La falta de consistencia, de coherencia y de capacidad de arreglos entre los grupos ¨monárquicos¨ enfrentados le está siendo mucho daño a imposibilitar un "infierno compartido" según Lidio Cadet. Aparentemente sólo son capaces de defender sus espacios con uñas y dientes y a cualquier precio y todo pronóstico . Se pelean como fieras salvajes y no en cualquier selva. Son grupos regentes que padecen afecciones relacionadas con el ego, la ambición, ínfula y el síndrome de Hubris (…).
Cada líder está atrapado en la telaraña del beneficio de ¨su¨ lucha. Ninguno de los involucrados en esta contienda ha presentado mínimamente un planteamiento político, social y económico con miras, por ejemplo, a detener el auge de la delincuencia. Tampoco ha dicho que solución tiene para hacerle frente a la corrupción pública y privada en los próximos 20 años, ni siquiera un torniquete a mediano plazo (…), mientras tanto el pueblo se desangra dolorosamente en su miseria y muere en ascuas inmerso en asuntos internos de dimes y diretes de ¨compañeros de partido¨.
Ninguna estrategia a babor ni a estribor: sólo se ve en el filo del horizonte a dos grupos en conflictos en alta mar. Con una marcha rápida, contrario y al margen de toda fundamentación teórica y de andamiaje ideológico y político que le dio origen al Partido de la Liberación Dominicana, en franca contradicción dialéctica. Bajo otra forma de explicarlo, el PLD ha iniciado su proceso de despedazamiento y su descomposición corpórea de la masa y de la ideología huele mal.
De seguir a máxima velocidad el proceso de detracción sin medir consecuencias inmediatas ni futuras se llevará por delante todo propósito doctrinario, en vano seria el esfuerzo de sus fundadores en el ahusamiento de la Teoría del Boschismo como la base política del método consistente en la transformación de la sociedad y de su liberación: de pobreza, de desigualdad, de inclusión y dignidad en la República Dominicana.
Mejor dicho: Si el PLD y el PRD (fundados por Juan Bosch) no fue, no es y no será capaz de llevar a cabo la liberación de nuestros pueblos, tarea pendiente de que dejaron nuestros padres y madres de la revolución de abril de año 1964 de democratizar y limpiar de contaminantes políticos las Altas Cortes, la JCE, el Tribunal Superior Electoral, Tribunal Constitucional, la Cámara de Cuentas, Procurador General Independiente, respetar la Constitución y las leyes, y otros componentes de derecho garantista al tejido social y económico dominicano, entonces todo ese desprecio, derramamiento de sangre y sacrificios de cientos de vidas de nuestros hermanos, fue en vano.