En relación al anuncio hecho en la tarde de ayer de un supuesto plan de seguridad ciudadana, debemos concluir que el presidente Danilo Medina se dejó tomar el pelo o él nos está tomando el pelo. Pues no se mostró un documento terminado, consensuado e integral, ni se mostraron las logísticas y herramientas, por algo muy lógico no las tienen ni hay recursos. Pues cada área hizo planteamientos individuales, lo que demuestra que no hay tal plan ni están unificadas y en sinergias las diferentes instituciones responsables del tema y de las propuestas anunciadas.
Es una mentira que se ha consensuado y tenido la participación de los sectores que trabajan estos temas en la sociedad civil; así dudo mucho la participación y asesoría de organismos internacionales. Debo agregar que no se tomaron en cuenta los expertos en sociología, antropología, criminología, penalistas ni tratadistas del tema de seguridad; de igual, madera se excluyeron los gobiernos locales o alcaldes ni de su asociación de municipios FEDOMU.
Este sazonado “Plan Nacional de Seguridad Ciudadana y Responsabilidad Civil” (cabe decir que hasta ayer no se conocía ni título o nombre asignado) no es más que un anuncio y no se le puede llamar plan, ya que dicho anuncio no establece una guía ni los requerimientos necesarios que así lo certifique y contemple todas sus partes, como son: misión, visión, objetivos, análisis o diagnóstico, detalles estratégico y operacional, acciones concretas de cómo se van a establecer la respuesta o solución a cada problema, con manual de funciones y protocolos en cada caso.
No se estableció un mecanismo de comunicación con la ciudadanía para mejorar la confianza y hacer proximidad que gane credibilidad y confiabilidad que legitime las transformaciones que se reclaman.
Metodología de control, supervisión, evaluación y seguimiento de resultados.
Cómo se rendirá cuenta a ciudadanía y cabe preguntar, y será posible hacer eficiente 911 sin recursos y según proyecto de modernizarlo requiere 4 mil millones?.
División, clasificación por área y especialidad.
La partida presupuestaria para el plan general y para cada área individual.
Sería muy ingenuo el que crea que se puede desarrollar un plan sin una partida presupuestaria que proporcione la logística mínima y los gastos contemplados para cada operación o acción en particular que garantice una sostenibilidad mínima del proyecto en cuestión.
Por otro lado no hay recursos para mejorar las condiciones salarial de los policías y militares, pero mucho menos se habló de mejorar su trato y condiciones laborales, los cuales no tienen límites de horario ni reciben un trato humano, no reciben alimentos en ningún horario, de igual manera lo más extremo es que no cuentan con sanitarios o letrinas dignos.
Tampoco se mencionó la seguridad turística ni que se hará con el pensum académico o con los requisitos de ingreso e incentivos para motivar un mejor perfil de policía de cara hacia el futuro y los reclamos ciudadanos.
Se menciona la prevención y la persecución del delito, pero no como lograrlo.
Lo que sí ha quedado claro, es que esto es más de lo mismo y lo peor de todo que está en las manos de los mismos actores fracasados dejados por Leonel y confirmados por Danilo.
Y lo más insólito, es que el proyecto de reforma no se ha consensuado ni terminado, lo queja incierto y difuso los lineamientos de políticas públicas de seguridad ciudadana y criminología.
Además, al presidente Danilo Medina al parecer le tumbaron el pulso las corrientes leonelistas y no habrá pensiones ni ascensos, esto le empeorará la baja moral y estancará el escalafón impidiendo el crecimiento y avances de los hombres y mujeres que creen merecer un ascenso o son más dedicados y que entienden que cumplen sus responsabilidades; cabe mencionar que estos conforman el lado bueno o beneficioso para la ciudadanía y productivo de la policía.
Luego del análisis crítico al anuncio propagandístico hecho por el gobierno es de rigor hacer sugerencias de soluciones que pueden hacerse con escasos recursos y disposición.
La mejor reforma policial: comienza con salarios dignos y presupuesto suficiente. Pero en lo que llega esa conquista es posible mejorar el trato humano.
Estricta depuración de cada miembro y distribuir equitativamente con transparencia de los recursos existentes.
Estricta clasificación y distribución por especialidad y áreas geográficas de cada miembro, incluyendo firme regulación de las 8 horas laborables establecidas.
Por otra parte debemos preguntarnos: ¿se justifica en un país pobre como la República Dominicana gastar 15,000,000,000 de peso en defensa sin tener ninguna amenaza seria a la soberanía y a las fronteras que podamos considerar bélica? Las Fuerzas Armadas apoyaran con 600 hombres ese susodicho plan, cabe decir que dichas FFAA cuentan con 55 mil miembros, los cuales en su mayoría están dispersos y distraídos cuidando políticos, funcionarios, empresarios o sus empresas, delincuentes y desperdigados en oficinas públicas.
Siendo considerado el derecho la base de la organización social para vivir en armonía, nuestro Estado de derecho debe ser revisado, o sea nuestra constitución y todas nuestras leyes; el sistema educativo y la razón de ser de cada institución en vista de que no hay resultados significativos en ninguna de ellas, sin excepción.
Para muestra solo mencionar el derrotero de la ética, la moral, la institucionalidad, la justicia, la seguridad, en conjunto todo el estado de derechos y libertades con sus servicios básicos. Consecuentemente hoy se tienen los niveles más altos de corrupción, impunidad, pobreza, ignorancia, violencia, criminalidad, entre otros males.
Las sociedades como las instituciones y las leyes deben avanzar, evolucionar e ir adaptándose a esos cambios, la Republica Dominicana, al parecer, se ha mantenido suspendida en el tiempo en cuanto a la evolución del Estado y sus instituciones, siendo la policía parte de esto, es fácil darse cuenta de esta realidad, pues, desde el mismo momento de su nacimiento en el 1936 hasta hoy, en la Policía Nacional permanecen los mismos métodos, y en cuanto a la disciplina, la ética, la imagen y las herramientas y sus mismas estructuras han ido en decadencia, se han deteriorado significativamente.
La mayoría de los organismos de seguridad en la República Dominicana actúan en una especie de estado de guerra o excepción como si estuviéramos en emergencia nacional, situaciones que traen consigo la suspensión de los derechos y una aplicación de la ley con un sentido militarista o policial, donde se impone la seguridad sobre las libertades y derechos.
Definitivamente y de manera urgente esto tiene que cambiar o no habrá futuro promisorios para población dominicana.