Continuando con esta apología del PCV, como uno de los “representantes” del plástico – y antes de dejarlo caer desde lo alto- veamos otro uso muy extendido del mismo,  en el ámbito de la construcción: los pavimentos interiores.

El PVC, en los últimos años, se ha convertido en uno de los revestimientos para interiores más utilizados. Muchas de sus ventajas, algunas de las cuales veremos a continuación, hacen que su elección sea prácticamente indiscutible, tanto por el propio consumidor/usuario, como por el prescriptor o profesional de la construcción. Por ejemplo, los falsos techos de PVC se han convertido en una alternativa excelente para los cuartos húmedos (baños, cocinas, áreas de lavado) y para las zonas que ameritan un material fácil de limpiar y mejor aún, que no absorba sucios o humedades.

Pero es el uso al que nos referimos en el primer párrafo, el que nos interesa desarrollar aquí; esto a así, dada la evolución que ha presentado el material, y las altas cotas de calidad alcanzadas, que son aptas para elevados niveles de exigencia en ciertos ambientes y/o para exquisitos consumidores.

Desde hace muchos más años de los que muchos de nosotros podemos contar, el PVC ha servido de revestimiento para suelos, pero ciertas aplicaciones y ciertos productos de hoy en día, de muy alta calidad y excelentes prestaciones, resultan ser novedades tecnológicas dignas de ser tomadas en consideración.

Los nuevos formatos para suelos de PVC han venido a revolucionar el mercado de los suelos, aunque a algunos comercializadores de otros materiales no les haga tanta gracia, y a algunas señoras que remodelan sus viviendas no les guste tanto. Incluso, antes de realizar algunas instalaciones recientes, no había quien le hablara de este material al propio autor de estas líneas. Hoy, sin embargo y con humildad, debemos confesar que nuestra percepción ha variado a favor del dicho material;  huella de carbono aparte…

En países con tradición de instalación de suelos de madera, o de suelos laminados tipo madera (tarimas flotantes, parqués, etc.), el PVC ha irrumpido como muy buena alternativa, por algunas de las ventajas que citamos a continuación:

+ Fácil instalación y/o reparación de piezas

+ Resistencia total al agua y las humedades

+ Instalación limpia, sin serrines ni partículas en suspensión

+ Los productos más recientes no necesitan pegamentos e incluso no hacen obligatorio el uso de rodapiés

+ Elevada o más bien muy elevada resistencia al transito

+ Presenta la calidez de la madera en invierno y la frescura en verano

+ Algunas marcas/productos presentan mejores prestaciones de aislamiento acústico e incluso térmico que la madera.

Como experiencia profesional propia, podemos comentar que en un trabajo reciente, de reforma y/o remodelación de revestimientos en una vivienda, en la que no teníamos mucho espesor  o altura de colocación ( esto, con respecto al nivel de colocación previa de los otros pavimentos ya existentes en el inmueble a intervenir); nos vimos en la necesidad de buscar un material que, además de darnos el espesor mínimo o tolerable para no perder el nivel con relaciones a los otros pavimentes prexistentes y evitar producir escalonamientos indeseados, no resultara ser feo, ni con peligro de tropiezos. Fue en esa encrucijada que nos topamos con el suelo de lamas de PVC tipo madera, con espesor inferior a 4 mm. A todo esto la madera estaba desaconsejada en ese lugar, por ser un espacio de un tránsito muy elevado y con posible presencia de humedades y micro partículas, que podían llegar a deteriorar esta zona de acceso y paso.

¿Continuamos la semana que viene…? Será un placer