La Corporación Dominicana de Empresas Eléctricas Estatales (CDEEE), sus socios y asesores en el gran negocio de instalar un parque energético a carbón están entrando a un laberinto del que es muy difícil salir sosteniéndose con sus cuerdas flojas porque ese proyecto se ha fundamentado en la mentira “técnica”, en el ocultamiento de información de todo tipo y en un proceso de licitación altamente cuestionado que comienza a hacer aguas.
¿En qué consiste la mentira técnica?
La CDEEE y sus asesores han dicho que las dos plantas que construirá el gobierno en Punta Catalina, Baní, son la solución para modificar la matriz hacia una generación más barata, atacar los contratos leoninos del sector privado y que ellas se instalarán con “tecnología” moderna que al quemar el carbón no afectará al medio ambiente, la agropecuaria ni la salud de los vecinos.
Es decir: la CDEEE dice que tiene una fórmula para lograr en esta media isla a oscuras lo que no han podido obtener potencias como Estados Unidos y China, los dos más grandes consumidores de carbón mineral en el mundo y que están hoy en una carrera contra reloj para salir de ese tipo de combustible porque provoca daños de muy costosa remediación en la salud humana, la agropecuaria y el medio ambiente en su territorio, y porque contribuye a acelerar el cambio climático en todo el planeta.
La verdad irrefutable hasta el día de hoy -14 de agosto de 2014- es que no existe una tecnología probada que permita generar energía eléctrica con carbón que sea amigable con el medio ambiente, la salud de las personas, de los animales y la agricultura.
Existen, a nivel de experimentación, dos proyectos destinados a probar un sistema de captura, envase e inyección de dióxido de carbono en dos plantas a carbón que se construyen en Canadá y Estados Unidos, para determinar si realmente es posible generar energía algo limpia –no totalmente limpia- quemando carbón mineral.
Un proyecto está en desarrollo en la Unidad 3 de la central eléctrica Boundary Dam en Saskatchewan, Canadá, que se espera que cuando comience a generar sea la primera planta a escala comercial que captura y almacena la mayoría de sus emisiones de dióxido de carbono.
Naturalmente, si el proyecto da resultados, esta planta le venderá el 90% de las emisiones a la petrolera canadiense Cenovus Energy, de Calgary, para que utilice el dióxido de carbono para extraer restos de petróleo de sus yacimientos casi agotados.
El otro proyecto es la planta de carbón de Mississippi Power Company, en Kemper, Mississippi, que dispone de tecnología en prueba para tratar de convertir el carbón de baja calidad en gases consumibles.
Un artículo publicado por la Revista Tecnología del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), describe el proyecto como una planta generadora diseñada para entregar 582 megavatios utilizando lignita de una mina cercana a la planta. “El nitrógeno y el azufre serán recuperados en forma de amoníaco y ácido sulfúrico para ser comercializados. Lo más interesante de este proyecto es que capturará el 65% de sus emisiones de dióxido de carbono para ser usadas en pozos petrolíferos, siendo la primera central IGCC (Ciclo Combinado con Gasificación Integrada, siglas en inglés) en el mundo con Captura y Secuestro de Carbono (CSC)”.
Cualquier dominicano puede preguntarle a la CDEEE y a todos sus expertos en energía ¿cómo es posible que ellos paguen millones en publicidad diciendo que tienen plantas a carbón con tecnología moderna cuando en Estados Unidos y Canadá están probando ahora la tecnología para ver si realmente es efectiva para captar entre el 65 y el 90 por ciento de las emisiones de carbono? Sencillamente hablan mentiras por defender un negocio que perjudica ya el interés nacional.
Pero si desde el punto de vista técnico lo que propone la CDEEE es una falacia, en el ámbito económico es el equivalente a un suicidio.
Vean lo que dice la revista ya citada sobre el proyecto de la Mississippi Power Company: “Este proyecto también ha experimentado problemas financieros en cuanto a que su estimación original de costos de capital era de US$2,400 millones y para julio de 2013 este monto había aumentado a US$4,700 millones; lo que se traduce en enormes costos unitarios de US$ 8.076/kW. Es claro que estos proyectos americanos han tenido problemas técnicos y financieros específicos, dado que ninguna de las otras centrales de Ciclo Combinado con Gasificación Integrada ya existentes en Estados Unidos o el mundo ha experimentado costos siquiera cercanos. Esto ha provocado temores en la industria y en los consumidores, ralentizando el desarrollo de proyectos de gasificación en el país”.
