Ángela Hernández Núñez, Nació en Buena Vista, Jarabacoa, el 6 mayo de 1954. Graduada con honores en Ingeniería Química. Narradora y poeta. Apasionada de la fotografía y del cine. Textos de su autoría se han traducido al inglés, francés, italiano, islandés, bengalí y noruego.
Sus narraciones breves merecieron lauros en el Primer concurso del cuento feminista latinoamericano (1989) y en el Concurso de cuentos Casa de Teatro (1989, 1991). Premio Nacional de Cuento José Ramón López en dos ocasiones (con los libros Piedra de Sacrificio y La secta del crisantemo, 1997 y 2011). En 2004 su libro Alicornio fue distinguido con el Premio Nacional de Poesía Salomé Ureña. Su primera novela, Mudanza de los Sentidos, obtuvo el Premio Cole de Novela Breve en 2001. En el año 2011 fue galardonada con el Caonabo de Oro, otorgado por la Asociación Dominicana de Periodistas y Escritores. En 2003 fue becada para permanecer una temporada en Ledig House, residencia de escritores y artistas ubicada en Omi, Nueva York. Allí escribió su novela Charamicos. Fue directora de la revista Xinesquema. Es miembro correspondiente de la Academia Dominicana de la Lengua. Obtuvo el más alto galardón de la literatura dominicana, recibió el Premio Nacional de Literatura 2016.
POEMAS DE ÁNGELA HERNÁNDEZ
Alquimista
El amor no detiene la muerte del cuerpo
No detiene la muerte del amor
Pero de él, nada se pierde
Todo lo transforma a su favor
Amor
Océano que cabe en un suspiro
Sol que entre dos manos se acomoda
Agua dulce brotando entre instantes
En el temblor de tu vientre
se rescribe el cantar de los cantares
En tus sienes ensayan las aves cantoras todo el día
En tus sienes se asientan enjambres errantes
En tus sienes los árboles consumen sol
En tus sienes se reparan sílabas caídas
En tu frente se desarman ejércitos
En tu pelo los extraños se abastecen de especias
En tus ojos se doblan los viñedos
En tu boca se forman granadillas
Con tu placer brota el agua en los desiertos
En tu lengua se repuja mi emblema
Mi sabiduría consiste en contemplarte
En el ojo, el mar está agitado
Hervor de probabilidades
El mar de mi tiempo
el mar de mi amor
devora espacio místico
Cascada de perspectivas
de sondeos
Aguamor deja escapar su sombra
Raicillas sangrientas apuran el reloj
La punta de mi lengua las detiene
Amor no percibe tormentas
Exige exactitud
Exige fuego
Fuga hacia dentro
Un quizás n u n c a
un quizás a h o r a
un quizás a n t e s
s i e m p r e
Humedad con Ciencia
escuda lo humano
Amo la ley caricia
ley zumbidos
Gota dulce en la espada de sal
es mi amor
¡Libertad prendida!
El orden de lo finito
Estoy soñando contigo, dice una voz en la noche
Camino sobre un espejo lívido. Tal vez la mar
Monstruo indefenso. Pueblo tierno de césped
Ronronea
En cercanía, luciérnagas, brevísimas piedras
hienden la oscuridad
Del otro lado surgen filamentos de hierbas
En el cielo, un relámpago, sonrisa de enigmática
presencia
Estoy soñando contigo
Fíjate en las flores de la caña
Sedosas
Fluctuantes
Flotantes
Velos en mi sangre soplados por tu boca
Dice una voz en la noche:
Hay un grano de polvo
un rosal levitando en nuestro patio.
Trapecistas
Déjame calentar de nuevo tus manos
Sé el emisario desconocedor de las guerras malditas
Recibe todas mis culpas
Sé todos los hombres que no he podido amar
Sé todos los que me han traicionado
He vuelto a la tierra
ya no está sigilosa ni encrespada
Aquí las dunas taladrando suavidad de costados
Para besar, aquí la mejilla de merengue y nuez moscada
El dormir sabatino de escolares
Las hojas libres de tozudez aristotélica
Barrio de aceites esenciales e imprecaciones:
el amolador de horas
el servicio de verdes
Aquí el arroz ahumado
aceitunas
envés de la epidermis
Alza el vestido
Rasga el labio
Sé moriviví bajo mi lengua
Sediento cuerpo en mi sustancialidad viciosa
¿Quién puede impedir al árbol su expansión y a la hierba regarse?
¡Sorpréndeme!, oh amado mío
Con flores de aire
Con flores imanes
Con flores antárticas
Con flores voladoras
Con flores incandescentes
Con flores de Las mil y una noche
Con flores que salten desde la punta de tu lengua
Con flores paladar
Con flores provocación
Con flores repuestos de la memoria
Con flores dibujos de niña refugiada
Con flores que imitan el canto del ruiseñor
Con flores de las que alimentan el porvenir
Con flores fugadas del jardín desenfrenado
Con flores crecidas en las bocas de las armas
Con flores fuente de las luciérnagas
Con flores lágrimas en el hierro que hechiza a las vacas
Con flores que cubren las huellas de los caballos salvajes
Con flores cuya fragancia paraliza a los asesinos de la tierra
Con flores del pabellón de niebla donde dormita tu sexo
Con flores moldeadas por terminaciones nerviosas
Con flores que perduran en el glaciar derretido
Con las flores de salitre de tus ingles y axilas
Con flores confidentes de abejas obreras
Con flores que son mariposas absortas
Con flores titilación del deseo
Con flores dilatadas en el iris
Con flores bachata rosa
Con flores velámenes
Con flores callejeras
Con flores de lluvia
Con flores caribes
Con flores de ti
Andar ligero
En la inocencia, a eternidad posible
Pero he amado aprisa
con la atención de objetos que se fugan
Me hallo diciendo, cerrad las puertas
Me hallo diciendo, amor deberás irte
Me hallo tocando líneas en las piedras
Pienso en las mujeres que esperaron
no Ulises, sino hombres corrientes
Aquellos que asediaron ciudades
tras la forma inabarcable de sus propios corazones
He amado después y en la tormenta
Llevo una carga de luz:
hace ceniza el aire.
Sudado potro por mente fría
Su música sangra sol
Bajo mi lengua triste y sabia
Bajo mi lengua de carne erótica
Bajo mi lengua, retentiva fruta
Bajo la amorosa arcilla
de mi lengua
Indiferente a la nostalgia
Mi acalorada lengua de biblioteca
(sabores del saber)
Mi lugar de invencible presente
Donde dormita mi cosmonauta
y su nave pintada de fresco.
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La fotografía