​Escribo así nomás. La más de las veces me sale la "espuma" de la que hablaba Vallejo: "Quiero escribir, pero me sale espuma, quiero decir muchísimo y me atollo"​.

Me gustaría corregir lo que escribo pero algo me frena.

Y ya no me gusta escribir porque cada vez más los rostros se me esfuman. Solo escribo cuando te veo, cuando sé que me dirás algo, solo algo y mejor si es al oído. Me encantan los susurros. Me encanta verte, sentirte a mi oído, como si quisieras morder mis orejas, como si quisieras sacarme el alma con tus palitos chinos aunque en verdad que nunca te vi comer en los chinos con palitos. Y me apasionan las voces en off. Y la voz de algunos anuncios de Marlboro de los 70 que te sacarán la alegría como algunos sacan la basura de la pecera.

Escribo ahora porque a veces la cabeza se me tapa, pero cuando hay dos cervezas rusas y Eduardo que se acerca -aunque sea seguro que se equivocará de metro-, entonces querrás decir cantidad de cosas.

Digo solo la música que oigo. Digo Nick Drake. Digo covers de Bruce Springteen. Digo Souad Massi. Digo Dire Straits porque ya no siento mis latidos y tal vez sea solo el polvo que le cae a los relojes que nunca dieron la hora cuando todos oían a "I wish you were here" sin percarte de que realmente la última vez.

Siempre ando en últimas veces.

Ahora las nubes de Berlín andan más rápido que nunca.

Y tú también, como una hormiga en mi pecho.

Tal vez me gustaría espantar a la hormiga con una lágrima pero la lágrima no me sale. No baja. Estará por algún intersticio de mi cuerpo pero no sale.

Saldrá seguramente.

Pero no llegarás a saberlo.