Ya está sobrado decir que, abordar la problemática de la salud pública en el país es un tema complejo. La reconstrucción y remozamiento de los centros hospitalarios es solo uno de los diversos ángulos y perspectivas en que puede tratarse el tema. En el 2014, el Presidente Danilo Medina Sánchez ordeno la ampliación de 111 hospitales en todo el país. Entre los centros intervenidos esta, el Hospital Universitario José María Cabral & Báez de Santiago de los Caballeros.

Hace un año y nueve meses, publique un artículo en esta misma columna con el título, “Hospitales intervenidos, ¿a dónde van los pacientes?”, en él tratamos la situación de la salud. Nunca imagine que a esta altura me tocaría abordar el tema nueva vez.

¿Aún no sabes a dónde van los pacientes del Cabral & Báez? Yo sí. Los que padecen enfermedades relacionadas con el cáncer van al hospital Oncológico. Los mismo enfermos, al preguntársele responden, “el resto de los pacientes van a la Junta”. Los infectados se refieren a la Junta Electoral de Santiago, alojada  en un edificio entre las avenidas Las Carreras y 27 de Febrero. En el lugar también opera el Banco Nacional de la Vivienda.

Basta con asomarse a uno de los frentes de la edificación para percatarse de que la estructura no reúne condiciones físicas para operar un centro hospitalario. La situación parece no preocupar al gobierno. Los trabajos de ampliación del Cabral & Báez marchan como suero de miel de abeja, para saber si están trabajando hay que preguntar repetidas veces.

Lo más lamentable de la situación está en que los aquejados no tienen dolientes que pujen por la mejora de sus calamidades. Por ejemplo, el Colegio Médico Dominicano mantiene en vilo la oferta de servicios. Huelgas vienen y huelgas van, y el gran ausente en las protestas siempre son los enfermos. Los galenos se retiran del dialogo que sostienen con el gobierno cuando está en peligro la cuestión del aumento salarial, las condiciones infrahumanas de los hospitales les son indiferentes. La huelga médica, luce más como recurso político electorero que como mecanismo de presión para que se solucionen los problemas básicos del servicio.

Durante meses, la esperanza de los pacientes se cifró en que el Hospital Cabral & Báez seria terminada e inaugurada días antes de las elecciones generales de mayo pasado. El desaire del Presidente Medina a los quejumbrosos, surtió poco efecto en los resultados electorales, el mandatario se reeligió con más del 62% de los votos emitidos. Ahora, el anhelo por ver terminado el centro hospitalario se alargó al 2020, creen que será un acicate para la repostulación del gobernante Danilo Medina.

Hablando de penalidades que no tienten dolientes, viene a la memoria el Consejo para el Desarrollo Estratégico de Santiago, institución gestora del Plan Estratégico de Santiago. El director ejecutivo del PES es médico epidemiólogo, por tanto, un conocedor profundo de los efectos de la insalubridad en el entorno urbano. Hay más, desde el CDES-PES se hace alarde de la pericia en planificación de ciudades y de cómo estos saberes colocan a Santiago como una urbe proyectada y ordenada.

Ante tanta indolencia cabe preguntarse, ¿De cuál desarrollo estratégico hablan? ¿Puede elevarse o mejorarse la calidad de vida de los munícipes sin servicios de salud eficientes y de calidad? ¿Acaso no es la salud un tema nodal del desarrollo local?

Es urgente que el gobierno dominicano indicie “un proceso de reforma integral del sistema de prestación de servicios públicos en el país. Es decir, avocarse a establecer la prevalencia de “los criterios de equidad, solidaridad y acceso universal a los servicios” que el propio Hospital Infantil Dr. Robert Reid Cabral consigna en su Visión Institucional.”[i]

 

[i] La tragedia de la pobreza: 11 Niños muertos  en el Hospital Robert Reid Cabral. http://acento.com.do/2014/opinion/8208152-la-tragedia-de-la-pobreza-11-ninos-muertos-en-el-hospital-robert-reid-cabral/