La reciente caída en los precios del petróleo ha ocasionado que países miembros de la OPEC empiecen a desarrollar planes de contingencia en caso de que los precios continúen esta tendencia. Por la misma razón, sería prudente que gobiernos miembros del acuerdo de PetroCaribe comenzaran a ajustar sus presupuestos para la eventual pérdida de estos beneficios. Un plan de contingencia contra la posible eliminación de PetroCaribe es de suma importancia para países como el nuestro, que ha operado bajo un déficit fiscal aún recibiendo los beneficios del acuerdo con Venezuela.

Hay dos cosas que están pasando en Venezuela que deberían poner al gobierno dominicano en alerta. La primera es el pobre estado de las finanzas del gobierno, que empeora con la reciente caída en los precios del petróleo. La segunda es la creciente polarización y confrontación entre el oficialismo y grupos disidentes.

Es probable que las condiciones económicas actuales de Venezuela le hagan difícil al presidente Maduro continuar con la misma generosidad de PetroCaribe iniciada por su predecesor Hugo Chávez. La inflación ronda por el 57%; el déficit presupuestario es casi 50%; las agencias de calificación han retrocedido bonos Venezolanos al estado de “chatarra”; el Bolívar se ha debilitado abruptamente contra el dólar estadounidense; Además, Venezuela también tiene obligaciones de deuda que debe pagar. Por ejemplo, los informes indican que el gobierno y la empresa petrolera estatal Petróleos de Venezuela, S.A. (PDVSA) firmaron contratos de préstamo con China por valor de US$49,500 millones para el período 2007-2013. De esa suma sólo US$ 20 billones – o menos de la mitad -ha sido pagada en suministro de petróleo. Los problemas de rendimiento que enfrenta la PDVSA han servido para empeorar las medidas de transformación social iniciadas bajo Chávez, por lo que podrían también afectar los términos del acuerdo de PetroCaribe.

Hay 18 miembros beneficiarios de PetroCaribe, de los cuales 11 son países miembros de la  comunidad del Caribe (CARICOM). Bajo los términos de PetroCaribe, estos países no compran  petróleo más barato, como se ha dicho en otras ocasiones, sino que se convierte una porción  del  costo en un préstamo de bajo  costo con un interés  anual entre 2% y 4%. Precisamente por los bajos intereses, estos préstamos han incrementado considerablemente sin que países beneficiarios se preocupen mucho por la deuda. El monto de la deuda con Venezuela por  muchos países del Caribe no está muy claro porque el proceso de financiamiento con  PetroCaribe no ha sido muy transparente.  Pero no hay duda que para cada uno de los países del Caribe, la deuda asciende a  cientos de millones de dólares, lo que representa una gran parte de la deuda de cada país. En la República Dominicana, por ejemplo, la deuda  relacionada con PetroCaribe asciende a $USD 4, 000 millones, el 26% de la deuda externa.

Recientemente, fuentes del gobierno venezolano han expresado frustración que muchos países parte de PetroCaribe no han tomado medidas apropiadas ni han provisionado lo suficiente para eventualmente pagar la deuda. Además, han lamentado que el componente de préstamo del acuerdo no se ha utilizado para programas sociales como Chávez deseaba, sino que se han utilizado para incrementar beneficios a funcionarios públicos o para  cumplir con obligaciones comerciales.

De continuar la tendencia en los precios del petróleo, un cambio repentino en los términos de PetroCaribe ha de esperarse, forzado por las circunstancias económicas cada vez más difíciles en Venezuela.  En el peor de los casos, PetroCaribe podría colapsar. Mientras la confrontación política aumenta y se intensifica, y las condiciones económicas empeoran para el pueblo venezolano, Maduro se podría ver obligado a escoger entre PetroCaribe y su propio futuro  político.  Y como si todo esto fuera poco, la escasez de alimentos y artículos de primera necesidad ha tenido un peor efecto en los pobres, la base Chavista, que a diferencia de aquellos con más recursos, no pueden pagar para eludir las vías tradicionales de distribución de alimentos.

Así que no se puede descartar un posible cambio de gobierno en el futuro, lo que podría resultar en la eliminación del acuerdo y en que Venezuela reclame el pago de la deuda de PetroCaribe en su totalidad. La República Dominicana se vería forzada a comprar dólares para  cubrir el pago, lo cual pondría mucha presión sobre la tasa de cambio.

La delicada situación económica y social en Venezuela, junto con la baja reciente en los precios  del petróleo, deberían alarmar a las autoridades dominicanas. Es prudente que el  gobierno  dominicano empiece a realizar ajustes en su presupuesto para una futura transición  de la  dependencia en PetroCaribe a la compra de petróleo en el mercado internacional.