Me disculpo con los lectores y los responsables de la obra, pues es desagradable iniciar con un aspecto negativo, cuando se inaugura la monumental Línea 2B del Metro que comunica al Distrito Nacional y Santo Domingo Oriental; y transformará positivamente la vida de la gente de un lado y del otro. Debemos decir que el presidente Danilo Medina se casó eternamente con la gloria al destinar los recursos y poner empeño en la terminación de esa obra.
Mas es el caso que ha habido descuido en el “cruce” entre la Línea 1 y la Línea 2, en la parada Juan Pablo Duarte. Del lado sur de la Línea 1 hay filtraciones de agua en el techo y se ven los charcos o acumulaciones en los rieles o canales. Sobre los charcos en los rieles se ha aclarado que provienen del agua que filtra del sistema de aire acondicionado de los vagones.
El pasado martes a las 12: 13 de la tarde había una seguridad militar gravando con su celular las filtraciones y el agua que corría por el lugar o caía permanentemente del techo; mientras un hombre vestido de civil le decía que tomara bien las imágenes y que luego se la mandara. Ambos impedían, con muy mala cara, que los curiosos pasajeros gravaran las filtraciones o la basura que se acumula en el lugar.
Lo chocante es que esas filtraciones sean permanentes, hasta los días que no llueve, es decir, que deberá haber un problema en el drenaje de algún lado.
“Habemos gente sucia”, comenta una humilde señora, al observar parte de los desperdicios que los pasajeros arrojan a los canales del Metro. Se ven “vasos fon”, servilletas, fundas plásticas, cartones, botellas plásticas y periódicos, fundamentalmente, “El Métrico”, una edición especial de Diario Libre que especialmente circula en el Metro de Santo Domingo.
El Metro y el Teleférico son dos obras que la jerga popular ha asimilado; les hacen canciones en los barrios. Hasta las “guaguas plataneras” andan con bocinas promocionando sus productos. Hay uno que dice: “¡plátanos más largos que el Teleférico!; ¡plátanos más grande que el Metro!”. Sigue diciendo: “Vecina “juiga” que se va el Metro: ¡tenemos plátanos a tres, a cinco, a seis!”.
Como se ve, el Metro y el Teleférico están de moda en el gusto o cancionero popular; pero es menester que se les dé mantenimiento permanente, evitando su deterioro, para que los pasajeros se sigan beneficiando por largos años.