La CDEEE no ha podido informar en qué consiste la tecnología “limpia” que piensa emplear en sus plantas a carbón, pero nadie tiene que dudar que si se construyen con ese combustible porque supuestamente es más barato, su intención no es usar una tecnología de punta (que probada a nivel comercial no existe hasta hoy), pero que ya vimos que en el caso de Estados Unidos es extremadamente cara y requiere condiciones previas, como son contar con carbón en las proximidades y depósitos casi agotados de petróleo, gas o carbón en las cercanías para vender el carbono capturado.
En República Dominicana no hay pozos agotados ni sin agotar.
El doctor Mario Molina, ganador del premio Nobel de Química 1995 al exponer la teoría de cómo ciertos químicos elaborados por el hombre pueden llegar a la capa de ozono que protege la Tierra de los rayos ultravioletas del Sol y provocar daños impredecibles a la humanidad, afirma que “es posible generar energía eléctrica con combustibles fósiles reduciendo considerablemente las emisiones de dióxido de carbono de estos procesos a través de la adición de un sistema de captura en centrales eléctricas”.
Este experto mexicano condecorado este año por el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, agrega que “existe suficiente experiencia a escala industrial en cada uno de estos procesos (Captura, Secuestro y Depósito de Carbono)”, pero advierte que “sin embargo, no existe todavía experiencia en un proyecto conjunto que incluya cada una de esas tres etapas. Se espera que la tecnología de captura de dióxido de carbono de centrales eléctricas y su inyección al subsuelo esté disponible en el año 2020 a una escala comercial”.
¿De dónde va a sacar la CDEEE y sus asesores la tecnología “limpia y barata” para quemar carbón encima de 135,000 banilejos que viven a diez kilómetros a la redonda del nuevo parque energético, en un valle seco, sin árboles, a orillas del mar, en terrenos no estatales y donde esa gente tiene su agricultura, su ganadería, su naciente turismo y sus viviendas?
¿Cómo van a lograr el milagro de romper los contratos leoninos instalando nuevas plantas en terrenos propiedad del consorcio privado más beneficiado con el negocio eléctrico: los Vicini?
Si ese proyecto se mantiene como se ha pensado como negocio, va a meter a este país en un atolladero y la responsabilidad será esencialmente del presidente Danilo Medina porque ha creído el cuento de que es posible generar energía “limpia y barata” con carbón mineral.
Las tecnologías limpias se están probando, pero no son con el objetivo de usarlas masivamente en China ni en Estados Unidos (los actuales mayores consumidores de carbón en el mundo) porque esas naciones acaban de firmar un “Acuerdo Estratégico sobre Energía” que prevé la eliminación de la totalidad de sus plantas a carbón por contaminantes y por lo costosa de la remediación en salud, afectación de la producción agropecuaria y del medio ambiente.
Es a tecnología limpia será para ofrecérsela como opción a los gobiernos tontos (ningún banco ni empresario moderno invierte en carbón) del tercer mundo que quieran conservar sus plantas a carbón o comprar las que esas potencias están desmontando para venderlas como chatarra.
Las opciones serán muy escasas: Compran por su precio muy caro la tecnología moderna (ahora en prueba) que captura entre 65 y 90 por ciento del carbono que lanzaría a la atmosfera la quema del carbón, o tendrán que pagar un impuesto por tonelada de emisión de esos gases para destinar esos fondos a energías renovables.
¿Qué puede decir el presidente Medina en la cumbre presidencial sobre cambio climático de Naciones Unidas a celebrarse en Nueva York el 23 de septiembre de 2014 si mantiene el proyecto de plantas a carbón a orillas del mar, frente a la reserva científica de la loma La Barbacoa y del parque nacional “Máximo Gómez”?
Si va a hacer retórica, su brillo se empañará, porque “los hechos (construir plantas a carbón) serán más elocuentes que sus palabras” y quedará pequeñín frente a presidentes como Daniel Ortega que dirá que utilizaron los beneficios de Petrocaribe para llegar a generar el 75% de su energía con recursos locales renovables.
Y por si necesitaran más, el honorable Tribunal Superior Administrativo dictó el pasado miércoles la sentencia número 0055-2014 en la que ordena suspender la licitación hasta conocer el recurso contencioso administrativo respecto a las violaciones cometidas en la adjudicación de la obra.
Si el gobierno quiere hacer algo decente por mejorar la energía sin dañar seriamente el medio ambiente ni regalarle el dinero del pueblo a los buitres del negocio eléctrico, lo que más le conviene es limpiar todos los embalses de las 14 hidroeléctricas más importantes del país, atender y defender las cuencas altas de los principales ríos y convertir todas las plantas que hoy usan derivados del petróleo a gas natural hasta que puedan ser sustituidas con energías renovables. Cualquier otro camino es un suicidio para el país, aunque un buen negocio para los eternos saqueadores del erario.