A partir de la violencia desatada en la sede del Congreso Nacional, la descarnada lucha por el poder que se viene librando desde las elecciones del año 2008 a lo interno del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), pasó a convertirse en una seria preocupación para la ciudadanía.
La división del PLD, que todo parece indicar se formalizará antes o inmediatamente concluyan las próximas elecciones, pudo haberse producido a raíz de las elecciones primarias del 2007 o de la Reforma Constitucional del 2015, que posibilitó que el presidente Danilo Medina pudiera repostularse para las elecciones del 2016.
El mito de la indivisibilidad del partido morado pudo haber llegado a su final en las referidas primarias del año 2007, cuando el derrotado precandidato, Danilo Medina, acusó al entonces poderoso presidente reeleccionista, Leonel Fernández, de haber utilizado los recursos del Estado para derrotarlo.
Como respuesta a este serio cuestionamiento, Leonel Fernández, entonces Presidente de la República y del partido, amenazó con expulsar a Danilo Medina del PLD, quien tomando en serio las palabras de su archienemigo interno se enclaustró y retornó dos años después para competir exitosamente por la candidatura presidencial y ganar las elecciones del 2012.
Pero la unidad interna del PLD nunca estuvo más amenazada que cuando el presidente Medina reformó la Constitución Política, a pesar de la oposición del expresidente, Leonel Fernández, quien sorpresivamente fue impactado por un tipo de arma letal, nunca antes utilizada contra un adversario político, que debido al grave daño que le causó lo hizo rendirse y aceptar la reforma que le abrió el camino de la reelección a Danilo Medina. Después de esa confrontación, sin límites, solo la esperanza de retornar al poder en el 2020 mantuvo a Leonel Fernández en el PLD.
Tratando de impedir que se vuelva a adulterar la Constitución, Leonel Fernández, para quien la misma, igual que para Danilo Medina, no es más que un pedazo de papel, parece estar firmemente decidido a evitar, a toda costa, la repetición de los acontecimientos del 2015, para lo cual ha colocado un ejercito irregular de seguidores a la puerta del Congreso Nacional.
No se puede negar que el país podría entrar a una crisis constitucional, la cual es generada por la incertidumbre que se deriva del hecho de que el presidente tiene siempre abierta la puerta de la Constitución Política para, muchas veces comprando votos de asambleístas, entrar en ella y adaptarla a la medida de su ambición de poder.
Sostiene el constitucionalista Vladimiro Naranjo Mesa, en su reconocida obra, Teoría Constitucional e Instituciones Políticas, que “a menudo ocurre que las crisis se presentan por razones de índole interna de un Estado… Por ello en la época contemporánea estas crisis se dan con más frecuencia en los países subdesarrollados o en vías de desarrollo, en los cuales las instituciones son menos sólidas y por tanto más vulnerables a las alteraciones del orden público”.
Mientras tanto, lo que si está claro es que ya el presidente, Danilo Medina, y el expresidente, Leonel Fernández, no pueden convivir juntos en el Partido de la Liberación Dominicana, porque uno lucha por alcanzar el poder para vengarse y el otro por impedir que este lo alcance para evitar su venganza.