Superando graves obstáculos,  mucho han progresado la agricultura y agroempresa dominicana. Este evidente progreso ha sido apuntalado por:
  • políticas acertadas superando las perversas,
  • hábiles  líderes públicos y privados comprometidos con el futuro del campo, y
  • aumentos en productividad logrados por  inversiónes en  tecnología incluyendo progresos  tales como
    • técnica avanzadas en campo abierto y en invernaderos,
    • riego mas eficiente,
    • calidad de la simiente,  agroinsumos y servicios de laboratorios,
    •  mejor transporte y el manejo en puertos y aeropuertos.
    •  la lentamente mejorando  cadena de enfriamiento,
    • las demandas de la supermarquetización y el turismo,
    • mayor integración a lo largo y ancho de las cadenas de valor hecho posible por el uso de la tecnologías de la comunicasción e información

Mas los riesgos, tales como las pérdidas en el manejo post-coseha,  cual huracanes destructivos,  podrian echar al tiesto este progreso y su esperanza de  redención económica de la familia rural dominicana.

 Entre estos riesgos, descoya  para todos los principales actores entre los  productores, agroprocesadores e importadores de exportaciones agrícolas dominicanas o quienes manejan la cadena de abastecimiento de los mercados y supermercados y el turismo,  el riesgo sanitario y fitosanitario y el peligro siempre presente de fallar en la inocuidad de alimentos.  Estos actores han acentuado vehementemente  la necesidad inaplazable de   políticas, programas y mecanismos  que protejan la agricultura dominicana de plagas y múltiples patógenos asi como los aspectos que preservan la inocuidad de productos consumidos por la familia dominicana o extranjera; grave preocupación esta última en las exportaciones invisibles  hacia el consumo turístico.
Frecuentes discusiones y talleres buscan diagnosticar el problema, no actuar a ciegas, y  privilegiar tareas bien organizadas y consensuadas.  Mas la prioridad para los lideres agricolas es clara:  medidas concretas con sólidas métricas de progreso, calendarización, asignación transparente de responsabilidades y presupuestos, y rendimiento de resultados.   Y rápido–no en movimiento, sino en resultados.  Mas que sentar a  técnicos capaces en lo urbano, ellos deben aunarse a esta gran batalla, con recursos, en  las trincheras.  Como todos sabemos,  con las plagas no se puede jugar; estos enemigos no necesitan pasaportes para violar fronteras y desafortunadamente,  las mas termófilas prosperarán  virulentamente  con el calorcito del cambio climático. Los políticos cambian, las plagas se quedan…
De no controlar las plagas, la tendencia rural de emigrar  a Santo Domingo se profundizará, signficativas inversiones  públicas y privadas se perderán,  la diversidad en la generación de divisas se contraerá,  opciones empresariales, el motor del país, se cerrarán y la intensa haitianización de la nación se desbocará.  Esta última porque las plagas reducen drásticamente la productividad y su valor,  y la rentabilidad del trabajo y las inversiones. Solo sueldos de hambre (pero sueldos al fin, no solo hambre) podrá pagar el empresario agrícola.  Ya ganar un mínimo de rentabilidad con el sudor "regando"  la agricultura es  cuesta arriba; plagas descontroladas convertirán esas pendientes en farallones inaccesibles.
Por lo tanto,  amerita apoyo el  encuentro de revisión y análisis del Proyecto de Ley  que Crea el Servicio Nacional de Sanidad Agropecuaria E Inocuidad Agroalimentaria (SENASIA), a celebrarse el 14 de octubre del año en curso, en el salón de Conferencias del CEDAF, a las 8:30 a.m.  Sobre todo, si en dicha convocatoria se vela para que dicho servicio  incluya  una participación integral del sector privado.    De no tener la ejecución y evaluación necesarias,  el mismo servicio podría convertirse  en un vector de plagas como ha sido la experiencia en otros países (por ejemplo, cepas de plátano transplantadas de suelos con alta población de nemátodos a suelos sin ellos).  La inercia y la ineptitud no deben sabotear el progreso alcanzado  en el campo dominicano gracias a  funcionarios capaces y empresarios aguerridos.   El país y la agricultura han acumulado grandes éxitos; el control eficiente y rápido de plagas  debe ser otra cuenta en el  rosario de triunfos alcanzados–o los destruirá.