Para esta semana nos hemos atrevido a realizar otra pausa – necesaria– a nuestra serie “¡…Sí a las renovables en la arquitectura!” para hablar un poco sobre uno de los más grandes ingenieros del siglo XX: Peter Rice. El motivo de esta pausa no es por el natalicio del ingeniero irlandés, ni por otro acontecimiento en torno a su figura, está motivada, simplemente, en la necesidad que siente el autor de no postergar más el inició del análisis de sus obras y azares y a la luz del reencuentro con su libro An Engineer Imagines, en su versión en castellano, editados por los editores de libros técnicos Cinter y la emblemática empresa Arup (http://www.cinter.es/uningenieroimagina.htm). Sobre esta empresa de ingeniería, y su fundador Ove Arup, tendremos ocasión de escribir un buen día; es una promesa.
Rice nació en Dundalk, Irlanda, en 1935. Inició sus estudios en aeronáutica para cambiar más adelante al campo de la ingeniería civil. Si fuéramos a resumir su obra en dos grandes proyectos, no sería un gran pecado hacer el ejercicio reduccionista de circunscribir la misma a dos edificios tan emblemáticos que cualquier lector distraído podría reconocer y hasta recordar con cierta facilidad: The Sydney Opera House y Le Centre Pompidou ; en castellano La Casa de la Ópera de Sidney (Sidney, Australia ) y el Centro Pompidou ( París, Francia).
(Ver enlace a Wikipedia sobre la Ópera de Sidney: https://es.wikipedia.org/wiki/%C3%93pera_de_S%C3%ADdney y enlace de Wikipedia para el Centro Pompidou: https://es.wikipedia.org/wiki/Centro_Pompidou)
Si hacemos referencia a un lector distraído pero interesado en estos temas y que nos honra con su lectura (distraído porque su atención no está fija en estos temas todos los días…y no por otra cosa), bien podemos hacer alusión a un lector más concentrado en estos temas; un lector que también nos honra con su lectura y fácilmente relacionará a Peter Rice con Ove Arup o Jørn Utzon, por la Ópera de Sidney; o con Renzo Piano, Richard Rogers, Philip Johnson o Jean Prouvé por el Centro Pompidou. Pensar en el acceso del Museo Del Louvre, es emparejar los nombres de I. M. Pei y Peter Rice, en uno de los ejemplos de interacción más perfectos entre un elemento presente por siglos y otro nuevo e ingrávido pero a la vez potente: la pirámide de vidrio y metal.
Este breve ejercicio de asociación libre, de nombres, de edificios y de ideas, acercará a ambos tipos de lectores a dos experiencias vitales del tipo de las que suponían una constante en la vida de Rice; quien siendo especialista en estructuras, además tenía el alma de un creador, del creador que plantea soluciones a situaciones de diseño de las que a los arquitectos nos gusta plantear como las dovelas de Utzon o la nube del Arche de la Défense o Arco de la Defensa en castellano (París, Francia) de P. Andreu. Ver: http://www.elarquitectoviajero.com/gran-arco-de-la-defense-paris/.
Peter Rice reconocía en el trabajo mancomunado del ingeniero y el arquitecto, la sinergia perfecta. En una interpretación libre que hacemos de sus palabras diríamos que definía al arquitecto como el creador, el que aportaba la idea, los conceptos, el camino, el que aportaba la visión global del proyecto; mientras que definía al ingeniero como el inventor objetivo, el que planteaba las soluciones concretas sobre los detalles – y los no tan detalles- de la cuestión constructiva estructural.
Adjunto un vídeo interesante: https://www.youtube.com/watch?v=v8ubOlkQCf4
Bien por hoy
Esto, lo escrito hasta este punto, es eso, un punto; pequeño en todo el discurso que sobre un ingeniero que imagina (¿cómo si fuera un arquitecto?), podemos escribir. Nos gustaría continuar, y seguro que lo haremos, pero esta vez la oportunidad solo se antojaba para no dejarla pasar sin escribir algo sobre Peter Rice.
Hasta la próxima.