§ 1. Quedan fundadas a partir de este instante en la República Dominicana la poética de la pintura o poética píctica y la poética de la crítica de arte pictórico.
§ 2. La instauración de estas dos poéticas se ha debido al trabajo de un largo linaje que se remonta a más de dos siglos Para nuestra cultura occidental: a la labor de los maestros de la intuición luminosa de la pintura iniciada por Nicolás Poussin, Ingres, Delacroix, Manet, Odilon Redon, Matisse, Picasso, Kandinsky, Mondrian, Klee, Braque, Jackson Polloc, Barney Newman, Willem de Kooning, Fran Stella y Pierre Soulages-Henri Meschonnic, inventores estos dos últimos de la poética de la pintura y de la poética de la crítica de la pintura entendidas como el ritmo o movimiento del color en el espacio-tiempo de la superficie y los materiales y que ellos llaman ritmo de la luz.
§ 3. Para llegar a subir la empinada cuesta de esta continuidad-discontinuidad que llevó a la invención de un pensamiento de la poética de la pintura y de la poética de la crítica de arte hubo otro linaje de poetas y pensadores de intuiciones luminosas que se remontan a Diderot, Baudelaire, Apollinaire, Étienne Gilson, Merleau-Ponty, Palhan, Shitao, Guo Xi y otros.
§ 4. En esta poética de la pintura y de la crítica de arte no hay oposición entre figurativo y no figurativo (abstracto): el ritmo como movimiento de los colores en la superficie es el espacio tiempo de la luz que resuelve el asunto.
§ 5. La poética de la pintura y de la crítica de arte son, por primera vez, específicas y para su funcionamiento no dependen de las teorías tradicionales que hacían de ambas disciplinas una metaforización generalizada de otras disciplinas ajenas totalmente a la obra pictórica y a la crítica de arte. Ahora el cuadro es visto como obra y unidad formada desde la tela y el marco o bastidor hasta los materiales como son los colores, los pinceles, la paleta, la sala de exhibición, etc.
§ 6. ¿Por qué los conceptos de poética de la pintura y de poética de la crítica de arte no son metáforas sin poder de conocimiento sobre su objeto de estudio? Porque los seres humanos son inseparables del lenguaje y surgieron juntos, en el mismo momento y hora. Por eso, ambos son históricos y al ser históricos son políticos, porque los seres humanos o sujetos fueron los únicos que inventaron formas sociales de organización política. Y dentro de esas formas sociales de organización política fueron inventadas la literatura y las artes (la pintura de las cavernas), hecha la primera con el lenguaje convertido en discurso y escritura de valor y la disciplina que estudia las obras literarias es la poética. Las obras artísticas, que no usan el lenguaje, pero no adquieren significación y sentido si no es a su través, son estudiadas obligatoriamente por la poética de la crítica de arte. Y la disciplina que determina tanto el valor de las obras literarias como el de las artísticas es la poética o crítica literaria o de arte, las cuales tienen su método y su número finito de conceptos que les son específicos. Todo lo que no sea específico a la literatura y a las artes cae en el dominio de la metaforización, de las creencias y opiniones y forma parte de la ideología o conjunto de ideas específicas de las teorías tradicionales de la literatura y el arte o discurso que no necesita pruebas.
§ 7. En nuestra cultura existe también el mismo doble linaje de pintores, críticos de arte, poetas y escritores que tuvieron, desde el siglo XIX e inicio del XX, intuiciones que hay que documentar hoy para dar continuidad-discontinuidad a la aventura de esta poética de la pintura y a esta poética de la crítica de arte que se acaban de fundar con su método y sus conceptos específicas. Ese linaje hay que buscarlo en revistas, libros y periódicos de la época para documentar las referidas intuiciones luminosas, si las hubo, de Alejandro Bonilla, Luis Desangles, Ramón Frade, Juan Ramón Fiallo, Adriana Billini, Abelardo Rodríguez Urdaneta, Juan Bautista Gómez, Arturo Grullón, Enrique García Godoy, Leopoldo, Navarro, Celeste Woss y Gil, Jaime Colson, Darío Suro, José Gausachs, Vela Zanetti, Iván Tovar, Noceda Sánchez, Paul Giudicelli, Yoryi Morel, Ada Balcácer, Jorge Severino, Silvano Lora, Eligio Pichardo, Domingo Liz, Ramón Oviedo, Condesito, Freddy Rodríguez, Alberto Bass y otros.
§ 8.Y, documentar también los pensamientos luminosos, si los hubo, de los poetas y escritores y sujetos que fungieron como críticos de arte en los siglos XIX y XX, entre ellos los Galván, Penson, los Deligne, los Henríquez Ureña, Fabio Fiallo, Antonio Fernández Spencer, Franklin Mieses Burgos, Fernández Granell, Díaz Niese, Contín Aybar, Manuel Valldeperes, Marianne de Tolentino, Humberto Soto Ricart, Danilo de los Santos, Miñín Soto, Cándido Gerón, los miembros de la Asociación Dominicana de Críticos de Arte (ADCA) y otros.
§ 9. Después de investigar todo esto, vendrá a continuación la exposición de cómo Pierre Soulages-Henri Meschonnic lograron inventar, en un discurso al alimón, la poética de la pintura y la poética de la crítica de arte. Lo cual se verá en las próximas entregas donde se disecarán el método y los conceptos de estos dos artistas del pensamiento contenidos en el libro de Meschonnic titulado Rythme et lumière avec Pierre Soulages (París: Odile Jacob, 2000), obra de la que, si no yerro, no existe traducción al español.
§ 10. Y, como cierre, la nueva poética de la pintura y de la crítica de arte son inseparables, sin metáfora literaria ni de ninguna otra clase, de los cinco conceptos fundamentales de la lingüística de Saussure que quedan todavía en pie, a saber: 1) lo radicalmente arbitrario y radicalmente histórico del signo, 2) el sistema, 3) el valor, 4) el funcionamiento y 5) la lengua es forma, no sustancia. Y, por supuesto, que esta nueva disciplina que surge es también inseparable de la noción de ritmo como forma exhumada del clasicismo de los griegos por Émile Benveniste en su ensayo de 1951 “La noción de ‘ritmo’ en su expresión lingüística” y también del concepto heraclitiano de ritmo como movimiento perpetuo. A eso se le llama dialéctica: es decir, la contradicción y el movimiento indefinidos de las cosas y los sujetos en el seno de la naturaleza y lo social. El todo enlazado inseparablemente a una ética del sujeto literario y artísticio. (Continuará).