La fama de “come légamo” o de “ñame con corbata” de los políticos dominicanos viene de que sus ínfulas académicas son solo pretensiones, como dice el chiste, “es un licenciado diésel: dice él que es licenciado”. Pero, no conozco ninguna polémica por la “calidad” académica de los trabajos finales de grado fuera del escándalo de Alemania con la dimisión de un Ministro por plagio en su tesis universitaria hace un tiempo ya.

Me viene al recuerdo haber leído cómo el Presidente de Harvard o el Decano de la Escuela de Leyes de esa universidad, guardó las notas del Presidente Kennedy en su caja fuerte para que no se filtrara la mediocridad como estudiante al ser él un partidario del “primer católico presidente de los Estados Unidos de América”.

Por lo menos, en Quisqueya la bella, la sangre no llega al río; pero, en  la Madre Patria está dando de qué hablar. En el patio todos sabemos del peso de los títulos en el quehacer político. Nadie olvida quien fue el “Doctor”  o quien fue el “Profesor”, porque los títulos académicos parecen haber sustituido a los nobiliarios.

A toda excepción le llega el momento de dejar de serlo y España está en las noticias por las demandas reiteradas del líder de Ciudadanos, Albert Rivera, para que el Congreso de los Diputados demande la presentación de la tesis doctoral del Presidente del Gobierno Español y líder del PSOE, Pedro Sánchez,  a las Cortes (Parlamento) y pidiendo su renuncia por haber cometido plagio en la misma, presentada en la Universidad Camilo José Cela, de Madrid.

¿Podríamos confiar en  la honestidad de nuestros políticos si mantenemos sospechas de su integridad intelectual, aquí y acullá?

Esta demanda se ha endurecido porque acaba de renunciar  a su puesto la Ministro de Salud del Gobierno del PSOE, Carmen Montón al demostrarse el plagio en su trabajo final de maestría, en la Universidad Rey Juan Carlos, de Madrid. Aparentemente, el celo de la guardia pretoriana que vigila la imagen del Presidente del Gobierno Español al mantener inaccesible la tesis doctoral  Innovaciones de la diplomacia económica española: análisis del sector público (2000-2012) ha jugado en contra y alimentado la “sospecha”, como relata la nota periodística del diario El Independiente, disponible en el siguiente enlace: https://www.elindependiente.com/politica/2018/09/12/claves-tesis-doctoral-pedro-sanchez-innovacion-diplomacia-economica-espanola-analisis-sector-publico/

Este marasmo ha llevado a que el veto al acceso público se haya diluido y la tesis se encuentra en el repositorio TESEO del Ministerio Español de Educación Superior,  y al cual el diario El País le aplicó diligentemente tres programas anti-plagio, pasando las pruebas, y solo señala algunos casos de autoplagio a artículos publicados por el mismo Pedro Sánchez,  de acuerdo al reportaje disponible en el siguiente enlace:

https://elpais.com/politica/2018/09/14/actualidad/1536938921_232616.html

Si la curiosidad todavía nos corroe, incluyo el enlace para accesar a la tan “llevada y traída” tesis doctoral del Presidente del Gobierno Español, en el siguiente repositorio:

https://dialnet.unirioja.es/servlet/tesis?codigo=150675

Sin embargo, las reflexiones sobre la calidad académica de nuestros políticos dominicanos es pasto de rumores de “deshonestidad intelectual”, ¿pasaríamos la prueba de los programas anti-plagio actuales? ¿Falta todavía un segundo análisis porque los programas anti-plagio solo alcanzan a comprobar el acervo bibliográfico del material disponible en Internet, como serían las fuentes no digitalizadas?

Por último, ¿podríamos confiar en  la honestidad de nuestros políticos si mantenemos sospechas de su integridad intelectual, aquí y acullá? Es un problema ante la degradación  moral del ejercicio de la política que vivimos en el tercer milenio de nuestra era común.