“Servir al partido para servir al pueblo”, así rezó el slogan del segundo partido político fundado por el ex presidente Juan Bosch, en el año 1973. Un partido en sus inicios de “centro-izquierda”, con orientación socialdemócrata. Partido joven, que en poco tiempo ha gobernado los destinos del país en distintas ocasiones. Surgió como una negación de las prácticas clientelistas, populistas e individualistas del PRD. Para cumplir ese objetivo se entendió que era necesaria la creación de una sólida organización, de líderes, con métodos de trabajo diferentes que aseguraran una sólida disciplina. La estructura y organización del Partido de la Liberación Dominicana, (PLD), es una consecuencia de la coyuntura nacional e internacional sucedidos en 1973.
De hecho, el Partido de la Liberación Dominicana, en los primeros años en que se presentó a procesos electorales en el país, en los años: 1978, 1982, 1986, 1990, 1994, perdió abrumadoramente, ya fuera por el “declive” de Don Juan, por los fraudes de otros partidos o simplemente, por la falta de confianza de la ciudadanía. Todo cambió para el año 1996-2000 cuando el PLD inició su andadura como partido de gobierno, con el candidato de aquel entonces, un avispado e ingenuo abogado Leonel Fernández. Hombre de verborrea delirante, con un discurso político bien hilvanado. Un lince dormido que poco a poco mostraba sus garras y que hoy es una gran decepción para todos. .
En esos años, nadie imagino que el PLD terminaría por ser uno más de esos cánceres de nuestro sistema partidista. Fernández emuló en sus discursos que votando por él, nuestro país viviría interesantes cambios en base a su plan de gobierno: en lo cultural, social e institucional. A mi juicio, el engaño estaba servido: antes de cumplir su primer año el gobierno del PLD y Leonel Fernández fue catalogado por Joaquín Balaguer (quien tuvo una gran cuota y responsabilidad política en su ascenso al poder) como “más de lo mismo”.
Pasado el primer gobierno de Fernández, el pueblo cambió de parecer y en las elecciones del año 2000, subió el PRD para protagonizar los años más nefastos de nuestra historia política. Luego de Mejía llegó de nuevo al poder el PLD para no marcharse hasta la actualidad. Leonel, político astuto logró embaucar al pueblo con la falsa creencia de que realizaría un gobierno que enfrentaría los eternos problemas del país.
A medida de que el gobierno de Fernández fue transcurriendo el pueblo comenzó a darse cuenta y a vivir una corrupción gubernamental imparable. Ministros que se creían dueños de sus parcelas en los distintos ministerios donde fueron nombrados, donde hasta el perro de sus casas estaba bajo nombramiento. Eran feudos particulares en el aparato gubernamental amparado por el mismo Leonel Fernández. La misma situación también sucedía y sucede en el servicio exterior dominicano con nóminas exorbitantes de pegados a Embajadores y cónsules. Los escándalos de corrupción iniciaron su andadura hasta hoy bajo la observación de una entelequia llamada "Oficina de Prevención de la Corrupción" que sólo funciona para que sus inquilinos cobren cada mes, al igual que otras inservibles instituciones del Estado que deberían cerrar.
Leonel Fernández resultó ser un gran fiasco. No partió en pedazos el país para regalarlo al mejor postor porque ciertas fuerzas no lo permitieron. Eso sí, tuvo la oportunidad de oro de fundar su propia fundación. Fernández tendría que responder por algunos casos de corrupción pendientes pero como el PLD se encargó de adueñarse de los poderes del Estado, no hay manera……………..de momento……….
Agotado los años de gobierno de Fernández, llegó otro compañero de partido que en su momento supo retirarse, Danilo Medina. Desde hace más de dos años nos gobierna pero no con mucha diferencia a Fernández. Salvo que este es más estratega y parsimonioso. Es consciente de los circos judiciales que se ciñen a su alrededor de ciertos compañeros de partido y continúa callado. Ha dejado a ciertos "Embajadores" amigos en la nómina exterior en sus puestos salvo cambios de ciertos destinos. Vergonzoso. Empeñado en finalizar el analfabetismo en el país que es uno de sus grandes logros.
En este momento y a un año de nuevos comicios electorales, los dos líderes del partido que en su momento se fundó para enfrentar las prácticas clientelistas y populistas creadas por otros gobiernos, es el máximo representante de esa lacra fatal llamada clientelismo y populismo. Se encuentra dividido internamente porque después de que Medina repitiera hasta la saciedad de que no se reelegiría pues cambió de parecer, sumado a la pretensión incomprensible de Leonel Fernández de regresar al poder. Tienen legisladores en ambas cámaras del Congreso que venden y compran consciencias por millones de pesos trabajando en ambas candidaturas pero el tufo a división se respira aunque de cara a la opinión pública y no deja de ser cierto, lo importante es que el PLD continúe para siempre.
Por iniciativa del Presidente Medina, como quien se cambia una camisa sudada será reformada la Constitución, una vez más para complacer gustos presidencialistas, y luego de que Fernández la reformó para él mismo seguir, ahora está en contra, porque sabe la aceptación moderada que tiene Medina en la población y lo desacreditada que esta su imagen. Fácilmente Medina se hace con el poder nuevamente, aunque no descuidemos al joven PRM.
Es interesante y lamentable a la vez el panorama político dominicano. Un pueblo desmemoriado votará el próximo año por lo mismo, o tal vez por innovar con una nueva figura basado en postulados de otro partido gastado y añejado.
Fernández y Medina, son ejemplos de pura esencia Balaguerista…………