Los peledistas han estado en el poder por 20 años y las esperanzas que tenia la nación después de los gobiernos anteriores era que se iba a construir una mejor nación. Una nación con instituciones fuertes, una sociedad moral y éticamente aceptable.
Se esperaba de la juventud peledista la eficiencia y la fuerza de la edad, la novedad en el uso de la tecnología y los medios. Se esperaban las soluciones a los problemas nacionales que tanto ellos habían estudiado y rumiado.
La fuerza moral de los predicamentos de su profesor, la pulcritud anunciada de su moral…
Pero la población se perdió por no considerar la posibilidad de que era una moral sin poner a prueba. Que era una pulcritud virtual, que las soluciones que anunciaban a los problemas nacionales eran soluciones virtuales.
Y a la hora de la verdad, sucumbieron y de mala manera. Evidenciaron que nunca tuvieron moral, que nunca fueron pulcros, que nunca tuvieron las soluciones a los problemas nacionales. Mejor dicho, en vez de sucumbir, evidenciaron lo que eran y son…
Con tantos años para construir un País solo han contribuido a su destrucción.
Tantos años para edificar las instituciones lo que han hecho es destruirlas.
Destruyeron la Justicia, la moral, la sociedad y hasta las esperanzas si los dejan han de demoler.
Han confundido, y lo muestran como desarrollo, la siembra de la varilla y el cemento, el avance en la tecnología y la burocracia gubernamental, la macroeconomía y el PIB, cómo desarrollo y avance del País, con la siembra en la moral de la juventud, con el desarrollo moral y ético de la sociedad.
Al destruir los fundamentos morales y judiciales han estado sumiendo al País a la anarquía y al caos generacional. Han dañado a la juventud con su ejemplo, han defraudado a los adultos y traicionado a los ancianos.
Han sumido al País al atraso moral y ético del siglo XIX y XX.
Más aún, destruyeron sus propias vidas y las de sus propias familias al someterlas, por ambición y codicia, avaricia y acumulación de dinero y poder que nunca podrán retener, a estos procesos traumáticos.