El Poder Social es referido desde el punto de vista sociológico como la capacidad y la habilidad que tiene un individuo de ejercer su voluntad sobre otra persona o grupo de personas. El Poder Social es cuando un individuo puede controlar eficaz y efectivamente las acciones de quienes lo rodean. El Poder Social “es esa capacidad de influir en el comportamiento y modos de pensar de otros, aun sin cuantiosa fortuna, sin dominio especializado y sin poder coactivo”. Es, a fin de cuentas, el prestigio, la simbología del status, la percepción que los demás tienen sobre ti en el aspecto de la vida social. Es el respeto social que los grupos y conglomerados humanos tienen sobre una persona determinada.
El Poder Social deriva en una confianza, en una lealtad, en una credibilidad y por consiguiente, en una persona capaz de construir un Capital Social, que emerja en un poder trascendido. El Poder Social vulnera y trasciende al Poder Político y ha de ser así. El Poder Social es el Poder del Sociólogo Michael Foucault donde el poder actúa en todos los ámbitos de la interacción social y en todas las instituciones. Si el poder social no fuera más relevante que el Poder, todo en la vida de la esfera social se contaminaría. Cuando buscamos uno de los factores de los males de la sociedad dominicana, nos encontramos con que la Política que es un aspecto de la vida social, se ha configurado como el elemento cardinal, primordial y fundamental de la vida.
De ahí que todo se sumerge y se deriva de ella. El más simple acto social tiene a los actores políticos, no solo un protagonismo, sino un verdadero espacio. Es como si ellos no están, el encuentro no existió; no tuvo la relevancia social necesaria. El Poder Social debería sobredeterminarse sobre el Poder Político; el primero debería arrastrar al segundo, como un conjunto mayor; donde el poder político se encuentra subordinado a todo el entramado de la vida social.
Aquí un político sin más condiciones que las que encierra esa de ser un ser humano, connota un prestigio, un status y un reconocimiento que no conforman el corpus de su existencia misma. Los medios de comunicación lo visibilizan, “dándole la dimensión que realmente no tienen. Ahí descansa uno de nuestros problemas: La dinámica social se supedita al dominio de la esfera política. Por ello, vemos a veces un empresario que dentro de la división social de trabajo pertenece a la esfera económica, incursionar en la esfera política sin condiciones para esta tarea. Ello es así porque en Dominicana se visibiliza y se le da más importancia a un Político Per se que a un empresario, que a un académico, que a un intelectual, que a un sacerdote.
La Partidocracia y todo su poder han podido construir una manta de apocamiento, de opacidad, una oscura maraña, para desdibujar el rol de la división social del trabajo y lo que él encierra: “La repartición de las diferentes tareas que los individuos cumplen en la sociedad (tareas económicas, ideológicas, políticas) y que se realiza en función de la situación que ellos tienen en la estructura social”.
El Poder Social y todo lo que ello trae consigo en el mundo social son ineludibles, por ello, la vida humana, la vida social, desborda desde la historia misma el poder político. Por ello, desde el poder social en Dominicana urge una especie de acuerdo contractualista, de consenso, para reencaminar el Sistema de Partidos y con ello a la Partidocracia.
Desde el 1966 hasta el 1990 la lucha política entre los partidos por el poder descansaba en el bipartidismo. A partir del 1986 se incubó en la praxis el pluripartidismo, esto es, existían más de dos partidos con vocación posible de poder. Sin embargo, a partir del 2004, el PLD ha pasado de ser un Partido dominante a cuasi un Partido Hegemónico si no se producen profundos cambios en la distribución del poder y en el poder de la negociación, como nos diría Foucault. Un partido se convierte en Hegemónico cuando existiendo una multiplicidad de partidos políticos, solo uno tiene la posibilidad concreta de alcanzar el poder.
Si el Poder Social de la sociedad dominicana no despierta, para el 2016 es casi seguro que el Partido en el Poder logre mantenerse en el mismo. ¿Cómo el Poder Social puede incidir en ese panorama político que revierta lo que se produjo en México con el PRI, durante más de 70 años y dónde la alternabilidad entre los partidos era nula? ¿Cómo alcanzar un poder más equilibrado en la distribución del poder en los próximos años sin que el vanguardismo y el individualismo prevalezcan por encima de un objetivo común?
Sencillamente, consensuando abiertamente con los demás una nueva visión de país; una nueva forma de rediseñar el Estado; un compromiso cierto de rupturar seriamente la corrupción y de dejar ver al Estado, como una fuente permanente de acumulación de capital; de yugular el clientelismo y el patrimonialismo como forma de la práctica política.
El costo de la política, y con ello del poder político, es muy alto para la sociedad dominicana. Una sociedad donde los últimos 12 años el 87% de los empleos formales se derivaron del empleo público; donde la pobreza se pasea de manera desnuda y sempiterna, para encontrarnos con su blasón y su miseria; constituyendo una afrenta a la sociedad.
El Poder Social se decanta con la salida al ruedo político, que no es más que la exigencia de la sociedad misma, para evitar lo que en el horizonte se dibuja con lápiz y pintura tenue, pero donde se advierten los rasgos: El encuentro de Partido Único. El Poder Social vinculado con determinados sectores de los poderes fácticos (actores estratégicos), pueden coadyuvar a estas búsquedas.
Hay hombres y mujeres visibles que pueden contribuir con un nuevo alumbramiento en la dinámica de las relaciones del poder. Hombres y mujeres con los perfiles de: Franklyn Báez Brugal; Amelia León; Rafael Emilio Yunén; Pablo Mella; Emmanuel Castillo; Flavio Darío Espinal. Que con su decencia y seriedad puedan seguir evitando el profundo deslizamiento de la sociedad, donde el “poderoso caballero es don dinero (la Plutocracia) pueda seguir erigiéndose como el baluarte de conquistar el poder.
¡Necesitamos un Poder Social que despierte para propiciar los cambios que genere una gobernanza más efectiva!