El tema de Agua Potable y Saneamiento (APS), ha sido considerado como un asunto vital, dentro del PLAN DE NACION, que el Candidato Presidencial Hipólito Mejia, ofertará al país, en su próximo mandato constitucional 2012-2016. Los expertos, en tan importante tema, para la salud y el bienestar de las presentes y futuras generaciones, plantean que para asegurar que el agua potable, llegue a toda la población, se requiere de una inversión sostenida durante 20 años, comprendida entre el 2.5 al 3.5% del Producto Interno Bruto (PIB). En la actualidad, la inversión es menor del 1.5% del PIB. Lógicamente, dicha inversión privilegia el abastecimiento o suministro de agua, mediante la construcción y/o ampliación de líneas de acueductos, en detrimento del saneamiento o tratamiento (redes de alcantarillado sanitario, plantas de tratamiento de aguas negras, etc.), para asegurar la salubridad. Claro, que para poder ejecutar labores de saneamiento, debemos disponer del recurso agua primero. En la actualidad, del total invertido en suministro y abastecimiento de agua, solo el 2.3% se utiliza en saneamiento.
El saneamiento, tiene que ver con la calidad de los volúmenes de agua servidos. Si el agua servida, fuese tratada (plantas de purificación, limpieza, tratamientos químicos, filtros adecuados y manejo profesional), hoy las incidencias de las enfermedades definidas de origen hídrico (cólera, dengue, diarreas, gastroenteritis, etc.), fuese mucho menor. La existencia de estas enfermedades, no solo obligan al gobierno a consumir un elevado presupuesto, sino que aleja a los turistas (una apreciable fuente del divisas para el país, debido al turismo) y afecta los ingresos de la población que reside, en las zonas más vulnerables.
Para ilustrar a los lectores, veamos estas cifras, relativas a la situación del sector APS*: la población dominicana demanda anualmente 10. 8 MMM3 (Miles de millones de metros cúbicos de agua, en un año) de cuyo total, en actividades domésticas utilizamos el 6% y para otros usos (riego, energía, industria) el 94% restante. Se producen, 900 litros de agua/persona/día, de la cual desperdiciamos el 50%. En los centros urbanos, el 90% de sus habitantes tiene acceso a agua potable NO SEGURA, en cambio, en las zonas rurales, solo el 50% cuenta con conexiones intra-domiciliarias. De la población total del país, el 10% dispone de servicio continuo y el 38.4%, dispone de algún sistema de purificación. En general, en la República Dominicana el promedio ponderado del INDICE DE POTABILIDAD del agua en las redes del acueducto, medida según la ausencia de coliformes totales, es en su conjunto menor del 79%, indicador inferior al recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Las aguas saneadas, sólo alcanzan al 25% de la población y menos del 20% dispone de alcantarillados sanitarios. Peor aún, menos del 50% de las descargas sanitarias, reciben tratamiento previo, las cuales van a las fuentes pluviales (ríos, arroyos, cañadas, aguadas y el mar). Estas aguas, no tratadas se mezclan con todo tipo de desechos sólidos, líquidos y tóxicos, ya que el 57% de los municipios del país, lanzan sus desperdicios en ríos, cañadas, zonas costeras y a vertederos a cielo abierto.
La población Dominicana, debe conocer que el agua, no es un recurso inagotable o infinito, que debemos preservar y valorar, porque su escasez desencadena conflictos sociales, económicos y ambientales, de vital importancia para el futuro de nuestros hijos y la misma supervivencia, de la República.
Un ciudadano, que aspire a dirigir los destinos del país, tiene que estar consciente de los retos que asume en todos los frentes: socio-económicos-culturales y, ecológicos. Se trata de una visión de largo plazo, en donde la unidad de tiempo difiere mucho de un turno gubernamental, es de generación en generación. El Candidato Presidencial Hipólito Mejía, pondrá en ejecución el PLAN DE NACION durante su período constitucional, porque con su formulación, ya él había pensado en el LARGO PLAZO, para que las futuras generaciones, no se le quite el derecho legitimo de encontrar su territorio sostenible, productivo, vivible y disfrutable. Las generaciones presentes, tenemos una responsabilidad moral y ética, de que tal cosa no se ponga en riesgo y ser capaces de desarrollar una CULTURA HIDRICA, a fin de que el agua sea valorada como un recurso imprescindible, escaso, costoso y limitado, que debe ser preservado y así poder disponer de AGUA DE CALIDAD…PERO PARA TODOS!
APS* cifras, aportadas por la Ing. Ernestina Perez Modesto.