Para las facilitaciones sobre el módulo de crédito público del Centro de Capacitación en Política y Gestión Fiscal (CAPGEFI), preparé un reporte con gráficos de la historia de cada bono soberano dominicano desde el año 2009.  Como son diez, todavía se pueden consolidar en un reporte de tres páginas donde incluyo un histograma de los balances y tasa promedio por año, la evolución del índice de bonos para mercados emergentes de JP Morgan y de las calificaciones de riesgo soberano por las tres principales agencias.  Al colocar los bonos por año de emisión, con notas explicativas sobre hechos relevantes de la salida, se puede ilustrar mejor la reinserción del país a los mercados de capitales.

En el 2009, teníamos tres bonos soberanos en circulación por US$1,271 millones a una tasa promedio ponderada de 9.06%.  Dos de ellos vienen vinculados al fracaso del país en cumplir con el servicio de las primeras emisiones  por US$1,100 millones, a consecuencia de la crisis  bancaria y fiscal del 2003.  En el 2005, a los tenedores se les ofrecieron nuevos títulos a tasas mayores y extensión del plazo, pero con un calendario de amortizaciones parciales, demanda lógica de quienes estuvieron a punto de ser defraudados en el pago a vencimiento.  En el 2006 se salió al mercado con una emisión pequeña de US$300 millones con cupón 8.6% y es cuatro años más tarde, mayo 2010, cuando tímidamente el gobierno empieza a conseguir financiamiento presupuestario con esos instrumentos.

Gráfico 1 sobre los bonos soberanos

En el gráfico 1 está el final de la historia del primer bono soberano dominicano, emitido por US$500 millones en el 2001 con vencimiento a 5 años, y que estuvo a cargo de una unidad ad-hoc de financiamiento a largo plazo dirigida por el economista Andres Dauhajre hijo. La Secretaría de Finanzas no contaba con la estructura y las competencias para ese propósito, ya que el programa de reformas de la administración financiera estaba todavía en fase diseño. El Banco Central, correctamente, se limitó a dar un invaluable apoyo logístico, ya que ser gestor visible ante la comunidad internacional de fondos para el gobierno no es una función de la autoridad monetaria.

En el 2005, el equipo de negociadores del gobierno tuvo éxito en lograr que los tenedores de la emisión de US$500 millones que vencían en el 2006 aceptaran un nuevo título con tasa de 9.5%, con la capitalización de los interes por vencer y pagos semestrales de capital desde el 2007 hasta su vencimiento en el 2011.   Para ese año, ya comenzaron a participar activamente en las negociaciones técnicos de la Dirección General de Crédito Público y funcionarios de Hacienda, tal como correspondía con los lineamientos de las reformas en la administración financiera del Estado y los recursos invertidos para asumir las funciones típicas de una oficina de deuda, que estuvieron dispersas en otras entidades.

Al Banco Central hay que reconocerle el interés y los esfuerzos en asumir esas funciones que fueron prácticamente abandonadas por el gobierno en 1988.  El BC creó entonces una oficina de deuda externa con personal altamente calificado que llevaba el registro de las operaciones de deuda, velaba y presionaba por todos los medios para que el servicio estuviera al día o contribuía al diseño de esquemas para lograrlo, orientaba en las negociaciones y era el vínculo principal del gobierno con los acreedores internacionales.   El éxito del equipo negociador de estas tres instituciones (BC, Hacienda-DGCP y Economía) junto a otros asesores demostró correcta la visión de que debían estar integradas en el Consejo de la Deuda Pública, creado un año después con la Ley de Crédito Público.

Gráfico 2 sobre los bonos soberanos

El gráfico muestra una línea recta, que es la tasa fija o cupón, y la curva con el rendimiento que en el mercado secundario recibía el inversionista. Los puntos negros con amarillo representan el rendimiento a fin de mes de invertir en un bono con las mismas características que el dominicano, pero emitido por el gobierno de los Estados Unidos. 

La comparación de la curva de rendimiento y la línea fija, el cupón, indica si el bono se está vendiendo con prima o con descuento sobre su valor par. Este bono estuvo a descuento durante los primeros cinco meses del año y por eso la curva de rendimiento está por encima del cupón. En enero se llegó a exigir un rendimiento de casi 18% por un bono cuyo cupón era 9.5%. A partir de junio, sin embargo, los rendimientos pasan a ser inferiores al cupón y los precios a superar el 100% o su valor par.   ¿Por qué? El país estaba mejorando sus indicadores económicos, haciendo reformas, los informes de calificadoras eran más auspiciosos y, en el plano internacional, mejoraba el índice EMBI que mide el riesgo de los títulos emitidos por países emergentes.  También es un factor que el bono se estaba acercando a su vencimiento y, para un deudor que está pagando bien intereses y capital, se reduce el margen sobre  una inversión de mínimo riesgo.

En ese contexto es que en mayo 2010 se retorna al mercado de bonos con la emisión de US$1,500 millones, al 7.5%, colocándose la mitad ese año y el resto en dos partidas en el 2011.  Para ese año y el 2012, donde no hubo colocaciones, teníamos US$2,454.5 millones en circulación a una tasa promedio reducida en 100 puntos básicos. En el gráfico 2, de los saldos y tasas de interés, se observa como ya a partir de 2013 los saldos aumentan de manera regular mientras cae la tasa promedio ponderada, lo que  muestra la confianza de inversionistas que se deciden teniendo muy buena información sobre los potenciales riesgos de insolvencia o liquidez en las finanzas públicas así como de las perspectivas de crecimiento en las diferentes actividades productivas privadas.  Si no lo cree, lea la sección de riesgo del Memorando de Oferta de cualquiera de los bonos que están en circulación, disponibles gratis en el portal de Crédito Público.

Gráfico 3 sobre los bonos soberanos

En la gráfica 3 está el bono más joven, colocado el 29 de enero, a 10 años y al 6.875% cumpliendo con celeridad el mandato legal para conseguir el financiamiento aprobado por el Congreso Nacional para el presupuesto del presente año.  Cada préstamo que se aprueba en las cámaras legislativas está contemplado en el plan de financiamiento que se incluye en el presupuesto. De ahí que sea curioso escuchar durante el año noticias de asombro cuando ocurren estos eventos, como si se tratara de una feria improvisada por prestamistas ambulantes en fin de semana largo.  La ley ha establecido un procedimiento centralizado para la negociación y contratación de la deuda pública que la DGCP y el Ministerio de Hacienda han hecho respetar,  dejando en el pasado la cultura de funcionarios actuando como gestores de financiamiento en las entidades que estaban nombrados.

En este enlace aquí en Acento pueden ver y descargar el reporte de tres páginas con el histórico de cada bono y otros sobre las ideas aquí comentadas.

https://es.scribd.com/doc/313480214/Historico-Bonos-soberanos-Dominicanos