Somos justos por miedo a ser castigados. Que la gente maniobra sin ningún criterio, a menos que no sea su propia conveniencia.

TEORÍA DEL ALMA

Dividían el alma en ímpetu, apetitiva y racional. Y que solamente mediante la educación se concebía llegar a un plano armonioso. Platón dice que toda variación humana no es nada menos que el desarrollo de una de esas características del alma. Si en una ciudad cada quien desarrolla su característica entonces se sentirá que se le hace justicia. Diseñaron un plan educacional en que cada quien se sintiera más a conveniencia en cultivar su segmento del alma para el proceso.

La psicología de Platón, es decir de su alma, es diferente a como se piensa hoy. La disposición, la psicología de cada uno, no es simplemente natural. Cuando alguien dice: existe razón y existe pasión. Esas son cosas modernas, una descripción de nosotros mismos. Una imagen de nosotros mismos.

El alma es nuestra identidad. La misma se revela cuando se reacciona orgulloso o airado, y se pone en evidencia la habilidad, la decisión y la personalidad. Se pone en evidencia una identidad.

 “Platón había concedido la sophia, la filosofía, radicalmente, como un diálogo, como una serie de diálogos. Enseñar y aprender dialogando en un banquete [symposion] regulado por la palabra, el vino, la dialéctica y Eros. Platón, que pertenecía a esa clase social –aristoi- aristócratas-, aunque combatiera contra Esparta como soldado, dejó pasar un largo instante, pesado como un mundo, de silencio. Yo comprendí bien –dice Homero-, Platón añadió: “Lisando impuso a Atenas un gobierno no oligárquico. Creyó, con esa imposición, que se impediría el pensamiento. La guerra del Peloponeso nos dejó en ruinas. La peor, la Tiranía de los Treinta, pero la Tiranía no pudo impedir el cambio”.